OPINIÓN

El poder de las ideas

por Albert Geovo Albert Geovo

Esta semana voy a seguir un tema que reiteradamente se ha desarrollado en este espacio, el cual está relacionado con la dimensiones de las ideas, las teorías, las posiciones políticas y sociales.

Antes de comenzar el tema central, se va seguir la idea dentro del marco de los derechos fundamentales, la paz, la libre competencia, las libertades civiles, políticas, religiosas y de cosmovisión, entre todas las derivadas de estos principios y valores del desarrollo de Occidente y del mundo, que creamos o no, fueron el inicio de la civilización.

Sabemos que el corolario se hace largo, pero como en toda auténtica obra, es necesario para trabajar sobre las bases del desarrollo.

Se sabe muy bien que cambiando los focos de atención sobre las ideas, la presión sobre las mismas  opuestas a la paz se diluyen, y de forma directa  se  contribuye al desarrollo de la tan necesaria paz, lo cual se traduce en avance económico, avance en derechos humanos; además que esta maniobra permite avances reales en el fortalecimiento de las ideas de la paz, a su vez consolida el desarrollo que la humanidad desea.

Existen muchos ejercicios que permiten apagar cualquier aliento a las tesis tiránicas totalitarias, para estas estrategias, existen centros y observatorios expertos en planificación, resoluciones de conflictos, ligados a la diplomacia mundial que trabajan día a día en ello.

Es una fortuna para la humanidad incluir estos análisis, en el modelo educativo mundial para darle resonancia, reimpulso al auténtico rol de los medios de comunicación nacionales e internacionales, consolidando estas planificaciones, análisis tácticos estratégicos que inciden directamente en los modelos de pensamientos individuales y de la sociedades todas.

Para ello, es necesario reconducir las inversiones tecnológicas en los marcos de pensamientos; esto permitirá avances determinantes que beneficien a todos en todos los ámbitos, derechos humanos, desarrollo científico y tecnológico, sociedades en paz,  cohesionadas, coherentes en ambientes de sanas convivencia, integradas consigo mismas y con el mundo, además de sólidas. Donde los niveles de tensión estarán focalizados en más desarrollo, más bienestar, mayores libertades, sociedades integradas, maximizando la seguridad y el desarrollo civilizador que se requiere y exige la época.