El parasitismo petrolero y la seudoeconomía, desde la perspectiva de los mensajes de la Virgen María en sus advocaciones de Betania y Coromoto

La aparición del petróleo en Venezuela ha sido un hecho trascendental en la historia del país, transformando su economía, sociedad y política. Sin embargo, este evento ha generado una crisis multidimensional que afecta a varios aspectos de la vida venezolana. En este artículo, que ofrece una perspectiva espiritual y de reconciliación para superar esta situación, se analizarán los aspectos clave de esta crisis y se relacionarán con los mensajes de la Santísima Virgen María en sus advocaciones de Betania y Coromoto (1652): «vayan al lugar donde viven los blancos para recibir el agua sobre la cabeza y así poder ir al cielo«.

La crisis económica

La explotación petrolera ha generado una gran riqueza en Venezuela, pero también ha creado una economía excesivamente dependiente de un solo producto, lo que la hace vulnerable a las fluctuaciones del mercado internacional. En consecuencia, la industria petrolera es marginal en términos de empleo y no ha generado un desarrollo económico sólido y diversificado, lo que ha derivado en un «parasitismo petrolero» y una «pseudoeconomía», según las expresiones del Dr. Arturo Uslar Pietri.

En este escenario, la Virgen de Betania, en su mensaje del 1 de abril de 1989, habla de la importancia de «sembrar la semilla santa del alimento» y de «producir sembrando los surcos con la semilla santa del alimento«. Estas palabras pueden interpretarse como un llamado a diversificar la economía venezolana y no depender únicamente de la explotación petrolera, es decir “sembrar el petróleo”. La diversificación productiva y el desarrollo de otros sectores económicos podrían ser claves para fortalecer la resiliencia y el crecimiento sostenible del país.

Además desde la postura del mensaje de la Virgen de Coromoto también puede verse como un llamado a la diversificación económica y a no depender únicamente de un solo recurso, en este caso el petróleo. Al indicar al indio Coromoto que vayan «al lugar donde viven los blancos«, se puede interpretar como una invitación a abrirse a otros sectores productivos más allá de la explotación de recursos naturales

La crisis social

La riqueza petrolera no ha beneficiado a toda la población venezolana, generando una gran desigualdad económica y social. La Virgen de Betania, en su mensaje del 25 de enero de 1989, habla de la necesidad de «unirse» y «dar las manos» para lograr la justicia social y la reconciliación. Esto se puede interpretar como la necesidad de trabajar juntos para superar las desigualdades y lograr un desarrollo más equitativo.

Igualmente el mensaje de la Virgen de Coromoto también puede entenderse como un llamado a la integración y la unidad social. Al indicar a los indígenas que vayan a donde viven «los blancos» para recibir el bautismo, se puede ver como un símbolo de la necesidad de superar las divisiones y desigualdades sociales

La crisis política

La dependencia del petróleo ha generado una política clientelar, en la que los intereses económicos y políticos se anteponen a los intereses del país. La Virgen de Betania, en su mensaje del 16 de febrero de 1989, habla de la necesidad de «afianzar vuestros pasos en el camino que conduce al Monte Sión«, lo que se puede interpretar como la necesidad de trabajar hacia un futuro más justo y equitativo, y no hacia intereses personales o de grupo.

Asimismo el llamado de la Virgen de Coromoto a «ir al lugar donde viven los blancos» para recibir el bautismo puede interpretarse como un símbolo de la necesidad de integración y diálogo entre los diferentes grupos políticos y sociales en Venezuela. Superar las divisiones y polarización política sería clave para avanzar en la resolución de la crisis multidimensional.

La crisis espiritual

La crisis multidimensional de Venezuela también tiene un componente espiritual, ya que la dependencia del petróleo ha generado en términos generales una sociedad materialista y consumista, que parece haber olvidado sus valores y principios. La Virgen de Betania, en su mensaje del 21 de junio de 1987, habla de la necesidad de «recogerse en el silencio» y «sentir la presencia de Dios«, lo que se puede interpretar como la necesidad de buscar una conexión espiritual y una guía divina para superar la crisis.

Por otra parte, el mensaje de Nuestra Señora de Coromoto, al hacer referencia al «agua sobre la cabeza» y «poder ir al cielo«, tiene una clara connotación espiritual y religiosa. Esto se relaciona con la crisis espiritual que afecta a Venezuela, por lo que el llamado a recibir el bautismo puede interpretarse como un camino asociado a la plena concepción de “no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal”: en constante alejamiento del ego materialista. Es decir, invita a la población a trascender el plano material y mundano, para reencontrarse con lo trascendente y espiritual. Este proceso de introspección y búsqueda interior sería clave para sanar la crisis de valores que afecta a Venezuela, y reencontrar el camino hacia una sociedad más justa, solidaria y en armonía con sus principios éticos y religiosos.

