“Sólo se salvarán los que sepan nadar”, dijo Cataneo, cantante del Trío Taicuba, la mañana del 8 de enero de 1959, cuando Fidel Castro entraba en La Habana. Desde entonces se le conoce como El Profeta. Yo pienso, sin ser profeta, que estamos equivocados creyendo que Maduro quiere unas elecciones como las hacen en cualquier país democrático. Aunque en estos años hemos visto cómo en Cuba, Nicaragua y Venezuela ha habido votaciones, pero no elecciones.
Como dije en mi artículo de la semana pasada: ya a Maduro no le importa hacer ninguna pose, y sin careta se muestra al mundo como el vulgar dictador de los años ochenta. ¿Para qué seguir con el juego? “Este país es mío y de mis camaradas, de todas maneras, nadie puede hacer nada”, dirá Maduro en su núcleo más cercano. El fiscal del terror, Tarek William Saab, cada día que pasa nos asombra con la capacidad de creación para dar ruedas de prensa y salir diciendo que han tumbado una conspiración que iba a matar al presidente. Podría decirse que el chavismo es un género literario, entre perverso y fantasioso, donde el fiscal es el sádico importante de la pandilla.
En pocos meses, y cuidado si no en pocas semanas, pueden aprobar la ley que los hermanos Rodríguez llaman “Ley contra el fascismo”, que es simplemente una copia de la Checa, “Comisión Extraordinaria Panrusa para la lucha contra la Contrarrevolución”, creada por Lenin el 20 de diciembre de 1917. La Checa de Lenin fue un instrumento del terror, para dominar a la población, mandando a la gente a las cárceles, al paredón, al exilio. Simplemente la Checa se utilizó para infligir sufrimiento físico y moral, tortura policial y psiquiátrica, chantaje emocional y familiar e infinitud de atropellos contra el individuo. Es decir, todo lo que ha hecho el chavismo y está haciendo, sólo que una vez que aprueben la ley, cuando ellos pongan sus cabezas en sus almohadas, pensarán que están haciendo lo correcto, defendiendo el legado del comandante supremo.
El Manifiesto comunista dice que por ley hay que “derribar por la fuerza todas las situaciones existentes y que el terrorismo y la mentira revolucionaria aceleran el parto del Hombre Nuevo”. En este caso tenemos muchos hombres nuevos, pero el más emblemático es sin dudas Manuel Rosales. ¿Podemos creer que el señor Rosales es un candidato que está en contra del régimen? Un señor que salió de Venezuela, porque supuestamente era un perseguido político, regresa, se lanza a unas votaciones, el régimen le da la Gobernación del Zulia y ahora es el hombre para enfrentar a Maduro.
Creo que mis palabras derrotistas no le van a gustar a nadie, pero en estos momentos hay que pensar con la razón y sobre todo recordar lo que ha hecho el comunismo y sigue haciendo en el mundo. Puede que Maduro salga victorioso de esta estafa y se corone como El Señor Presidente; pero ellos serán incapaces de gozar: no van a poder disfrutar su estafa, ya que el enemigo de la vida y de la libertad siempre pierde.