Existen dos mundos en la actual Venezuela: el mundo de lo posible y el mundo de la ficción política. En el caso de esta última, ya está en marcha, no hablaré de ella porque es un pleonasmo.
En el mundo de lo posible, una transición pacífica, construida con paciencia y sin revanchismo, es una opción viable y deseable. La construcción de una transición exitosa requiere diálogo, negociación y consenso entre las partes involucradas. Además, implica evitar represalias y buscar la reconciliación, con el objetivo de establecer un sistema político estable y democrático.
Un requisito es la paciencia en este proceso, pues las transiciones políticas pueden llevar tiempo y requerir compromiso a largo plazo. La paciencia permite superar los obstáculos y trabajar de manera gradual hacia una sociedad más justa y democrática.
La transición es un proceso de cambio político y social en el que una sociedad se desplaza de un sistema político o régimen hacia otro. La transición se construye a través del diálogo, la negociación y el consenso entre las partes involucradas, en este caso, el chavismo y la oposición.
La inviabilidad de la violencia en una transición radica en el hecho de que la violencia solo perpetúa el conflicto y dificulta la construcción de un sistema estable y pacífico. La violencia genera resentimiento, desconfianza y división en la sociedad, lo que dificulta la reconciliación y la construcción de consensos necesarios para una transición exitosa.
La construcción de confianza entre el chavismo democrático y la oposición es fundamental para una transición exitosa. Esto implica la voluntad de ambas partes para dialogar, escucharse mutuamente, respetar los derechos y opiniones del otro y trabajar juntos hacia un objetivo común: la construcción de un sistema democrático y estable en Venezuela
No habrá ningún cambio en este país por la vía que se lleva debido a la misma naturaleza del gobierno y al empeño de los actuales actores de oposición que quieren desaparecer al contrario.
El presidente Maduro ya se ha agotado. Es algo normal, ha sucedido en la Unión Soviética, ha sucedido en España con el franquismo.
Por tanto, hace tiempo se abrió la puerta a una transición en la cual el chavismo democrático y la oposición liberal en lo económico puedan llevar al país hacia la democracia sin traumas.
Esta realidad ya se ha empezado a pactar, incluso entendiendo que Maduro tiene derecho y que la transición debe protegerlo como exjefe de Estado. Este es el mundo de lo posible.
Lo demás es el mundo de la ficción. Un paso para que Washington y la Unión Europea puedan colaborar implica levantar algunas sanciones al país, a particulares y militares, como parte del pacto que debe concretarse en el nuevo congreso de 2025.