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El Manifiesto Comunista ¡vuelve a la palestra!

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La elección en política no es entre el bien

y el mal sino entre lo preferido y lo detestable.

Raymond Aron

En días recientes, El Nacional publicó un editorial acerca de la reedición en España del Manifiesto Comunista folleto escrito por Karl Marx y Friedrich Engels para la Liga Comunista, y vuelto una vez más a editar, esta vez por el gobierno español cuyo presidente es Pedro Sánchez, pero bajo la coordinación o patrocinio de Yolanda Díaz, ministra del Trabajo por el partido Unidas Podemos. Es bueno acotar aquí que los pícaros de Podemos fueron financiados por el gobierno venezolano en los tiempos del jefe Hugo Chávez. También ocurrió que la oposición del gobierno español, le recriminó de forma tal publicación en vista de la cantidad de guerras, las dictaduras que ha causado el comunismo donde se ha implantado, y sobre todo las muertes que se calculan en más de 100 millones. Para Isaiah Berlin (en Karl Marx, Madrid, Alianza Editorial, 2007, p.146) es el más grande de los folletos socialistas.

Bajo este contexto, el apóstol de la revolución, nos declara que la abolición de la propiedad privada acabará la libertad y estremecerá las bases de la religión, la moral y la cultura. Según Marx también, la libertad auténtica consiste en poder sostener una actitud independiente, poder del cual el artesano, el pequeño comerciante, el campesino, están desde hace mucho excluidos por el capitalismo.

Los métodos revolucionarios tendrán que ser diferentes al ser distintos los escenarios. Entre las primeras medidas se encuentran la nacionalización de la tierra (ya ejecutada en Venezuela), el crédito y los transportes, la abolición de los derechos de herencia, el aumento de los impuestos (tenemos el impuesto inflacionario ¡el mayor del globo!), el aumento de la producción (?), la destrucción de las barreras entre la ciudad y el campo, la implantación del trabajo obligatorio y de la libre educación para todos.

De acuerdo con Raymond Aron, uno de los que más ha estudiado las diferentes escuelas que han surgido de diferentes interpretaciones del marxismo, en nuestro siglo. Así, el marxismo derivado de la Segunda Internacional como el de la Tercera posee como origen cuatro textos fundamentales: el Manifiesto Comunista, (que contiene en sí la casi totalidad de las ideas eficaces), la Contribución a la crítica de la de economía política y El Capital (del cual el primer tomo, el único publicado durante el transcurso de la vida de Marx, con la teoría del valor-trabajo, del salario y de la explotación expuestos en forma rigurosa junto con la denuncia del capitalismo), y el Anti-Düring, escrito por Engels (excepto un capítulo) pero leído y aprobado por Marx. También, nuestro economista, historiador y sociólogo, al mismo tiempo confesaba que su ideología era la confluencia de la filosofía alemana de Hegel, el socialismo utópico francés, y la economía clásica inglesa en especial la suscrita por David Ricardo.

Un concepto que emergió de estas doctrinas, es la famosa tesis de la renta de la tierra, causada en un momento histórico en Inglaterra, confrontada por el bloqueo de Napoleón Bonaparte, y con una escasez en la producción agrícola que subía los precios y se ponían en cultivo las tierras de menor fertilidad, por lo tanto, los propietarios de las tierras más productivas recibían una renta. Esta renta de la tierra, que David Ricardo la definía como “…aquella parte del producto de la tierra que se paga al terrateniente por el uso de las energías originarias e indestructibles del suelo”. p.51. Y aquí encontramos ya en el razonamiento ricardiano, un error: el uso del suelo no es indestructible, siempre ha habido erosión y mal uso de los terrenos. Así, el arrendador (terrateniente) de unas tierras debe preocuparse por el uso que se le darán a las mismas.

Esta tesis de la renta, Marx, la tomó porque no encajaba con su teoría de la explotación del proletariado al encontrar un superproducto en la agricultura. Grandes economistas como Joan Robinson y Paul Samuelson han declarado que el concepto de valor en economía es metafísico, que lo único que existe son los precios.

También este concepto de la renta de la tierra había sido extendido por un economista en Venezuela, refiriéndola al petróleo, como si fuese una cosa única o extraordinaria, Pero Dresser Pereira uno de los mejores economistas de Brasil, la ha encontrado en todos los países de América Latina, el cobre en Chile, la soya en Argentina, el café en Colombia, etc. Sea como fuere, la renta petrolera ya no existe en nuestra nación, y Venezuela podría considerarse en estos momentos un país no petrolero, que intenta vivir de la renta de las remesas de sus emigrantes. Gracias a la idea marxista de la renta petrolera. ¡Acabaron con la gallina de los huevos de oro!  Y ahora andan buscando otra.

 

Bibliografía

ARON, Raymond: Los marxismos imaginarios, Caracas, Monte Ávila editores C.A, 1969.

BERLIN, Isaiah: Karl Marx, Madrid, Alianza Editorial, 2007.

RICARDO, David: Principios de economía política y tributación, México, FCE, 1974.

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