OPINIÓN

El nuevo orden mundial (II)

por Alejandro Uribe Alejandro Uribe

En mi artículo publicado el 19 de abril de 2022 indicaba que la existencia y la práctica generalizada, edulcorada falsamente y aceptada, del uso frecuente de aberraciones tales como la especulación, corrupción, invasiones, pederastia y manipulación de la información, producían distorsiones de las dimensiones que rigen tanto al pensamiento como al comportamiento humano y a dichas dimensiones del pensamiento las podemos dividir en: economía, política, geopolítica, religión y comunicación.

Las aberraciones distorsionantes son a la vez generadas por los vicios capitales mencionados en la filosofía y la religión de la cultura occidental, donde quizás los dos pecados más perversos sean la combinación de la pereza con la avaricia, que convierten a un pequeño grupo de seres humanos en una élite de manipuladores, estafadores y delincuentes, carentes de escrúpulos, que pretenden vivir como parásitos o vampiros económicos a expensas de los demás, sin trabajar ni producir nada útil en su paso por la vida y en mi opinión, esos personajes conforman la casta del poder en la oscuridad, que promueven como líderes y gobernantes a otro grupo de personas con limitaciones éticas o intelectuales, quienes representan el poder visible en las naciones y que son manipulados mediante los demás vicios capitales que son: envidia, soberbia, ira, gula y lujuria –ver el caso reciente del magnate financiero y pederasta Jeffrey Epstein, quien trató de corromper y manipular a los políticos, empresarios, intelectuales, académicos y gobernantes más influyentes del mundo, mediante la pederastia y otras aberraciones–.

Por las razones expuestas y según la historia universal, pareciera que la humanidad desde sus comienzos ha estado condenada a sufrir bajo el dominio de sicópatas, sociópatas, genocidas, megalómanos, criminales y aberrados, como fueron en orden histórico algunos emperadores, reyes o gobernantes desquiciados del pasado, de los que podemos citar a algunos como Alejandro Magno, Calígula, Nerón, los caballeros templarios, Napoleón Bonaparte, Adolfo Hitler, etc, y no todos ellos eran precisamente unos ignorantes, pues el maestro de Alejandro Magno fue Aristóteles y el de Nerón fue Séneca –filósofos muy influyentes y respetados– siendo Alejandro el Grande un modelo negativo del liderazgo occidental, para emular sus invasiones, atropellos, abusos, violaciones, fechorías, asesinatos y saqueos, en las diferentes naciones del mundo y en nuestros días aún existen personajes que quieren replicar las acciones de los genocidas del pasado.

En la búsqueda de gobernantes honestos, sabios y con visión de estadistas, en nuestra cultura occidental recurrimos a una forma ideal de gobierno llamada democracia, pero infortunadamente esta modalidad ha sido pervertida por grupos de especuladores monetarios y financieros, uno de cuyos exponentes visibles actualmente es Mr. Soros, quienes crean y financian a organismos supranacionales, que ofrecen ayudas supuestamente humanitarias y la defensa de los derechos humanos, junto con libertad y democracia, pero intervienen en las diferentes naciones, escogiendo, financiando, promoviendo y llevando al poder a ciudadanos ignorantes, incapaces o corruptos, que les sirven de tontos útiles para sus propósitos y con ese objetivo promueven desviaciones de las virtudes para destruir la moral y la familia, creando diversas dicotomías para dividir y enfrentar a los ciudadanos y financiando protestas, migraciones, desestabilizaciones de gobiernos, revoluciones, invasiones y guerras, pues su objetivo es tratar de adueñarse de territorios, recursos naturales y activos ajenos, porque constituyen un poder oscuro que maneja los hilos de quienes detentan el poder visible y usan el dinero obtenido mediante sus prácticas delincuenciales especulativas, para financiar a intelectuales, académicos, periodistas, universidades reconocidas, diversas organizaciones y a políticos, que son sus caballos de Troya, a quienes no les interesa investigar de donde provienen los fondos que los mantienen, ni mucho menos el sufrimiento de los ciudadanos que dicen representar.

Estas organizaciones oscuras son financiadas por capitales provenientes de la especulación monetaria y financiera, que es una forma edulcorada de delincuencia y esos entes oscuros  suplantan las funciones que deberían ejercer organismos mundiales, burocráticos, ineficientes e ineficaces como la Organización de las Naciones Unidas que fue creada el 24 de octubre de 1945 a raíz de la Segunda Guerra Mundial, para poner orden en el mundo y que actualmente cuenta con representantes de 193 estados, 37.000 empleados y docenas de dependencias burocráticas dispersas por todo el globo terrestre y su misión era la solución de los diversos problemas que afectan a la humanidad, cuya misión no ha logrado cumplir a cabalidad, siendo sus objetivos: mantener la paz y la seguridad internacionales, fomentar las relaciones de amistad entre las naciones, favorecer la cooperación internacional para solucionar los problemas de los países, estimular el respeto a los derechos humanos y promover la justicia, la igualdad y el desarrollo.

