El planeta entero sigue muy de cerca lo que ocurre en el conflicto entre la Rusia de Putin y Ucrania. No ha sido fácil aceptar que se trata de una invasión armada con pretensiones anexionistas, pero los hechos indican que de eso se trata. ¿Cuáles serán las consecuencias inmediatas y a mediano y largo plazo? Todavía es temprano para hacer pronósticos sin tener todos los elementos en la mano, pero abundan los analistas que predicen una especie de tercera guerra mundial. Ya veremos.
Nuestra obligación fundamental es determinar con claridad la situación de Venezuela y el resto del continente, incluyendo a Estados Unidos y Canadá. En una declaración insólita Nicolás Maduro anunció el respaldo de su régimen a Putin. Llegó hasta el ridículo de ofrecer respaldo humano, material y militar a Rusia cuando el país que dirige está en ruinas y sufre la migración de unos siete millones de compatriotas hacia el mundo entero. La más alta en América y superior a la de Siria. Me imagino que piensa mantener y acrecentar el respaldo de Putin para retener el poder que actualmente concentra, a pesar de las fuertes contradicciones que se agravan en el seno del régimen. En ese esquema perverso hay de todo menos alguna iniciativa o proposición que ayude directamente al pueblo venezolano. Todo lo contrario. Esto está mal y camina aceleradamente hacia peor.
Entre otras cosas, Maduro pareciera ignorar que Colombia pertenece a la Organización del Atlántico Norte –OTAN- y como tal puede tener que asumir obligaciones muy concretas para neutralizar acciones a favor de los declarados enemigos en el conflicto. El presidente Iván Duque ha sido muy claro sobre las relaciones actuales. En eso cuenta con el respaldo activo de toda la sociedad civil y militar identificada con los valores y principios de la libertad y la democracia. ¿Qué tiene Maduro?
Estados Unidos es y continuará siendo por mucho tiempo un país fundamental para la humanidad, tanto en la paz como en la guerra. Para Venezuela es muy importante mantener y estrechar la relación con este gran país. Maduro actúa como si pensara todo lo contrario. Está cavando la tumba del régimen sin necesidad de acciones concretas del exterior. Sus errores y la carencia de piso sólido para mantenerse lo están enloqueciendo. El problema está en que el ciudadano común del país está en lucha diaria por la subsistencia. Todo lo demás pasa a ser secundario cuando lo importante es sobrevivir.
En la oposición democrática deberíamos definir que queremos nosotros de Estados Unidos en todos los aspectos. Hay que sincerarse y trabajar en consecuencia. Poner de lado toda desviación electoralista y centrar el esfuerzo en poner punto final a la usurpación. Para la refundación está el camino constituyente y la gente dispuesta a asumir el reto.
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