La crisis emocional y mental

La crisis que enfrenta Venezuela ha generado una profunda “disociación entre la mente y el corazón” de su pueblo, con devastadoras consecuencias para su salud integral. Incapaces de reconciliar sus pensamientos y emociones, los venezolanos se ven abrumados por un estado de estrés y ansiedad generalizado, que se manifiesta en problemas de salud mental, físicos y sociales. Esta falta de coherencia entre mente y corazón ha erosionado el bienestar y la resiliencia de la población, dejándolos vulnerables ante el agotamiento emocional, la depresión y los trastornos psicosomáticos. Privados de la armonía interior que les permitiera enfrentar los retos, los ciudadanos se ven cada vez más aislados y desconectados, lo que a su vez exacerba su malestar y dificulta la reconstrucción del tejido social.

En medio de esta crisis, los mensajes de la Virgen de Betania ofrecen una vía de sanación y reconciliación, subraya la necesidad de la “¡Oración… Meditación… Penitencia… Eucaristía…!” para ayudar a los venezolanos a restablecer el equilibrio emocional y mental (17 de febrero de 1989). Estas prácticas pueden proporcionar un espacio para la reflexión y el autoconocimiento, facilitando la armonía entre mente y corazón.

Por último el mensaje espiritual de la Virgen de Coromoto, haciendo referencia al «agua sobre la cabeza» y «poder ir al cielo«, puede interpretarse como un llamado a la reintegración emocional y de pensamiento de la población venezolana. La crisis ha generado un gran desgaste emocional y mental, distanciando a las personas de sus creencias y convicciones. El mensaje de la Virgen puede verse como una invitación a la introspección, al silencio y al encuentro con lo trascendente, como camino para sanar las heridas emocionales y mentales.

Conclusión

Los mensajes de la Virgen de Betania y Coromoto ofrecen una vía de reconciliación y sanación espiritual, social y económica para superar la crisis multidimensional que afecta a Venezuela. La diversificación económica, impulsada por los llamados a «sembrar la semilla santa del alimento» y a no depender únicamente de la explotación petrolera, se presenta como un camino para fortalecer la resiliencia y el crecimiento sostenible del país, alejándolo del «parasitismo petrolero» y la «pseudoeconomía». Además, el mensaje de la Virgen de Coromoto sugiere una invitación a abrirse a otros sectores productivos más allá de los recursos naturales.

Por otro lado, los mensajes sobre la necesidad de «unirse» y «dar las manos» para lograr la justicia social, así como el llamado a superar las divisiones y desigualdades sociales, apuntan a la importancia de trabajar juntos por un desarrollo más equitativo e integrador. De manera similar, el mensaje de la Virgen de Coromoto, al indicar a los indígenas que vayan a donde viven «los blancos» para recibir el bautismo, se puede ver como un símbolo de la necesidad de superar las divisiones y desigualdades sociales. Finalmente, la invitación a la introspección, el silencio y la conexión con lo trascendente, presente en los mensajes de la Virgen en ambas advocaciones, puede ser clave para sanar la crisis de valores y reencontrar el camino hacia una sociedad más justa, solidaria y en armonía con los principios éticos y religiosos.

Notas aclaratorias

La «disociación entre la mente y el corazón» se refiere a una falta de alineación o coherencia entre lo que las personas piensan (mente) y lo que sienten (corazón). Esto puede llevar a una serie de problemas emocionales y mentales, como el estrés, la ansiedad y la depresión. Cuando los pensamientos y emociones no están en sintonía, la gente puede sentirse abrumada, lo que erosiona su bienestar general y su capacidad para enfrentar desafíos.
La «pseudoeconomía» se caracteriza por una actividad económica basada en apariencias y no en la creación real de riqueza. Este fenómeno se manifiesta en la proliferación de empleos públicos innecesarios, la distribución de subsidios y créditos, así como la creación de empresas que no generan valor, sino que, por el contrario, consumen recursos y dependen de la ayuda del Estado para subsistir. Lejos de impulsar un desarrollo económico sólido, esta pseudoeconomía conduce a una situación insostenible, que se vuelve vulnerable a las fluctuaciones en los precios del petróleo. En lugar de producir valor, la actividad económica se reduce a meras apariencias, sin lograr cimentar un crecimiento duradero y diversificado.
El parasitismo petrolero también tiene un impacto negativo en la sociedad. La población se vuelve dependiente del Estado y de la riqueza petrolera, lo que lleva a una pérdida de la ética del trabajo y la responsabilidad individual. La educación y la innovación se vuelven menos importantes, ya que la riqueza petrolera se considera una fuente de ingresos fácil y segura.

“¡Al final el Inmaculado Corazón de la Virgen María triunfará!”