Nada que ver con la minoritaria y polémica escuela filosófica griega que predicaba la verdad absoluta como antídoto para erradicar a las que calificaba como venenosas mentiras de la civilización helénica.
Al contrario, el castrochavismo usa el “yo no fui ni soy, eres tú” para justificar su continuo fracaso histórico que destruye los trabajados logros progresivos de la democracia civilista capaz de corregir sus errores a través de enmiendas bien consultadas. Así, la sexagenaria Cuba de Fidel Castro, vasalla de la Rusia soviética hoy putinista, utiliza como pretexto inviolable que sólo puede sobrevivir en medio de la pobreza extrema mediante la venta dolarizada de sus esclavos debido al bloqueo salvaje que le infieren los enemigos capitalistas gringos. Mientras, se sirve de otros países igualmente liberales que sí pueden beneficiarse, entre otros mecanismos, del turismo perverso en sus bellas playas y los acompañan en sus falsedades. Ese larguísimo silencio de socios capitalistas ha permitido en gran medida que ese nefasto régimen se mantenga en el poder.
En su satélite castromadurista acuden a una frase cliché que los identifica: “La culpa es tuya”, primera norma de la ilegítima Asamblea ¿Nacional? presidida por el doctor Jorge Rodríguez Gómez, componente de la escuela psiquiátrica “Edmundo Chirinos” y supremo maestro en el oficio del cinismo revolucionario del siglo XXI, método que se incluye en sus condiciones y chantajes a los presuntos acuerdos con la desunida oposición partidista.
Hace pocos días desesperados humildes campesinos botaron a ríos y quebradas sus cosechas de tomates y zanahorias, pues los pudrió la ausencia de gasolina que transporta sus productos a los vendedores y consumidores urbanos. Varios videos mostraron esos momentos con las directas denuncias de los agricultores que culpan al gobierno de su ruina. Entonces, el citado jefe parlamentario especialista en el “yo no fui”, mucho menos su putrefacta Pdvsa, lanzó un veredicto: “La precandidata que ordenó la difusión de esos videos es aquella que más ha pedido la invasión militar, guerra contra Venezuela…” y “tenemos que ser más duros y enérgicos en el tratamiento de esas personas”… Sin emitir su nombre y apellido es la antesala para inhabilitar políticamente a María Corina Machado que encabeza la candidatura para las elecciones primarias.
Así pues, los practicantes del cinismo militarizado en Cubazuela ya no acuden a montajes ni farsas, hoy día se expresan sin rubor y en su caradurismo superan con creces a los nebulosos artificios de la criminal mafia clásica que pudimos conocer a través de la trilogía titulada precisamente El Padrino (1972), joya del género fílmico gangsteril basada en la novela de Mario Puzo y dirigida por el gran Francis Ford Coppola.
Por su parte, el servil ocupante inmaduro del Palacio de Miraflores grabó a gritos para los medios de comunicación: “Ya ordené la limpieza de la Amazonia venezolana de la minería ilegal destructiva”, como si fuera noticia de última hora, delito ajeno que no les atañe. Pero las competentes ONG, todavía en arriesgado ejercicio, han fotofilmado y descrito con nitidez a los soldaditos de sus cuadros bajos y medios enviados por los altos y millonarios mandos de la Fuerza Armada para resguardar a sangre y fuego ese gigantesco saqueo de los estados Amazonas y Bolívar que ya cumple dos décadas.
El cinismo militar y civil legitima, con leyes estatales apócrifas, su conducta criminal.
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