OPINIÓN

El reinicio de Venezuela

por Alejandro Uribe Alejandro Uribe

Venezuela es una tierra bendecida por la naturaleza y desde el comienzo de la república en 1830, ha promovido y recibido con los brazos abiertos a la inmigración, sin hacer distinción de raza, religión u origen geográfico, siendo una nación donde noha existido xenofobia ni discriminación alguna y actualmente, los nuevos inmigrantes serán bienvenidos y el país estará encantado de recibirlos, siempre que vengan en paz a: trabajar, invertir, producir o simplemente como turistas, que quieran evitar morirse del frío que afectará al hemisferio norte en el próximo invierno.

La nación venezolana está rodeada por países pacíficos y amistosos, pero además es poseedora de características especiales, tales como son: temperaturas cálidas, climas moderados, abundante luz solar, vientos de buena velocidad, acceso al océano Atlántico, rica plataforma submarina, costas en el mar Caribe, ríos, lagos, lagunas, tierras fértiles, montañas, llanuras, selvas, oro, petróleo, gas, hierro, níquel, coltán y aluminio, entre otros recursos naturales abundantes y por otra parte, también posee recursos humanos valiosos, producto de una mezcla de culturas y razas caribeñas con inmigrantes provenientes de diversas latitudes en siglos pasados, lo que produjo gente inteligente, laboriosa y creativa.

En vista de la existencia abundante de recursos naturales y humanos, esta nación debería tener como denominador común para sus habitantes: paz, bienestar, progreso y prosperidad; pero debido a que ha sufrido crisis multidimensionales, por malas praxis económicas y políticas, que vienen ocurriendo desde hace varias décadas, después del aprendizaje en carne propia, producto del sufrimiento y las malas experiencias vividas por sus ciudadanos, este es un momento excelente y oportuno para explorar y valorar nuestras fortalezas, corregir algunas de las debilidades más prominentes y redireccionar rumbos errados del pasado, para lograr que Venezuela vuelva a renacer y a ser otra vez una nación grande, tanto para los ciudadanos nacionales como también para los extranjeros.

Las negociaciones recientes hechas en México y el entendimiento entre gobierno y oposición, que permitan buscar soluciones inteligentes y honestas a los problemas de índole económico, social y político de Venezuela, son bien recibidas, pues ya basta de enfrentamientos estériles e inútiles, donde los afectados son los venezolanos sin excepción, quienes no deben seguir sufriendo por falta de conciliación, diálogo y uso de una buena diplomacia, que ponga punto final a las divisiones y confrontaciones de tipo político y aspiro que en este aspecto, las futuras elecciones que deberían ser honestas, cuenten con los mejores candidatos posibles que posean: heurísticas, virtudes, aptitudes, actitudes, sabiduría y la capacidad de crear equipos de gobierno eficientes y eficaces, para producir los cambios y soluciones que requiere la nación.

Por causa de la crisis geopolítica entre Ucrania y Rusia que aún no se ha resuelto por las vías conciliatorias, por haber tomado malas decisiones para las poblaciones de Europay donde la única salida debe ser un alto al fuego inmediato y una negociación sincera entre las partes involucradas, con la llegada del crudo invierno a partir del 21 de diciembre, Europa se podría congelar, por existir una crisis de tipo energético, que causará sufrimiento y muerte para muchos de sus ciudadanos, razón por la cual, Venezuela y otros países latinoamericanos podrían convertirse en aliados comerciales de Europa –recibiendo migración temporal en calidad de turismo– de tal suerte que sin más demora, para evitar: improvisación, caos y aglomeraciones de última hora, se deben planificar las acciones logísticas relacionadas con: asesoría, transporte, alojamiento y alimentación, de manera racional y ordenada, de una importante cantidad de ciudadanos europeos que huirán de las inclemencias del frio, quienes vendrían a pasar los meses del invierno en nuestras tierras, para lo cual es importante inventariar y preparar en el cortísimo plazo, toda la oferta de infraestructura hotelera y de transporte, siendo esta recomendación también válida para aquellos países de Latinoamérica, que estén dispuestos a recibir gran cantidad de turistas que son los migrantes “damnificados energéticos” provenientes de Europa.

Por otra parte, debido a la necesidad de energía fósil que tiene Europa en estos momentos y mientras se logra hacer una transición hacia energías limpias, Venezuela debe prepararse para negociar el aumento de la exploración, producción y exportación de hidrocarburos, con el aporte financiero y técnico de las compañías petroleras europeas, norteamericanas o de otro origen, que quieran invertir en el país.

Adicionalmente, teniendo en cuenta la existencia en Venezuela de zonas aptas para instalar granjas solares, parques eólicos y represas para hidroeléctricas, que permitan producir hidrógeno verde, junto con la llegada de las empresas petroleras, vendrán otros inversores que aporten el capital y la tecnología necesaria para instalar la infraestructura de generación y exportación del vector energético limpio del futuro como es el hidrógeno verde, lo que permitirá prepararse para la descarbonización del mundo en el mediano y largo plazo.

