Será el 4 de junio de 1963 cuando el presidente Rómulo Betancourt y el gobernador del estado Lara, Dr. Argimiro Bracamonte, inauguran el moderno Aeropuerto Internacional General Juan Jacinto Lara, con una inversión de 7.765.000,87 bolívares.
“Vuelo de Boland sobre Barquisimeto se realizó con éxito” fue el titular de la primera página del diario El Impulso publicado el 4 de noviembre de 1912. Un acontecimiento histórico en la pequeña ciudad que contaba con una población de 18.000 habitantes aproximadamente.
Durante la estadía del afamado aviador norteamericano Frank Boland en Puerto Cabello, fue invitado por el presidente del estado Lara, doctor Rafael Garmendia Rodríguez, por gestiones de Fausto Rodríguez con el patrocinio de instituciones privadas, a proseguir hasta Barquisimeto, en donde se acordó, bajo contrato firmado, efectuar tres vuelos.
Reseñó El Impulso que desde muy temprano se dejaban escuchar en la ciudad las vibraciones de la campana mayor del templo de la Inmaculada Concepción y el sonoro reloj de la iglesia Catedral de San Francisco, anunciando el magno evento en una urbe desprovista de automóviles.
El cronista Silva Uzcátegui atestiguó que desde Caracas despacharon el avión a través del ferrocarril hasta Puerto Cabello, en donde lo colocaron en un vapor hasta Tucacas y de allí en el ferrocarril Bolívar hasta Barquisimeto.
Al norte de la ciudad se improvisó un pequeño campo de aterrizaje, vecino a la Estación del Ferrocarril Bolívar, en el sitio que ocupó el estadio del Centro Atlético América, área que en la actualidad está ubicado el Cuartel de la Policía.
26 minutos con 60 caballos
Desde la mañana de ese 3 de noviembre, los vecinos de Barquisimeto, ávidos de ver el histórico acontecimiento, comenzaron a trasladarse en masas hasta el sitio dispuesto en el Tranvía de Caballitos y gran parte caminando.
Por su parte, la primera autoridad estadal llegó al sitio en carruaje de cuatro ruedas tirado por bella caballería.
Similar transporte utilizaron los invitados especiales: doctor Antonio María Pineda, Jesús María Rodríguez Garmendia, don Roseliano Iribarren Alvizu y don Elías Agüero, únicos propietarios de ese medio de movilización. De igual manera se desplazaron los que alquilaron los coches de José Saso o de Lino Piña, dueños de las cocheras existentes.
En la improvisada pista se situaron sillas para quienes pagaron los cómodos asientos en posición privilegiada para contemplar el despegue y aterrizaje del espectacular aparato. La ciudad entera se aglomeró en aquel lugar para curiosear las temerarias maniobras del piloto norteamericano a bordo del “Bluebird”, que había sido armada en el mismo paraje de la exhibición.
El biplano pesaba alrededor de 300 kilogramos. En el centro del fuselaje, fabricado de madera y lona, tenía un pequeño motor de 60 caballos de fuerza.
En las crónicas de Azparren conseguimos que, durante la fascinante maniobra aérea de 26 minutos, Boland se elevó 3 veces a una altura de 500 metros, con excursión por el ámbito de la ciudad y los verdes cuadriláteros que confeccionaban la amplitud del Valle del Turbio.
El campo de aviación
El Eco Industrial del 9 de marzo de 1927 anunció que el gobierno nacional dispuso la construcción de un campo de aviación en la explanada situada en el lugar llamado El Garabatal, a dos kilómetros de la ciudad de Barquisimeto. Este será la génesis del actual Aeropuerto Internacional General Juan Jacinto Lara.
Fue motivo de celebración el aterrizaje de tres aviones en el campo de aviación de Barquisimeto. Será el propio presidente del estado Lara, general Pedro Lizarraga, quien presenciará la histórica escena que quedará inmortalizada en un video del cineasta larense Amábilis Cordero.
