La señora Bachelet nos visita en el momento más oscuro de la patria. Decimos sin exageración que los venezolanos de esta hora nos toca realizar un esfuerzo descomunal similar, guardando las distancias, con el realizado por nuestros predecesores en la lucha por la Independencia. Nosotros enfrentamos a una corporación criminal aliada globalmente al eje del mal, que han lesionado en grado máximo nuestra soberanía y nos niegan decidir el destino grande de país y trabajar con empeño para legarles una patria digna a las venideras generaciones.
Bachelet ha comprobado la violación dell Estado de Derecho, a la representación, a la ausencia de justicia, en un régimen autoritario que ya dura 20 años; la existencia de 687 presos y 12.000 personas sin libertad plena, con obligación de régimen de presentación. Tan grande como una catedral es la realidad de 31 diputados fuera del Parlamento, producto del acoso policial contra la única institución legítima y representativa. El régimen la viene devanando hasta eliminarla.
Se enteró de las cárceles clandestinas y los testimonios varios sobre centros ilegales de reclusión. De la pérdida de 300.000 vidas humanas que no les tocaba morir. Tuvo que batuquearla la cifra récord mundial de 341.000 solicitudes de asilo que suman 460.000 desde 2014. Es obvio que los venezolanos huyen en condiciones de extrema vulnerabilidad, presionados por factores negativos del contexto. Huyen del hambre, la enfermedad y la persecución. Intentan sobrevivir y luchar también contra el rechazo y la xenofobia, la trata, el secuestro de grupos irregulares, la explotación por empleos informales, trochas y coyotes.
Reclamamos para nuestros hermanos la condición de refugiados como medida de protección, porque es claro que ellos salen porque les acarrea mayores peligros permanecer aquí. La integración debe ser social, económica y política. Sabemos que los países hermanos adonde migramos son países en desarrollo y estructuralmente con muchos problemas.
No hay embarcaciones para el rescate de los naufragios en altamar consecuencia de la salida de pequeñas embarcaciones con hermanos que sueñan con mejores condiciones de vida.
Sufrimos y padecemos una situación de depauperación intencional para el control social de un régimen forajido que engendró un Estado fallido; jamás resignados, nos mueven ideales de libertad, queremos dejar testimonio de lucha, sabiendo que destruyeron los mecanismos electorales como medios para dirimir conflictos.
Todas las vías conducen a que Maduro salga del poder, para rescatar la democracia y la libertad. Reclamamos justicia para que los responsables de las violaciones sistemáticas salgan de sus cargos y cumplan las condenas.
¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados, ni exiliados!
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