Por María Margarita Galindo
El sistema educativo forma parte obligatoria de un sistema social, así como las universidades y el personal docente integran un sistema social caracterizado por intereses, medio ambiente, cultura, símbolos, comunidades, y elementos complementarios. Particularmente, los docentes-investigadores tienen en común la docencia, y también, la producción del conocimiento a través de la investigación, pero el propósito no es ver estas aristas como elementos separados en accionar y en sujetos. El objetivo es contemplar una acción motivada, coherente, cohesionada, fundidas en un solo actor social denominado docentes-investigadores.
Es importante destacar que para Parsons existen básicamente tres elementos que conforman un sistema total concreto de la acción social: sistema social, sistema de personalidad de los actores individuales, y sistema cultural que se establece en sus acciones. Cada uno de estos sistemas son indispensables para hablar de una teoría de la acción social. Es preciso aclarar que los tres sistemas son necesarios para la existencia de cada uno, pero no pueden ser fusionados, pues la cultura y la personalidad son elementos individuales que se relacionan como parte de un sistema escenario de la acción social, pero jamás dejaran de poseer cualidades individuales imposibles de ser reducibles al otro, sea cual fuere su condición humana y de equilibrios políticos, económicos y también sociales.
La teoría de Parsons puede ser llevada por analogía como una formación de los docentes-investigadores del sector básico, medio y universitario. Desde esta perspectiva la acción social está contenida en una conducta y dicha conducta es motivada, ¿qué quiere decir esto? Pues, que la situación a la cual se expone el actor social (docentes-investigadores) debe tener una significación, un motivo que lo hace formar parte de tal acción, es decir, su acción está motivada hacia la interacción con los elementos del sistema: universidad, formación, estudiantes, investigaciones, textos, publicaciones, clases, y muchas otras; lo cual hace que las expectativas sean llevadas hasta la experiencia, que es básicamente el punto base de la formación de los docentes-investigadores.
Lo vital en esta teoría es que la acción forma parte de un sistema social, el cual deriva de los sistemas de acción en general. La formación de los docentes-investigadores es parte de los sistemas de acción en general, esta formación vista como acción debe ser “gratificante” y “orientacional” para el actor social de docentes e investigadores. Gratificante porque representa equilibrio para su personalidad. Orientacional porque representa el aspecto cognitivo que marca la organización del hecho a la experiencia del actor social.
Esta situación bajo ningún concepto puede ser vista bajo una óptica individual, la realidad es que ellas están organizadas en un sistema y fuera del mismo, pierden las cualidades identificadas. La teoría de la acción de los sistemas sociales explica cómo la acción forma parte de un sistema, y así también se estructura la formación de docentes-investigadores, o sea, que la formación está integrada sobre un sistema social con todos sus elementos, los cuales se caracterizan por una acción motivada en la docencia y la investigación dentro de la unidad conceptual identificada (docencia-investigación).
El entorno del sistema social influye y motiva a la acción social del sujeto (actor social). Verbigracia, dicho entorno es inseparable del sujeto y del acto (acción social), siendo estos componentes la principal característica de esta teoría que nos facilita la compresión de las estructuras integrales de la educación desde la perspectiva de la formación del docente-investigador.
En el marco de la teoría de los sistemas sociales, la acción social ocurre bajo el inseparable esquema de acto-unidad, razón por la cual, no ocurre si hay ausencia del otro; en este contexto la teoría de Parsons se mira a partir de la docencia-investigación, como elementos inseparables que ocurren bajo un accionar en conjunto del actor social, sujeto docentes, e investigadores.
Si algo debemos identificar de las posturas señaladas es que el estudio de la acción social es indispensable para comprender la importancia de la complementariedad de la docencia y la investigación, y por ende del sistema educativo en una concepción integradora.
Ante ello, debemos preguntarnos por qué ocurre una acción social. La principal característica de la acción social es el reconocimiento de un contexto histórico-cultural común que nos hace parte de una sociedad. Los actores sociales son individuos actuantes movidos por la común y por la pertenencia a un sistema. La docencia y la investigación son elementos comunes que encuentran su unidad en la formación como elemento vital en el logro de la meta “formar docentes-investigadores”.
En consecuencia, desde este planteamiento, en los países latinoamericanos existe una profunda necesidad de apuntalar al desarrollo de la formación docente tomando como factor esencial y fundamental el sistema social como estructura, porque la educación es un hecho social, y no un estadio de planificación que pueda ser socavado en sus principales componentes, porque simplemente unos pocos decidan que sus presupuestos o actividades docentes y de investigación, puedan colocarse a un lado por cualquier razón política o económica.
El sistema social como integrador del sistema educativo se vislumbra como uno de los desafíos más críticos que debe enfrentar la sociedad latinoamericana, porque los nuevos conocimientos tienen su origen en la investigación científica y esta debe ser liderada por docentes-investigadores de todos los sectores, los cuales representan actores claves para producir conocimiento y desarrollo desde su ser, hacer y saber educativo.
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