Por equipo editorial
La demagogia y retórica de un madurismo deslegitimado y que cada vez tiene mayor rechazo internacional al negarse a mostrar las actas de su «supuesto triunfo» electoral, el cual jamás podrán demostrar ante el mundo, pues, sin haber comenzado el año escolar, ese madurismo «decreta» el «inicio de la Navidad» en tiempos en que aumenta el flujo migratorio por las fronteras de Colombia y Brasil, y el dólar paralelo supera 20% de diferencia en su precio con el valor oficial de esa moneda extranjera.
Así tenemos que se designa el retorno del fracasado Héctor Rodríguez al Ministerio de Educación, lo que no solamente lleva una repetida carga negativa, sino que este «ministro» es el mismo que en una oportunidad aseveró que ellos, los maduristas de cúpula, jamás llevarían a los venezolanos a ser parte de la clase media para que no se convirtieran en «escuálidos», sin obviar que Rodríguez fue uno de los que comenzó con la política pulverizadora de los sueldos y salarios de los educadores, así como la liquidación de todos los beneficios sociales del magisterio.
Por ello, cualquier discurso del repetido ministro nada avala su trayectoria para la educación. Al contrario, la degrada y convierte en basura ideológica madurista, quienes solo ven cómo emigran estudiantes y docentes, a la par de una infraestructura pública, prácticamente destruida al 100% en todos sus niveles.
El madurismo durante más de una década acabó con toda la educación. Nada, absolutamente nada puede mostrar tanta protervidad, y tan desastrosos resultados como la pedagogía y sus entornos sociales, máxime cuando por las malas se pretende seguir infligiendo daños a la sociedad, tras un discurso lleno de mentiras y amenazas, y peor, creando la política del miedo, al encarcelar a nuestros niños y adolescentes, o sus padres y representantes, solo por el hecho de haber protestado o exigido el derecho de conocer los soportes (actas) que comprueben que Nicolás Maduro pudo haber «ganado» la elección presidencial.
El país no tiene esperanzas. Tampoco tiene alternativas, mientras no se resuelva la diatriba de los resultados electorales de las elecciones presidenciales, y donde la inmensa mayoría de naciones del continente y de la Unión Europea no avalan triunfo de Nicolás Maduro, aunque una decisión de ese tipo haya sido confirmada por Cristo, porque al final no se trata de una palabra, se trata del futuro de millones de connacionales que aún se niegan a emigrar, y otros que desean regresar con sus seres queridos.
Héctor Rodríguez es la continuidad de la destrucción de la educación, quien solamente desea terminar de enterrar lo que hoy, apenas sobrevive con 10 dólares mensuales de salario.