Puede que hoy, día 38 de la guerra estemos en el punto de inflexión de la invasión de Ucrania. La inflexión en geometría es el punto en el que una curva cambia de sentido. En nuestro caso, es el momento en el que las cosas dejan de evolucionar en beneficio de Rusia para hacerlo en favor de Ucrania. Nos referimos estrictamente desde el punto de vista militar, ya que, en imagen, apoyo popular y político mundial, daños financieros, la razón jurídica y moral siempre ha sido a favor de Ucrania y contra Putin. Lo que ha provocado que Putin sea el hombre más odiado del mundo y Zelenski el más querido. Debemos repetir una vez más que es la invasión de Putin y no de Rusia, se debería exigir algo más de oposición al pueblo ruso, que nada tiene que ver con la decisión de invadir y con la crueldad de los crímenes de Putin. Rusia se ha ido transformando poco a poco en una dictadura cada vez más represiva y con menos libertades.
Ayer, dos helicópteros ucranianos que entraron en suelo ruso unos 40 km hasta la ciudad de Belgorod, donde destruyeron ocho depósitos de combustible lanzando misiles S-8. Se fueron como entraron, sin ser detectados por los radares, volando por una zona por la que transitan habitualmente los helicópteros rusos MI 24 para salir y regresar de sus bases después de actuar en suelo ucraniano. Esta acción militar de Ucrania no es de gran relevancia, pero sí es significativa por las falsas consideraciones que tienen determinados sectores de la opinión pública que conciben a Rusia como una gran potencia militar. En estos días he escuchado de varias personas, ayer la última, declaraciones donde resaltan, a mi juicio erróneamente, la superioridad y el liderazgo tecnológico de Rusia en armamento militar. Comentan que el máximo exponente de su potencia militar es el misil hipersónico denominado Kinzhal. Los rusos presentan estos misiles que viajan a gran velocidad, más de 5 veces la velocidad del sonido como una nueva generación de armamento que por su velocidad, maniobrabilidad y altitud les hace difíciles de rastrear e interceptar.
No entiendo de armas, salvo lo que leo en distintos medios de comunicación, pero sigo pensando que el estatus de un país, tanto en armas como en tecnología, bienestar social, servicios públicos, calidad de vida, cultura, empleo o educación tiene relación directa con el desarrollo económico de un país, esto es con el PIB y la renta per cápita. Lo de Rusia, igual que Corea del Norte, Venezuela, China, Nicaragua, Cuba y otros, casi todo es mentira, opresión, represión, atraso social y económico de países liberticidas. A Rusia se le ve el plumero y los pies de barro.
Todos los medios de comunicación informan hoy que Rusia se retira rápidamente de Kiev, Chernígov y sus alrededores. Aunque este hecho refleja lo que dijeron el 25 de marzo pasado, no es más que el reflejo y confirmación de una derrota parcial pero tremendamente importantes del ejército ruso. Las redes sociales ucranianas han viralizado las imágenes de destrucción y miseria de las ciudades dormitorio de Irpin, Bucha y Hostomel que conforman la periferia noroeste de Kiev después de su recuperación por parte de Ucrania. Llena de edificios destruidos y de cadáveres de soldados y civiles abandonados en las calles. Según informó el Ejército ucraniano «en Bucha las fuerzas de ocupación rusas minaron edificios civiles, infraestructura y otras áreas”.
Ucrania ha recuperado 30 ciudades. Parte de las fuerzas rusas en retirada están volviendo a Rusia. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice The Economist al avalar la teoría de que “una victoria decisiva impediría otra invasión rusa y, además, sería la mejor base para lanzar un estado democrático de posguerra menos corrompido por los oligarcas y la infiltración rusa”. Añade que también sería bueno para Europa porque «mejoraría la seguridad europea”. The Economist avala la opinión de Zelenski que acusa a los países europeos de ser miopes; en concreto, dice que Alemania actúa a corto plazo con las sanciones preservando sus vínculos comerciales con Rusia y a Emmanuel Macron le recrimina que al hablar supuestamente en nombre de los aliados occidentales diga que suministrar armamento pesado les convertiría en cobeligerantes. Zelenski reivindica que la Unión Europea debería recoger con entusiasmo a Ucrania en su organización. Opina que la mejor disuasión para Putin es que la OTAN se enfrente a su amenaza velada y deje claro que “una atrocidad nuclear o química llevaría a al aislamiento total de Rusia”. Zelenski termina pidiendo “redoblar la ayuda occidental” y The Economist concluye que “sería terrible que lo que se interpusiera entre una paz mala y una buena fuera un fracaso de la imaginación en Europa”.
Son muchos los que dicen que Ucrania ha ganado la guerra en muchos aspectos, aunque no gane el enfrentamiento armado final. Hasta ahora es verdad y lo hemos escrito de forma reiterada, Ucrania va ganando la guerra, pero si al final no la gana integralmente no sirve para casi nada. Esto es como en un partido de fútbol, no vale ir ganando si al final se pierde, el resultado final es lo importante, sea justo o injusto. Tenemos fuerza para ganar el partido, antes no lo veía casi nadie, personalmente siempre lo vi, ahora lo ven, pero muchos siguen siendo timoratos en su ayuda a Ucrania. Todavía muchos buscan una salida airosa para Putin y quieren un pacto rápido entre Ucrania y Rusia. La única manera de ganar por parte de Ucrania es con más apoyo de todo tipo y de forma especial en armamento de Occidente. Está bien que solo vayan a la lucha los ucranianos, que antepongan su sufrimiento, sus vidas, la heroicidad de sus soldados, de sus ciudadanos convertidos soldados, el pueblo colaborando en todo, las madres e hijos en su éxodo por el mundo, sus dirigentes y su heroico luchador Zelenski, ¡pero por favor ayudémoslos! ¡Necesitan más, démoselo! Si no lo hacemos, seremos unos traidores colectivos y sobre todo los que lideren o propicien la derrota son en lo personal unos traidores. Los países bálticos Estonia, Letonia y Lituania han cortado el suministro de gas ruso, nos han dado una buena lección. La vida de 44 millones de ucranianos no se merece que nosotros no seamos capaces de restringir el uso de determinados servicios por falta de carburantes.
Debemos apretarnos el cinturón energético. Tenemos en Europa unos magníficos sistemas de transporte público que no hacen imprescindible el uso de vehículos privados. En Europa ya estamos en primavera, se pueden apagar ya las calefacciones y en verano los aires acondicionados. De hecho, hace 40 o 50 años no había aire acondicionado en Europa en prácticamente ningún sitio. De esta manera seremos más ecológicos, lucharemos contra el cambio climático, ahorraremos dinero y ayudaremos a la bajada del precio de los combustibles.
No entiendo al canciller alemán Olaf Sholz intentando mantener sus relaciones comerciales con Rusia. Además, somos torpes no entendiendo que, si seguimos dando de comer al monstruo, este crece, se hace más fuerte y cada vez nos hará más daño. De hecho, antes el sistema comunista de la URSS y ahora el antiguo funcionario de la KGB, Putin, hipernacionalista, autocrático, represor e imperialista es muy dañino y un desastre para el mundo, la democracia y las libertades. Como ya algunos reconocen, es evidente que Putin ha cometido un gran grave error de estrategia, aprovechemos ese error.
A Hitler lo paramos demasiado tarde. Lo mínimo que podemos hacer ahora es apoyar al máximo a Ucrania, aunque sea de tapadillo, para que gane la guerra. Si la pierde será culpa de Occidente y lo pagaremos demasiado caro, nos arrepentiremos, pero ya será demasiado tarde.
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