“Aceptad, Libertador Simón Bolívar, estas ofrendas, tributadas a vuestras virtudes y a los ilustres servicios que habéis hecho a vuestro país y a la causa del género humano. Que ellas se conserven en los archivos de la libertad de la América del Sur…os saludan como a Bolívar el Libertador, el Washington del Sur”.
Así le escribió George Washington Parke Custis, hijo adoptivo del primer presidente de estados Uniodos, al Libertador Simón Bolívar en una carta fechada en 1825.
La familia de George Washington quería homenajear al hombre más importante del momento y como regalo le enviaron un medallón con el retrato del héroe de Mount Vernon. En el medallón venía igualmente un mechón de su cabello ya que en la época era común regalarse cabello.
Bolívar no conoció Washington en persona, porque al morir el héroe norteamericano en 1799 el Libertador era un adolescente de 16 años, su admiración temprana por él, lo acompañaría siempre.
Un detalle histórico relevante es que cuatro años antes de producirse la firma del Acta de Independencia de Venezuela, Bolívar viajó a Estados Unidos y allí ratificó su admiración por el general Washington.
Desde Francia Bolívar se embarcó en un buque, en enero de 1807, que atracó en Charleston, Carolina del Sur, para comenzar su recorrido por una parte de los Estados Unidos. Luego, se embarcó con destino a Venezuela a mediados del mismo año.
El propio La Fayette
El gobierno norteamericano encargó al propio general francés Gilbert du Motier, marqués de La Fayette, héroe de la Guerra de Independencia de Estados Unidos, como intermediario entre la familia de Washington y Bolívar.
Lafayette en sus escritos afirmó que la familia del primer presidente norteamericano había “conservado estas prendas hasta que ha venido un segundo Washington que debe ser su dueño”.
El marqués, que mantenía comunicación frecuente a través de correspondencia con el Libertador le escribió el primero de septiembre de 1825:
«Mi religiosa y filiar consagración a la memoria del Gral. Washington, no podía apreciarse mejor por su familia, que honrándome con la comisión que me ha encargado. Satisfecho de la semejanza del retrato, yo tengo la dicha de pensar, que de todos los hombres existentes, y aun de todos los de la historia, el Gral. Bolívar es él solo a quien mi paternal amigo habría preferido hacerle este obsequio…Recibid Presidente Libertador, el homenaje de mi profunda y respetuosa adhesión».
Bolívar, por su parte, le respondió al marques Lafayette con una carta fechada en Lima, el 20 de marzo de 1826:
«He tenido el honor de ver por primera vez, los nobles caracteres de esa mano bienhechora del Nuevo Mundo. Este honor lo debo al coronel Mercier que me ha entregado vuestra estimable carta del 1ro. de septiembre de 25. No hay palabras con que explicar todo el valor que tiene en mi corazón este presente y sus consideraciones tan gloriosas para mí. La familia Washington me honra más allá de mis esperanzas aun las más imaginarias, porque Washington presentado por Lafayette es la corona de todas las recompensas humanas. Él fue el noble protector de las reformas sociales y vos el héroe ciudadano, el atleta de la libertad que, con una mano, sirvió a la América, y con la otra al antiguo continente. ¡Ah, qué mortal sería digno de los honores de que se dignan colmarme vos y Mount Vernon! Mi confusión es igual a la inmensidad del reconocimiento que os ofrezco junto con el respeto y la veneración que todo hombre debe al Néstor de la libertad.»
Lo recibió ocho meses más tarde
El marqués de Lafayette llegó a Colombia en septiembre de 1825 con el preciado obsequio, pero el Libertador se encontraba en ese momento en la capital del Perú.
Lafayette imposibilitado de continuar hacia aquella montañosa región toda vez que tenía planificado partir para Europa en los próximos días, le encomendó el medallón al abogado antioqueño José María Salazar, junto con una carta de su puño y letra, y otra enviada por el hijo de Washington.
Salazar (autor del primer Himno de Colombia) que era embajador Plenipotenciario en Washington, le envió días después el presente y las cartas a Bolívar, a través del correo de posta. Y le escribe:
«Señor, la familia del ilustre Washington, ofrece a V. E, un presente digno de V.E y de ella misma, y se ha valido de su dirección, del respetable medio del general Lafayette, que lo ha puesto en mis manos con las adjuntas cartas…el señor George Washington Parke Custis, cuando en nombre de la familia que representa, insinúa a V.E que ella ha conservado estas prendas, hasta que ha venido un segundo Washington que debe ser su dueño: concepto que en cierta manera, identifica la copia con el modelo, sentimiento lleno de fuerza y de belleza moral…y este pueblo, que no por ser grande, deja de ser justo, que en toda ocasión oportuna, manifiesta a V.E su aprecio y le llama el Washington del Sur, título comprensivo del mayor elogio con que pueda honrarle».
Transcurrieron ocho meses, hasta que el 25 de mayo de 1826, estando Bolívar en la ciudad de Arequipa, recibió el obsequio que venía desde el otro extremo del continente. Inmediatamente Bolívar remitió carta al hijo de Washington:
«Hoy he tocado con mis manos este inestimable presente. La imagen del primer bienhechor del continente de Colón, presentada por el héroe ciudadano General Lafayette y ofrecida por el noble vástago de esa familia inmortal, era cuanto podría recompensar el más esclarecido mérito del primer hombre del universo. ¿Seré yo digno de tanta gloria? No: más la acepto con un gozo y una gratitud que llegarán, junto con los restos venerables del padre de la América, a las más remotas generaciones de mi patria ellas deberán ser las últimas que queden del Mundo Nuevo. Acepte Ud., señor, los testimonios más sinceros y respetuosos de mi perfecta consideración. Bolívar».
Autores de la libertad
El medallón de Washington es de oro macizo en forma oval, con un diámetro mayor de 7 centímetros por otro de 5, que tiene por el anverso el retrato de Washington, artísticamente ejecutado en una miniatura realizada por Gilbert Steward, basada en el conocido cuadro de Robert Field y en el reverso un esmalte azul en cuyo centro aparece cubierto por un óvalo pequeño de cristal el mechón de cabello del general George Washington. En el contorno del cristal y sobre una lámina de oro está grabada la siguiente inscripción escrita en latín:
AÜCTORIS LIBERTATIS AMERICANJE IN SEPTENTRIONE HANC
IMAGINEM DAT FILIUS EJUS
(PATER PATRIÍE)
ADOPTATÜS ILLI Qül GLORIAM SIMILEM IN AUSTRO ADEPTUS EST.
El grabado traducido al español señala: «Este retrato del autor de la libertad en la América del Norte, lo regala su hijo adoptivo á aquél que alcanzó igual gloria en la América del Sud»
Desde ese momento, el Libertador usaría el medallón de George Washington en su pecho, luciéndolo en sus trajes de gala.
Con respecto al mechón de George Washington, se exhibe en el Museo Bolivariano de Caracas y el Medallón reposa en el museo del Banco Central de Venezuela.