En una situación rocambolesca, el régimen de Nicolás Maduro ofreció recompensa de 100.000 dólares a quien proporcionara datos que condujeran a la captura de Edmundo González Urrutia, pero en septiembre había amenazado al presidente electo para que se fuera al exilio.
La mayor paradoja, sin embargo, fue que el señalado como padrino del Cartel de los Soles no hizo sino recordar la recompensa que Estados Unidos ofrece por su propia captura, aumentada el viernes 10 de enero -cuando consumaba el golpe de Estado en Venezuela- de 15 millones a 25 millones de dólares.
Washington presentó el jueves 26 de marzo de 2020 cargos contra Maduro por narcoterrorismo y por liderar esa organización criminal, que secuestró las instituciones en Venezuela para traficar con drogas y robar. Las revelaciones en el encausamiento de 28 páginas muestran la profundidad de las investigaciones desde hace más de dos décadas.
Militares venezolanos eran desde entonces los jefes operativos de los envíos de drogas, pero más arriba figuraban Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Para garantizar esos vuelos -vía Centroamérica y el Caribe-, indica el encausamiento, Maduro y sus socios recibían sobornos de la guerrilla colombiana de las FARC a cambio de información sobre los radares aéreos y marítimos de Venezuela.
El poder de negociación de Maduro mejoró en 2006, cuando su jefe lo nombró canciller. Ese año, según la acusación federal estadounidense, recibió a través de un intermediario 5 millones de dólares como resultado de una operación de lavado de dinero de las FARC provenientes de secuestro y narcotráfico, que él lavaría a su vez con ayuda de Chávez.
En el mismo 2006, el Cartel de los Soles, en su afán por “inundar” de cocaína Estados Unidos y Europa, despachó un avión del hangar presidencial de Maiquetía con 5,6 toneladas de esa droga. La aeronave aterrizó luego en el aeropuerto de Ciudad del Carmen, en Campeche, México. Las autoridades de ese país incautaron el cargamento.
“En 2013, Nicolás Maduro tenía que estar aquí en Estados Unidos, en una reunión de las Naciones Unidas, y él canceló a último momento porque, al igual que había pasado en 2006, esta vez Francia había incautado toneladas de drogas del Cartel de los Soles”, ha dicho Ariana Fajardo, que como fiscal del distrito sur de Florida participó en la formulación de cargos contra el dictador y sus socios.
Estados Unidos también ofrece ahora 25 millones de dólares por información que lleve a la captura de Diosdado Cabello (antes eran 10 millones de dólares) y otros 15 millones de dólares por el arresto del general en jefe Vladimir Padrino, dos de esos socios de Maduro. Nadie está por encima de la ley ni más allá del alcance de la policía estadounidense, parece recordarles la DEA.
Washington sabe entre quienes se decidió quién sería el delegado para acordar actividades con las FARC, a las que no solo se les ha dado dinero y espacio en Venezuela para traficar droga, sino también armas de la FANB a cambio de cocaína. Conoce asimismo sobre las operaciones para facilitar el tránsito de narcotraficantes en dirección a Centroamérica a cambio de sobornos.
El esfuerzo por retener el gobierno revela el temor que le quita el sueño a la cúpula cívico-militar que ha acompañado a Maduro en la represión política y en el negocio de la droga, por el que arrastró a la FANB a la guerra de guerrillas de 2021 en Apure para defender a su socio Iván Márquez contra sus rivales en el crimen organizado.
Esa guerra secreta de intereses oscuros, para colmo de conducción técnica ineficaz que llevó a la derrota y a la rendición incondicional, arrojó al sacrificio a jóvenes soldados, empañó el prestigio del uniforme de la FAN y dejó una profunda huella en su identidad. Por eso probablemente deberán responder el padrino golpista del Cartel de los Soles y sus cómplices, que también roban elecciones.
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