OPINIÓN

El reacomodo de la falsa oposición

por Humberto González Briceño Humberto González Briceño

Una forma de interpretar lo que pasó el domingo 22 de octubre en la primaria de la falsa oposición es caracterizarlo como una verdadera revuelta de las bases y clientelas de los partidos de la MUD contra sus cúpulas. El apoyo a la opción de María Corina Machado se mostró más como un voto castigo y de rechazo contra una dirigencia que ha fracasado sistemáticamente en sacar al chavismo del poder en los últimos 24 años.

La cúpula de la MUD siempre se distinguió por asumir las tesis de la vía electoral y las negociaciones con el régimen, todo bajo la estricta legalidad chavista, como sus formas de hacer política. Una política que ha condenado a los venezolanos a vivir en la barbarie como resultado de un perverso círculo vicioso de negociaciones-elecciones-negociaciones del cual no hay forma de librarse. Al menos dentro de la legalidad del Estado chavista a la cual la falsa oposición ha decidido someterse y someter a todos los venezolanos.

Fue precisamente alzándose contra esas políticas electoreras y negociadoras que María Corina Machado se estableció como un liderazgo alternativo al de la MUD. Fue ella quien grabó innumerables videos argumentando correctamente en contra del voto bajo el fraudulento sistema electoral chavista y quien acuñó la popular consigna “En tiranía no se vota”. Por eso todos los voceros de MUD, sin dudar, la calificaban de extremista y radical.

Sin embargo, a pesar del discurso crítico y beligerante a las políticas de la MUD era evidente que María Corina Machado no tenía ningún interés en romper con ella. Más bien se mantuvo junto con su partido Vente Venezuela siempre orbitando en el entorno de la MUD marcando distancia, pero un distanciamiento que comenzaba a perfilarse como diferencias de forma y no de fondo.

El apoyo de Vente Venezuela en la Asamblea Nacional 2015 para salvar la responsabilidad política de Juan Guaidó, cuestionado por su pésima gestión frente al interinato, fue un mensaje claro de identidad con Voluntad Popular, el partido de Leopoldo López. Aunque la forma escogida para proteger a Guaidó era el voto salvado resultaba claro que el partido de María Corina se movía por otros intereses más prácticos y no por el de establecer responsabilidades administrativas y políticas en la malversación de recursos de ese llamado gobierno interino.

A finales de 2022, con una extraordinaria popularidad bien lograda con base en su distanciamiento de la MUD, María Corina Machado anuncia su candidatura en la elección primaria convocada por la falsa oposición. El haber estado hasta ese momento distanciada pero no disociada de la MUD permitió que los partidos organizadores del evento no la vieran como un adversario peligroso y su participación fue completamente subestimada. Eran los días en que los cálculos y las apuestas favorecían a Manuel Rosales como candidato in pectore del régimen chavista y de la cúpula de la MUD.

Con la candidatura de María Corina Machado se producen dos reacciones notables. Por una parte los cuadros locales, las clientelas, y las bases de los partidos de la MUD comienzan a migrar masivamente para apoyarla y por la otra se propaga un gran desconcierto en muchos de quienes históricamente le habían respaldado en su tesis antielectoral y ahora se encontraban ante una defensora del voto como forma viable para salir del chavismo.

Lógicamente, si María Corina Machado pretendía contarse y ganar la primaria de la falsa oposición no podría hacerlo desde su original tesis antielectoral. Ella tuvo que rápidamente pivotar su posición política a una que por primera vez coincidía formalmente con la MUD: si es posible sacar al chavismo con votos. Aunque ella haya defendido hasta hace unos meses la tesis contraria.

El trasvase masivo de las clientelas de los partidos hacia la candidatura de María Corina se podía apreciar diariamente con miles de activistas que con orgullo se despojaron de su franela de Primero Justicia o de Voluntad Popular para lucir el limpio azul de Vente Venezuela. No habría otra forma de describirlo sino como una verdadera bola de nieve que crecía sin parar cada día. El avance rápido y contundente de sus apoyos prácticamente la liberó de tener que responder por qué ahora sí es viable votar en tiranía, aunque nada de lo político y electoral haya cambiado. Se trata de una pregunta que va a lo fundamental del problema porque involucra las extraordinarias capacidades que moviliza el chavismo para perpetrar sus fraudes electorales a través de su tinglado jurídico, político y militar. Aunque la pregunta sigue en el aire las respuestas que se ofrecen sólo apuntan a confiar en el carisma de María Corina y su gran capacidad para encantar multitudes como las fórmulas para alterar los términos fundamentales de la ecuación.

Es incierto si el chavismo va a mantener la arbitraria inhabilitación de María Corina Machado como candidata presidencial de la falsa oposición o si por el contrario se inclinara a habilitarla y en su lugar apelar a otras artimañas para el fraude de 2024. Porque, no nos llamemos a engaño, el chavismo solo convocará una elección donde tenga la certeza que podrá manipular su resultado. Y si no es así pues no habría elección. Todo, por supuesto, con arreglo a la legalidad chavista consagrada en la Constitución de 1999.

Lo que sí resulta cierto es que el triunfo de María Corina Machado el 22 de octubre la posiciona como jefe indiscutible de la falsa oposición, esto es de la alianza de partidos que están integrados en la MUD y apoyan la fórmula negociaciones-elecciones-negociaciones. Hay quienes alegan que esto no es posible porque para que ella se convierta en jefe los otros factores de la alianza deberían aceptarla. Precisamente de eso se trata. Que los partidos que quieran sobrevivir a este remezón electoral tendrán que montarse en el portaaviones de María Corina y reconocerle jefatura si aún quieren lograr posiciones en las elecciones regionales que son los incentivos más apetecidos por las clientelas. Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo, todos elementos del G4 en mayor  menor medida ya lo han aceptado.

Muchos de quienes votaron por María Corina Machado en la elección primaria lo hicieron en contra de la dirigencia de los partidos de la MUD, con la esperanza quizás de apostar por un liderazgo distinto al actual. Eso requeriría de una ruptura con los partidos de la MUD y en especial los del G4. Pero eso ya es mucho pedir y luce alejado de la realidad. Lo que está ocurriendo en la práctica es un reacomodo de los partidos de la falsa oposición y un acoplamiento a la nueva situación donde todos se abrazan a María Corina y ella se abraza con todos. La Alianza Nacional que se ha convocado, en el mejor espíritu de la unidad, será tan amplia y generosa que allí tendrán espacio todos los partidos que han venido colaborando con el chavismo en sus farsas electorales e incluso aquellos que se beneficiaron de los manejos del Interinato. Es la cara renovada y amable de una oposición que intentara convencernos de que para salir del chavismo no solo hay que votar, sino además tragar grueso y ponerse un pañuelo en la nariz.

@humbertotweets