Al analizar las razones detrás del notable crecimiento social en los países con indicadores positivos y en ascenso, es evidente que el principal motor es el constante impulso económico. Este crecimiento sostenido se debe, en gran medida, a la expansión de la actividad privada en diversos sectores de la economía, logrando superar año tras año sus niveles de producción y productividad.
El mejor indicador de este bienestar social se observa en los salarios, donde los ingresos de los trabajadores no solo cubren sus necesidades de consumo, sino que también les permiten adquirir viviendas, vehículos, pólizas de seguro y ahorrar. Esto demuestra claramente que el crecimiento económico es la mejor solución para que los trabajadores alcancen niveles satisfactorios de calidad de vida. Podemos ver este fenómeno en aquellos países donde la actividad económica, sostenida por un conglomerado de empresas privadas con altos niveles de productividad, proporciona a los trabajadores los ingresos necesarios para cubrir sus necesidades de consumo y alcanzar niveles satisfactorios de calidad de vida para sus familias.
Los países con altos ingresos per cápita se sostienen gracias a una intensa actividad económica, lograda a través del crecimiento constante de su producción y productividad. Esto no solo genera bienestar social, sino también altos niveles de ingresos para el país, resultado de sus exportaciones y contribuciones fiscales, proporcionando a los gobiernos los recursos necesarios para realizar inversiones públicas en infraestructura, salud, educación y seguridad ciudadana.
La empresa privada es el factor determinante en la consecución del crecimiento económico y social, lo cual se traduce en elevados niveles de calidad de vida y felicidad ciudadana. Los países con salarios altos y mejoras sociales sostenidas son prueba de ello.