El momento ha llegado para comenzar una nueva era democrática en Venezuela. Con cualquier escenario que se presente el 10 de enero de 2025, ese mismo día o los subsiguientes, al régimen no le quedará más remedio que salir del poder, por las buenas o por las malas, porque la comunidad internacional actuará con sanciones o de otra manera pues la dictadura no hizo caso a las advertencias que están haciendo todos los países y organismos internacionales, y no podrá seguir mintiendo a los poquísimos seguidores que le quedan, por supuesto, con las consecuencias que esta nueva situación creará. No importa si son días o semanas, pero el gobierno está naufragando. Si el actual desgobierno cruza la línea y trata de mantenerse en el poder, después del 10 de enero, por no realizar una transición pacífica cumpliendo con el mandato popular del 28 de julio, se le complicará la situación a la cúpula civil y militar que aún apoyan a la dictadura. Ni siquiera los recientes cambios que se hicieron en los diferentes ministerios en Venezuela le servirán de nada al régimen. Esos cambios no fueron otra cosa que un acomodo momentáneo para cumplir compromisos, de los cuales el otorgado al que anda con el mazo dando es el que más le puede complicar la situación al usurpador de Miraflores.
Dentro de pocos días habrá cambio de gobierno en Estados Unidos, Donald Trump asume la presidencia el 20 enero de 2025 y no es el mismo que gobernó al coloso del norte en el primer mandato. Ahora tiene la experiencia, conoce lo que está sucediendo en cualquier rincón del mundo y sabe muy bien cuál es el juego macabro que está haciendo la dictadura venezolana, lo cual afecta la seguridad de Estados Unidos y del continente. El presidente Trump, al nombrar al senador Marco Rubio como secretario de Estado, puso en alerta a los miembros del régimen porque el republicano ha sido un fuerte crítico de las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua y esta vez no valdrá de nada que pidan ayuda a los aliados como Rusia, Corea del Norte, China o Irán. Trump ya ha lidiado con Putin, Kim Jong-un, Xi Jinping e Irán, este último país sabe que no es lo mismo irrespetar a la actual administración de Estados Unidos, que hacerlo con la administración entrante. La dictadura se equivoca si cree que podrá ganar tiempo o negociar con Trump, con petróleo o con promesas de sacar a los delincuentes que el mismo régimen envió a Estados Unidos. Trump entra en su último periodo porque las leyes estadounidenses así lo establecen y quiere pasar a la historia como el presidente que hizo nuevamente a Estados Unidos, una nación respetada en todo el mundo y que no pondrá ninguna mancha en su política exterior, cayendo en alguna trampa por parte de la dictadura venezolana.
Los últimos acontecimientos internacionales indican que el panorama no luce bueno para el inquilino que está en Miraflores con el contrato vencido. La comunidad internacional, los diferentes organismos multilaterales como la Organización de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, el Centro Carter, Amnistía Internacional y la Corte Penal Internacional, conocen la política de Estado del régimen venezolano, con violaciones reiteradas de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero que además acostumbrado a robar el erario público, ahora se robó las elecciones del 28 de julio de 2024 y Edmundo y todo el mundo lo sabe.
Por otra parte, si el régimen venezolano creía que Edmundo González se quedaría de brazos cruzados ante la nueva administración de Trump, se equivocó: el presidente electo de Venezuela afirmó que ya “hay comunicación” con el equipo del presidente número 47 de Estados Unidos. Si a lo anterior sumamos que María Corina Machado prometió a la nueva administración estadounidense que Venezuela será un “aliado confiable” durante la presidencia de Edmundo González, sin ninguna duda que esa es la posición que más le interesa. El presidente Trump y el mundo conoce que el régimen venezolano no es y jamás será confiable, porque todos saben cómo actuó, actúa y actuará el gobierno delincuencial que rige en Venezuela.
Así que estamos seguros de que en esta oportunidad se logrará la libertad y la democracia en Venezuela. El régimen madurista cada día está más aislado. Las actas entregadas por el Comando con Venezuela están en poder del mundo entero. La voluntad expresada el pasado 28 de julio por los venezolanos debe ser respetada a como dé lugar. Como lo dijera el embajador de Argentina ante los Países Bajos y los organismos internacionales en La Haya, Mario Oyarzábal: “Venezuela no puede considerarse un Estado de derecho… la voluntad democrática de su población es ignorada de manera deliberada”, discurso pronunciado ante la Corte Penal Internacional, el pasado 3 de diciembre de 2024.
“Una papeleta de voto es más fuerte que una bala de fusil”, Abraham Lincoln.