En 1920 Arturo Iribarren Arrivillaga (bisnieto del general Juan Guillermo Iribarren, héroe de la Guerra de Independencia) venía piloteando uno de aquellos tres legendarios aviones, por ende, se habría convertido en el primer venezolano en volar en territorio nacional, y además en un avión de construcción propia.
Arturo A. Iribarren, fue el primer aviador venezolano egresado de la Academia Eagle Aviation School, de Nueva York, en la Primera Promoción de Aviación Militar e Ingeniería Astronáutica, en el año de 1918.
Pero aquel campo de aviación no terminará de constituirse sino hasta 1930 con la aparición en la ciudad de la aviación comercial al instalarse, en lo que hoy se conoce como el Aeroclub, una torre de control junto a un pequeño terminal, prestando de esta manera los primeros servicios de tránsito aéreo.
Cambio de utilidad
Para 1938, el campo de aviación de Barquisimeto dejó de ser administrado por el gobierno nacional lo que permitió la entrada a la ciudad de vuelos civiles, escenario que dinamizó el intercambio comercial.
La línea Aeropostal Venezolana programó entonces los primeros vuelos comerciales en febrero de ese año 38, abriéndose paso a una comunicación efectiva en aquel campo de aviación estrenado en 1927.
El cronista Carlos Guerra Brandt precisa que para 1952, aquella pista de aviación había sido refaccionada y modernizada. Ya no era una pista sencilla, sino dos modernas, que fueron construidas para el aterrizaje de la Junta de Gobierno, presidida por el abogado Germán Suárez Flamerich, y los militares Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez, que llegaron a la ciudad para festejar el Cuatricentenario de Barquisimeto, además de las numerosas delegaciones internacionales que llegaron por esa vía como invitados al magno evento. “Desde el 12 de septiembre hasta entrado octubre de aquel año, estuvieron aterrizando aviones con motivo de los 400 años de Fundación de Barquisimeto”, asienta el cronista.
En 1959, tras la caída de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, cuando el nuevo gobierno estaba constitucionalmente en Miraflores, se aceleran las obras para el nuevo aeródromo de Barquisimeto, bajo la dirección del Ministerio de Obras Públicas.
Destaca Guerra Brandt que será el 4 de junio de 1963, a las 11:00 de la mañana, cuando el presidente Rómulo Betancourt y el gobernador del estado Lara, Dr. Argimiro Bracamonte, inauguran el moderno Aeropuerto Internacional General Juan Jacinto Lara, con su Estación de Bomberos y demás obras complementarias con una inversión de 7.765.000,87 bolívares.
En 1967 bajo la administración regional de Miguel Romero Antoni se instaló en el Aeropuerto larense el sistema de “balizaje” toda una novedad, afirma el cronista.
El aeroclub de la ciudad
El cronista Guerra Brandt detalla que el Aeroclub de Barquisimeto se fundaría durante los primeros meses de 1949, gracias a la iniciativa de entusiastas aficionados como Juan Cordero Ágreda, Oscar Anzola y nuestro queridísimo Pablo Chiossone.
Ese mismo año se organizó la Escuela de Aviación Civil, que llevará por nombre Carlos Noel Jiménez, como sentido homenaje al fallecido aviador larense, fungiendo como su primer instructor el capitán Renato Norbiato.
Por Resolución N° A-184 emanada del Comando General de la Aviación Militar, fue fundada el 14 de febrero de 1964 la Base Aérea Teniente Vicente Landaeta Gil, en predios colindantes con el Aeropuerto de Barquisimeto, por parte del presidente de la República Rómulo Betancourt.
Modernizado para los Juegos Deportivos Bolivarianos
Para 1981, Luis Herrera Campins, presidente de la República firma el ejecútese para la remodelación del Aeropuerto de Barquisimeto con motivo de los Novenos Juegos Deportivos Bolivarianos, ampliándose la terminal y la pista. Además, se instalaron luminarias en la extensión de pista de aterrizaje.
