OPINIÓN

El nepotismo y la corrupción

por Jesús Peñalver Jesús Peñalver

Consigno desde ya que quien le tira a la familia se arruina, y ese parece ser un lema más que se vocea y se pone en práctica. De modo que trabajar y birlar en familia no es cosa de tontos, lo sería si no se hiciera y los ejemplos abundan.

Nepotismo viene del latín nepos – otis, que quiere decir «sobrino».

En la Edad Media, algunos papas y obispos católicos criaban a sus hijos ilegítimos como «sobrinos» y les daban preferencia. Varios Papas son conocidos por haber elevado a sus parientes a ser cardenales de la Iglesia.

Tales técnicas (como el nepotismo) se usaban a menudo como una forma de continuar una «dinastía» papal. Por ejemplo, el papa Calixto III, de la familia Borja, convirtió a dos de sus sobrinos en cardenales.

Uno de esos papas, Rodrigo, usó esta posición para finalmente llegar a ser pontífice, denominándose papa Alejandro VI. Este, Alejandro VI, uno de los papas más corruptos, promovió a Alessandro Farnese, el hermano de su esposa, como cardenal. Farnese llegaría a ser el papa Pablo III.

Pablo también practicó el nepotismo al promover como cardenal a sus dos sobrinos (de 14 y 16 años). La práctica finalmente acabó cuando el papa Inocencio XII prohibió en 1692 el dar cualquier hacienda, oficio, o ingreso a un pariente.

La prohibición del papa Inocencio XII estableció excepción, si el pariente de verdad estaba calificado para ser hecho cardenal.

El nepotismo es la desmedida preferencia que se da interesadamente para las gracias o empleos públicos, su uso es generalmente negativo. Si el empleador contrata a su pariente en lugar de alguien más calificado, solo por el hecho de ser familia, es muestra de nepotismo. Un tanto igual ocurre cuando se intercede para beneficiar a particulares en contrataciones de adquisición de bienes o servicios para sector público. Un solo ejemplo: las cajitas CLAP.

Algunos biólogos han sugerido que el nepotismo es completamente instintivo.

En un país al norte de la América del Sur, en plena zona tórrida, se habla de unos nepotes de altos funcionarios o personajes del poder, que se han visto involucrados en un affaire que entraña mucho dinero, cuyo cálculo alcanza la bicoca de no sé cuántos verdes de la América del Norte. Nunca mejor dicho.

Y más casos, episodios y asuntos relacionados siguen apareciendo, lo cual revela que el erario de ese país ha sido piñata y sopa para un gentío vinculado a los manejos non sanctos de la Cosa Pública.

Se habla de toda clase de bienes: grandes embarcaciones, palacetes, cuentas muy abultadas en bancos extranjeros, de testaferros, albaceas y también de muchas sustancias prohibidas. Todo esto debe adjetivarse con la palabra “presunto”, pero sospechar es mi derecho. De manera que hoy, como en la Edad Media, campea el nepotismo grosero y sin máscaras, y ello implica corrupción administrativa.

Y cómo no sospechar de familiares tan cercanos, con pasaportes especiales solo asignados –en teoría– al personal que sirve a la Cancillería. Parientes con aviones, barcos y mansiones en el extranjero, como en La Romana. No sé si nueva o vieja.

Ya hay nepotes procesados, juzgados y condenados por intentar negociar 800 kilos de pollo, perdón, de perico, a un agente encubierto de la DEA. Pero no contaban con la astucia gringa: los sobrinitos han sido juzgados por fiscales, jurados y jueces independientes, porque, la verdad sea dicha, Estados Unidos tiene buena iDEA y la USA.

De modo que andar vociferando por allí que el “imperio contraataca”, “que los sobrinitos están secuestrados”, “que se violan sus derechos humanosy una larga sarta de sandeces que se les chorrea al pronunciarlas, no es lo debido en estos casos. Como sugerí entonces: que asuman su defensa, que paguen con dinero propio sus abogados y hagan un favor a su familia.

Por cierto, el detenido en Cabo Verde ya contrató abogado, otrora muy bien reputado y hoy en día con la moral y el prestigio bien disminuidos.

Desconozco el destino o suerte del procesado, pero sí conviene estar atentos a ver qué logra el abogado español en su defensa de su protegido colombiano.