El lector más o menos avezado en materia de “nietzscheismo” sabe que el “padre del “nihilismo alemán” es, junto con Wolfgang Johannes Goethe, Georg Wilhem Friedrick Hegel, Max Stirner y MarHeidegger, uno de los grandes gigantes del pensamiento abstracto que ha dado el vigoroso espíritu pangermánico de la centuria decimonónica.
Sólo se puede otear y columbrar el futuro en hombros de gigantes pero para hacer eso es menester tener vocación de gigantes en materia conocimiento y sabiduría. Gilles Deleuze es un pensador que alcanzó fama universal a raíz de su copertenencia a ese irreverente y magnánimo incendio intelectual y sensitivo del mundialmente célebre acontecimiento subversivo de los valores históricamente constituidos en Francia en 1968 y que la humanidad conoce con nombre del Mayo Francés. Su álter ego fue Félix Guattari, con quien escribió a cuatro manos su celebérrimo Anti-edipo: esquizofrenia y capitalismo (una contribución teórica para una teoría del esquizoanálisis). Deleuze se lanzó por la ventana de su apartamento del quinto piso poniendo fin a su vida cuando tenía la edad en que el hombre alcanza plena madurez intelectual.
Este libro de Deleuze sobre Nietzsche publicado en 1965 en la lengua de Montaigne, pero cuya edición en español del año 2005 llega a los lectores gracias a los auspicios del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia y del Servicio de Cooperación y de Acción Cultural de la Embajada de Francia en España. La versión que me es dado leer en formato digital tiene 118 páginas y se lee con gozosa avidez debido a la vibrante, ágil y tersa prosa ensayística de Deleuze.
La obra abre sus frontispicios presentando la biografía del nihilista alemán abordando rasgos menudos y discretos (intersticiales) de la vida personal e intelectual de Nietzsche seguido de un breve diccionario de los principales personajes de Nietzsche. La filosofía, la obra, los extractos, un recorrido del accidentado itinerario del nacimiento del monumental edificio intelectual del filósofo nacido en 1844 en la casa parroquial de Rocken, en la región de Turingia para entonces anexionada a Prusia; todo lo esencial que puede saberse de Nietzsche está en esta pequeña pero valiosísima obra de Deleuze; solo que el libro trae un adenda a modo de Conclusión sintomáticamente titulado “sobre la locura”, “la locura y los dioses” y “la función de la locura”.
Para escribir esta obra sobre el autor de Así habló Zaratustra, Deleuze investigó en los archivos de Peter Gast, Paul Rée y OVerbeck que se conservan en el “Nietzsche-Archiv en Weimar”y en los mismísimos manuscritos del filósofo maldito que se conservan en el antiguo edificio del Goethe-Schiller Archiv en Weimar. Para los estudiosos amantes irredentos del estudio e investigación de la filosofía de la historia y de la historia de las ideas filosóficas de Occidente este libro de Deleuze es una verdadera reliquia bibliográfica, un “boccato di cardinale” en el banquete de los análisis crítico-hermenéuticos de la weltanschauung nietzscheana. Enhorabuena leer a Nietzsche se convierte en una oasis en medio del subsahara de la pandemia ideológica que se abate sobre este recodo del orbe terráqueo llamado Venezuela.
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