Como el “Secreto Suizo” se conoce la masiva filtración de datos bancarios hacia un grupo de medios de investigación, que devela cómo el banco suizo Credit Suisse fue el receptor de inmensas fortunas de funcionarios involucrados en hechos de corrupción y violación de derechos humanos en todo el mundo.
La investigación ha comenzado a publicarse recientemente, tras meses de trabajo de 160 periodistas, quienes pudieron acceder a los datos de 18.000 cuentas bancarias que un empleado de Credit Suisse filtró al diario alemán Süddeutsche Zeitung. La macroinvestigación es apoyada por el Proyecto de Reportería del Crimen Organizado y la Corrupción (OCCRP, por sus siglas en inglés), que integran 48 medios y en el que Venezuela participa a través de Armando.Info y Efecto Cocuyo; ambos portales, vale recordar, bloqueados por los servidores de Internet del régimen y algunas empresas privadas que colaboran con la censura.
Los primeros datos conocidos por la investigación y que involucran a Venezuela son francamente alarmantes. Según explica Armando Info, dos de cada diez cuentas, de las que ha podido revisar la OCCRP, pertenecen a venezolanos vinculados a tramas de corrupción que están siendo investigadas por autoridades judiciales en el extranjero, sin el apoyo del Ministerio Público venezolano, que ha guardado una abierta pasividad ante los requerimientos de información de sus homólogos en Argentina, Estados Unidos, Italia y España.
Casos como el de un exviceministro de Energía acusado de construir, junto con sus socios, una trama de corrupción para facilitar contratos con Pdvsa durante el boom petrolero; un exdirector de Finanzas de la Electricidad de Caracas, perteneciente a una red de tráficos de influencias en la estatal petrolera; un boliburgués con amplios contactos en el mundo financiero que pudo encubrir, por un tiempo, el rastro de las cuentas y garantizar el lavado de las “riquezas súbitas”; un “empresario” que fue el mediador para la selección de contratos a empresas argentinas en los tiempos de los convenios entre Hugo Chávez y Néstor Kirchner (2004); y hasta el nieto de un dictador europeo, involucrado en el tórrido manejo de fondos de un banco vinculado con el régimen y que ha quebrado sus sucursales en países de América Latina y el Caribe, son solo algunos hechos que han salido a la luz con la investigación, y que muestran un panorama desolador sobre el estado de la administración pública en el país.
Todavía no hay una cifra exacta del saqueo a la nación. El estimado de lo desfalcado a Pdvsa, según los primeros datos de la investigación periodística, estima en 273 millones de dólares lo robado desde 25 cuentas abiertas en el Credit Suisse, una cifra que confirma lo que se viene denunciando desde la herramienta interactiva “Corruptómetro” de la ONG Transparencia Venezuela y la Alianza Rebelde Investiga (ARI) conformado por Runrunes, El Pitazo, TalCual y la plataforma de periodismo de las Américas Connectas: Pdvsa ha sido la gran máquina de corrupción en Venezuela, un agujero negro que ha logrado que el país se encuentre entre las cinco primeras naciones más corruptas del mundo, como señalan Transparencia Internacional y The Economist.
Lo que fue el gran motor económico de Venezuela y la empresa llamada a ser un referente mundial en la explotación de hidrocarburos, Pdvsa, hoy está en la ruina, no a razón de las sanciones extranjeras, sino por la masiva malversación de funcionarios vinculados al régimen, toda una casta de millonarios que surgió durante los mayores ingresos petroleros de nuestra historia contemporánea y que, paradójicamente, nos llevó a la más profunda tragedia humanitaria que ha vivido el país, donde un estimado de 6 millones de venezolanos han tenido que escapar de nuestras fronteras para garantizar su supervivencia.
El saqueo a la nación, que aparece registrado en un grupo de cuentas en un banco en la remota Suiza, no es un hecho aislado de un puñado de corruptos; es el resultado de un sistema pensado para que la administración pública se ejerza sin los controles propios de un Estado de Derecho. Si Venezuela es hoy un país empobrecido y postrado frente a su tragedia humanitaria es porque quienes están en el poder han suprimido las libertades políticas, han atacado la independencia de los poderes, han acosado a los medios de comunicación y han perseguido a la disidencia. La pobreza material del país es la consecuencia de su ruina democrática.
La información que va develando la investigación del Secreto Suizo debe servir, entre otras cosas, para renovar nuestros esfuerzos destinados a la construcción de una democracia que dé autonomía a los poderes públicos, que fortalezca un sistema contralor y judicial independiente, que garantice la existencia de un Estado de Derecho y que vigile la gestión de los recursos de todos los venezolanos. Trabajar por el regreso de la democracia a Venezuela es luchar por el retorno de la transparencia administrativa y la justicia en el país.
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