Como un requisito básico para poder repatriar a nuestros emigrantes connacionales, atraer vacacionistas, inmigrantes e inversores productivos de diversas nacionalidades y que el país renazca basado en industrias tales como son: turismo, agricultura, hidrocarburos e hidrógeno verde, es necesaria la implantación de una moneda fuerte y estable, que permita conservar el valor del dinero, para lo cual Venezuela tiene tres alternativas posibles: 1. Dolarizar, eurizar o yuanizar plenamente la economía, 2. Crear una caja de conversión cambiaria y 3. Implantar una nueva moneda respaldada y redimible con oro –que en mi opinión es la mejor solución– donde en los tres casos el secreto del éxito es que no se pueda emitir dinero –que es un pasivo para los emisores que son el BCV y los bancos comerciales en forma de créditos– si no se cuenta con activos de respaldo en la contrapartida, que deben ser divisas o mejor aún el oro.

Después de la última negociación en México, se informa al país que inicialmente van a liberar 3.000 millones de dólares que estaban bloqueados y hay diversas opiniones de cómo usar esos fondos –reparación de escuelas, arreglo de infraestructura eléctrica, ayudas a los emigrantes nacionales, ayudas a los damnificados por las lluvias, entregar bonos navideños, aumentar el salario, arreglos de hospitales, etc. –que a pesar de ser objetivos válidos y que al parecer la cifra liberada es un monto importante, si como referencia consideramos una población de 30 millones de habitantes, esto significa un monto promedio de 100 dólares per cápita, que si se diluye al no darle un buen uso, no sería un logro estable para la nación.

Por esa razón, quizás el mejor y más eficaz uso que se podría dar a parte de ese monto inicial en divisas o algún desembolso siguiente, seria usarlo para: dolarizar plenamente la economía o implantar una caja de conversión cambiaria o mejor aún regresar al patrón oro, si consideramos que la liquidez al 25 de noviembre de 2022 era de 16.164 millones de bolívares y el tipo de cambio era 10,73 bs/dólar, lo cual implica que con solo 1.507 millones de dólares –la mitad del monto liberado– se podrían reemplazar todos los bolívares existentes por dólares o su equivalente en oro y así habría una solución a la crisis de la economía, para abatir la inflación, la devaluación, la expansión de liquidez, la incertidumbre cambiaria y además sincerar y ajustar en dólares los precios y los salarios reales, teniendo en cuenta que algunas de las empresas públicas que no sean autosustentables ni productivas, deberían ser privatizadas total o parcialmente, para que se encarguen de pagar los salarios reales adecuados a sus trabajadores, produzcan dividendos, regalías e impuestos y le quiten el gasto salarial al gobierno, que actualmente debe generar bolívares de la nada, para pagar burocracias improductivas.

El 26 de enero de 2012, como producto de una investigación sobre las crisis venezolanas, usando series de datos históricos de la inflación en los 94 años anteriores, publiqué en mi blog de Economía y política del mundo, un ensayo llamado “Cómo salvar a un país de su crisis económica” [1] donde la conclusión fundamental fue que la causa de los problemas de Venezuela eran de origen monetario y por eso concluía dicha publicación con el siguiente párrafo: “El anclaje del bolívar al oro, fue y será la mejor forma de controlar los niveles de inflación de Venezuela y con ello estabilizar la economía. A pesar de lo obvio de esta verdad, los economistas de pensamiento keynesiano, siguen tratando inútilmente de resolver los fenómenos inflacionarios, aplicando devaluación, endeudamiento y emisión de dinero inorgánico, debido a que sería un cisma para ellos aceptar que John Keynes se equivocó en sus teorías macroeconómicas, que solo funcionan en el corto plazo y se volvió a equivocar cuando recomendó a los países del mundo, abandonar el patrón oro”.

Si en el año 2012–cuando había cerca de 370 toneladas de oro de reservas internacionales en el BCV– se hubiera estabilizado y fortalecido la moneda nacional, se habría evitado el caos económico de los últimos 10 años, pero actualmente esta acción todavía se puede realizar y hay tres alternativas posibles para reiniciar la economía venezolana, con una moneda fuerte y estable, que conduzca al renacimiento de Venezuela: dolarizar plenamente la economía o implantar una caja de conversión cambiaria o regresar al patrón oro, siendo que en mi opinión, esta última solución es la que implantarán los bancos centrales del mundo en el corto plazo, para salir sin belicismo de la crisis producida por las expansiones keynesianas astronómicas de liquidez sin respaldo, que han hecho colapsar la economía mundial.

[1] https://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/2012/01/como-salvar-un-pais-de-su-crisis_26.html