En la noche del 10 de septiembre se llevó a cabo el segundo debate presidencial y el primero entre el republicano Donald Trump y la ahora candidata por el Partido Demócrata, Kamala Harris.
Recordemos que el primer debate se realizó entre el escogido por la Convención del Partido Demócrata Joe Biden y Donald Trump, con resultados favorables a este último y con la renuncia de Joe Biden a la candidatura supuestamente por no estar en condiciones de vencer al locuaz Donal Trump, quien no oculta que el mundo vive difíciles momentos que amenazan los valores éticos y democráticos que han caracterizado a los Estados Unidos de Norteamérica.
El debate se realizó a las 9:40 pm hora del Pacífico en el Centro Nacional de la Constitución de Filadelfia. Pudimos verlo en español por la traducción simultánea para los millones y millones de habla hispana en el mundo a través de las cadenas de televisión Telemundo y CNN.
Como ciudadanos del mundo tenemos que interesarnos en los mensajes y posiciones de el futuro presidente de esta nación y directamente en lo que pueda suceder en el mundo desde el 5 de noviembre y los próximos cuatro años.
A mi juicio, si como decían los entrevistadores, moderadores y analistas políticos, el debate serviría para que unos millones de indecisos despejaran sus dudas y se inclinaran hacia una de las dos opciones, pienso que tal objetivo no se logró.
¿Por qué no se logró el objetivo de convencer a los indecisos? Muy simple: Donald Trump ya fue presidente y Kamala Harris es pieza fundamental de este gobierno, quizás la más destacada e importante, por tanto su opción está vinculada a lo bueno o malo que consideren los electores votantes.
¿Podemos decir que hubo un ganador de ese debate? Por la explicación precedente obviamente que no lo hubo. Así que quien según las mediciones serias y creíbles señalen que está ganando las elecciones, ese será el ganador.
Todo sigue igual, inmodificable y veremos, no obstante, a los que pretenden influir en los resultados decir cosas de uno y de otra con la intención de inclinar la balanza de acuerdo con sus intereses.
¿Cómo veo el panorama? Donald Trump estaba sobrado en las preferencias electorales y si hubieran repetido los demócratas con Joe Biden, Trump hubiera arrasado; pero la sustitución por la mediática y carismática figura de Kamala Harris hizo que se acortara la distancia hasta el punto de que muchos analistas políticos consideraron un empate técnico. Ahora hay que medir hasta dónde la incorporación de dos personajes de la importancia que en Estados Unidos tienen el político y abogado John Kennedy, hijo del malogrado candidato presidencial Robert Kennedy, y el magnate y poderoso influencer Elon Musk favorecen la candidatura de Donald Trump. Lo sabremos el 5 de noviembre