Considero que una forma en que la ONU podría ayudar a la política y a la geopolítica actual, para evitar la tercera guerra mundial, debería ser más proactiva, pedir un alto al fuego inmediato y convocar en territorio neutral a los presidentes de Rusia y Ucrania, para que dialoguen, discutan, concilien y resuelvan sus diferencias y solo regresen a sus países de origen cuando lleguen a acuerdos: racionales, justos, inteligentes, honorables y pacíficos, sin que haya intervención de intereses ajenos a esos naciones, tales como son los intereses de los especuladores, los oligarcas corruptos y los perros de la guerra, que son los promotores y los beneficiarios exclusivos de las locuras bélicas, pues al final habrá que dialogar y encontrar una solución a este conflicto y es mejor hacerlo antes que sea demasiado tarde y se haya causado mayor sufrimiento, muerte y destrucción en esos territorios y también en resto del mundo, pues hemos regresado a épocas de barbarie tales como las existentes en tiempos de Alejandro, Calígula, Nerón, las cruzadas, Napoleón y Hitler.

Por cierto, existe un organismo perteneciente a la ONU llamado el Fondo Monetario Internacional que tampoco ha logrado cumplir con sus objetivos que eran: promover la cooperación monetaria internacional, fomentar el comercio internacional, contribuir a establecer un sistema multilateral de pagos para las transacciones corrientes entre los países miembros, reducir el desempleo, conseguir tasas de cambio sustentables, eliminar las restricciones cambiarias que dificulten la expansión del comercio mundial, lograr el crecimiento económico y otorgar créditos a los países miembros con dificultades económicas.

Como muestra de la ineficacia del FMI, tenemos una inflación y recesión a nivel global producida por la aplicación de una teoría fracasada llamada keynesianismo, que se pronunciará aún más por efectos de la expansión desordenada de liquidez en la pandemia, completada con la crisis entre Rusia y Ucrania, pero también países como Argentina por citar uno solo, están endeudados y en crisis económica, aunque recibieron 50.000 millones de dólares en préstamos del FMI en el año 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri.

En el nuevo orden mundial es necesario revisar y corregir el funcionamiento de organizaciones tan importantes como es la ONU y sus organismos dependientes como el FMI y el Banco Mundial, para que cumplan las misiones que les fueron encomendadas, después de la Segunda Guerra Mundial.

Con relación a las sanciones aplicadas a Venezuela como país y las cartas en pro o contra de las mismas, considero que, si las dictaduras de Cuba y Corea del Norte se han mantenido en el poder por más de medio siglo, a pesar de los duros bloqueos a esas naciones, que al final solo sirven para apretarle más el pescuezo a los ciudadanos inocentes y más humildes, esa estrategia de sanciones es totalmente: ineficiente, ineficaz e incorrecta.

Pero no conviene que ocurra en el país lo que hace Rusia masacrando a ucranianos con su invasión, para apropiarse de: territorios, recursos naturales y activos de Ucrania, acción que es similar a lo ocurrido con Libia en 2011, que en nombre de ayuda humanitaria, libertad y democracia fue: bombardeada, destruida, expoliada y estafada, para cambiar a un dictador por gobiernos interinos que no han servido para nada, pues los libios siguen muriendo ahogados en el Mediterráneo, tratando de escapar a Europa, mientras que las empresas petroleras, los belicistas y los perros de la guerra, que promovieron la invasión autorizados por la ONU, siguen extrayendo crudo y gas como si nada ocurriera en ese país, para beneficio de unos pocos, pero los libios continúan sufriendo por: miseria, hambre y violencia -moraleja: lo que realmente importaba eran los activos e hidrocarburos libios y no sus ciudadanos-.

Creo que es necesario que en Venezuela se empiece a usar la conciliación honesta y la diplomacia con: racionalidad, inteligencia, respeto y seriedad, para negociar el regreso a una democracia real, con una des-escalada de las sanciones ineficaces para el país, donde no se impongan como líderes y negociadores a muñecos de trapo, sino que se involucre a los mejores ciudadanos en esas negociaciones, que deben ser: respetuosas, honestas, objetivas, eficaces y eficientes, «buscando solo el bien supremo de la nación», porque los ciudadanos no pueden seguir eternamente en esta situación estéril y perversa de: manipulación, división y beligerancia, que solo conviene a algunos pocos: corruptos, estafadores, especuladores, vividores, manipuladores y delincuentes, que creen representar a los 36 millones de venezolanos.