Asimismo, se remodeló la Base Aérea Teniente Vicente Landaeta Gil y el Aero Club de Barquisimeto y sus hangares y andenes. “En ese año fue ratificada la categoría de Internacional para el Aeropuerto de esta ciudad”, confirma Guerra Brandt.
Ese mismo año, la reconocida Línea Aérea AVENSA pone en servicio la ruta Barquisimeto-Maiquetía y viceversa, que será conocida como el madrugador.
Posteriormente, en 1982, esta terminal aérea adquiere la categoría Internacional con el inicio de los vuelos de la línea aérea Viasa con las rutas Barquisimeto-Miami y viceversa. Disponía de una imponente y moderna torre de control, una pista de 2.850 metros de largo, aunado al incremento de servicios a los pasajeros, hacen que el aeropuerto cumpla con las exigencias del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC), según investigación del cronista Guerra Brandt.
El primer accidente mortal
El teniente Vicente Landaeta Gil, nacido en Caracas en 1865, falleció trágicamente en Barquisimeto el 4 de febrero de 1931.
Reseña el cronista Silva Uzcátegui, que este piloto volaba sobre el campo de aviación de Barquisimeto, en un Farman 190, cuando de forma intempestiva el avión se precipitó a tierra.
Este accidente fue el primero en Barquisimeto y Landaeta Gil el primer aviador militar que pereció en un evento aéreo en Venezuela.
Aeroreporta en El Impulso
Los barquisimetanos de antier recuerdan la muy leída columna diaria Aeroreporta del periodista Salvador Macías que publicaba el Diario El Impulso.
Era una suerte de buen reporterismo desde el Aeropuerto de Barquisimeto. Allí, con su máquina de escribir y el fotógrafo de turno, Macías daría cuenta diaria de los pasajeros que saldrían a otros destinos y de quienes arribaban, de donde saldrían notica, y amenas conversaciones con el agregado de su talante intelectual para informar con agrado al lector, cita el historiador Jorge Ramos Guerra.
Otro acontecimiento sin precedentes fue la llegada del cantautor Pedro Infante a Barquisimeto, refiere Guerra Brandt. Ese suceso histórico se registró el 23 de enero de 1957, procedente de Panamá, lo que conmocionó a Barquisimeto, movilizándose la ciudad en masa para presenciar el arribo del artista mexicano.
Tragedia en el aeropuerto
Igualmente se recuerda con pesar el espeluznante suceso que conmovió a Venezuela entera cuando el 11 de marzo de 1983, un McDonnell Douglas DC‑9 serie 32, con las siglas YV-67C de Aerovías Venezolana (Avensa) construido en 1967, se precipitó a tierra en la pista del Aeropuerto de Barquisimeto.
El avión perteneciente al vuelo 007, venía de la terminal Simón Bolívar, que está ubicada en Maiquetía, con 45 pasajeros y 5 tripulantes. Reportes indicaron que la aeronave se salió de la pista de aterrizaje para inmediatamente explotar después del aterrizaje aquella aciaga mañana, registrándose la muerte de 22 pasajeros, así como de una tripulante: la azafata Isaura Arias. El resto, que sumaban 27, sobrevivieron con heridas leves y de consideración.
En la tragedia, entre los que perdieron la vida se encontraba el narrador deportivo de Venezolana de Televisión, Luis Enrique Arias, que algunos años antes se desempeñó como comentarista del circuito radial de Cardenales de Lara. Entre los sobrevivientes figuraron tres diputados al parlamento nacional: Germán Lairet, MAS; Juan Medina Lugo, AD y Luis Delgado, Copei.
El diario El Impulso publicó al día siguiente una panorámica captada por el lente del reconocido reportero gráfico José A. Peña “Gordo Peña”, con una perspectiva desde el aire sobre el desolador suceso, que le daría la vuelta al mundo.
Fuente: Investigación y documentación del cronista Carlos Guerra Brandt. Junio de 2024.
Rafael Domingo Silva Uzcátegui. Barquisimeto. Historia Privada. Caracas 1959.
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