OPINIÓN

El silencio administrativo: una forma de maltrato institucionalizado

por Maite Cilleruelo Maite Cilleruelo

El silencio administrativo en España es típico de una conducta sinuosa ante la falta de respuesta por parte del Ministerio de Universidades a variadas solicitudes presentadas de acuerdo con sus procedimientos por profesionales homologantes de títulos otorgados por universidades internacionales con residencia en el país y que desean ejercer sus profesiones universitarias legal y dignamente aportando una contribución científica y profesional al país que legalmente los acogió, pero se aprecia de manera notable esa conducta interpretada como un rechazo oculto al margen de reglamentos e instrumentos legales que pone de manifiesto por parte de los funcionarios incumplimientos legales, los cuales se han hecho extensivos a algunos directivos del sector universitario cuya  resistencia viola sus propios estamentos y pone claramente de manifiesto la desobediencia a las leyes españolas y acuerdos internacionales y que por negligencia no responden o no fijan posiciones obligantes por las respectivas reglamentaciones y normativas del caso.

Esta falta de respuesta, que puede prolongarse indefinidamente, ha generado una serie de problemas y consecuencias para aquellos que nos vemos afectados por esta situación, este fenómeno del silencio administrativo como una forma de maltrato institucionalizado tiene implicaciones éticas y legales que surgen de esta práctica. Cuando una entidad administrativa no emite una respuesta en un plazo determinado ante una solicitud o trámite puede ser positivo, cuando la falta de respuesta se considera como una aceptación de la solicitud; o negativo, cuando se considera como una denegación implícita. El negativo es el que está creando mayores controversias.

En primer lugar, genera incertidumbre y desamparo, ya que no recibimos una respuesta clara y precisa sobre el estado de las solicitudes. El impacto emocional y psicológico significativo en todos los profesionales de psicología, ingeniería, odontología, medicina, enfermería está generando estrés, ansiedad e incluso depresión, nos sentimos desprotegidos y desatendidos por parte de las instituciones encargadas de velar por nuestros derechos y en franca violación de los derechos humanos.

Desde el punto de vista ético, es maltrato, ya que viola el principio de trato digno y respetuoso hacia los ciudadanos. Las instituciones públicas tienen la responsabilidad de responder de manera oportuna y adecuada a las solicitudes no impidiendo el ejercicio de este derecho fundamental. Legalmente, están generando vacíos jurídicos y vulnera el principio de seguridad jurídica ya que los ciudadanos tienen el derecho de recibir una respuesta fundamentada y motivada por parte de las entidades administrativas lo cual y como consecuencia afecta la confianza en el sistema legal español y es digno de un debate entre los parlamentarios ante tal  situación y poner en orden las funciones del poder ejecutivo que genera un sentimiento de impunidad por parte de dichas administraciones. La falta de respuesta socava este derecho fundamental y genera una sensación de desprotección y desatención por parte del Estado. Tiene un impacto devastador en la vida de los homologantes. Donde la incertidumbre generada por la falta de respuesta afecta aspectos cruciales como el acceso a servicios básicos, la obtención de empleo o la resolución de situaciones urgentes. Estamos en un limbo burocrático, sin saber si sus solicitudes han sido aceptadas o rechazadas, lo que genera estrés, ansiedad y desesperación.

Esto refleja la falta de responsabilidad por parte del ministerio, el CRADO. Las instituciones destinadas a servir y proteger a los ciudadanos, pero el silencio muestra una negligencia y desinterés alarmantes. ese desamparo institucional nos deja sin una vía clara de recurso o apelación, generando una sensación de impotencia frente al poder estatal. Lo usan como una forma de poder y control por su parte al mantener a los homologantes en un estado de incertidumbre y dependencia el cual puede interpretarse de varias maneras incluyendo la xenofobia y creando una dinámica de sumisión y subordinación. Esta manipulación permite que el Ministerio de Universidades ejerza su poder de manera discrecional y sin rendir cuentas, perpetuando una relación asimétrica entre Estado y homologantes. Éticamente, es una afrenta a la dignidad humana, merecemos ser tratados con respeto y consideración.

Además, desde una perspectiva legal, el silencio plantea serias preocupaciones. El Estado tiene el deber de actuar dentro de los marcos legales y brindar un entorno jurídico seguro y predecible. Sin embargo, al no emitir una respuesta, el Ministerio de Universidades evade su responsabilidad de justificar y fundamentar sus decisiones. Esto genera un vacío jurídico y crea en una posición de indefensión a los peticionarios que en realidad aportarían sus conocimientos al desarrollo científico y profesional al país.

Es fundamental destacar que no solo afecta a los homologantes en términos individuales, sino que también socava la confianza en el sistema y en las instituciones democráticas. Cuando los afectados perciben que no se les brinda una respuesta adecuada por parte de las del Ministerio de Universidades, se genera un sentimiento de impunidad y descontento. Esto erosiona la legitimidad del Estado y socava la participación ciudadana en el proceso democrático. La legislación establece plazos para que el Ministerio emita una respuesta a las solicitudes presentadas. Sin embargo, es necesario ir más allá de la legislación, de transparencia, responsabilidad y rendición de cuentas en la administración pública.

En conclusión, el silencio administrativo representa una forma de maltrato institucionalizado que afecta a los homologantes en múltiples niveles. Ante las graves implicaciones del silencio administrativo, es crucial las reformas y soluciones efectivas. En primer lugar, se deben establecer plazos claros y estrictos que deben ser realistas y razonables, evitando dilaciones innecesarias que prolonguen la incertidumbre de los homologantes. La falta de transparencia y rendición de cuentas en la administración pública las entidades administrativas deben estar obligadas a proporcionar información clara y detallada sobre el estado de las solicitudes, mejorar los sistemas de gestión de trámites y utilizar tecnologías que faciliten el seguimiento y la comunicación eficiente entre las partes involucradas.

Es necesario dar cabida a los mecanismos de apelación y revisión para que los homologantes puedan impugnar las decisiones tomadas en su contra o presentar recursos en caso de falta de respuesta, deberían ser ágiles, accesibles y garantizar una evaluación imparcial y democrática de los casos. Solo a través de estas acciones podremos erradicar esta práctica y construir un sistema administrativo más justo, eficiente y responsable.