El 21 de febrero de este año, en la página web del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información, del régimen de Nicolas Maduro, apareció publicada esta información.
Aeropostal reinicia operaciones de aeronave YV-2992
“Luego de cuatro años y pese al bloqueo del gobierno de Estados Unidos contra Venezuela, la aeronave YV-2992 volvió a alzar vuelo gracias a las labores de la clase trabajadora de Aeropostal Alas de Venezuela C. A., informó el ministro del Poder Popular para el Transporte (MPPT), Hipólito Abreu, mediante su cuenta en la red social Twitter, donde escribió y adjuntó video”.
Y en su cuenta de Twitter, el ministro Abreu, que además tiene un muy peculiar sobrenombre, anunció.
@tupamarohipolit
“¡NUEVO TRIUNFO!”
“La clase trabajadora de @AeropostalVE logra en sus talleres, en pleno bloqueo y después de 4 años, poner en operaciones la aeronave siglas YV2992. ¡Felicitaciones! Con la #GranMisiónTransporteVenezuela trabajamos para ser cada día más independientes!”
De esta manera, siguiendo órdenes del régimen de Nicolas Maduro a la empresa de transporte aéreo Aeropostal Alas de Venezuela C.A., dirigida por el general de división G/D Arturo Táriba; se agilizaron los procedimientos en el Instituto Nacional de Aviación Civil y se procedió a realizar, con la aeronave YV-2992; de manera expedita lo que se conoce como un “vuelo de prueba”; necesario para verificar su óptimo funcionamiento y certificar su aeronavegabilidad.
La aeronave, un viejo avión de pasajeros McDonnell-Douglas MD-80; con número de serie 53206, apodado “el Cumanés”, que se encontraba fuera del servicio operativo desde hacía varios años por problemas de mantenimiento y repuestos, fue puesta en operación.
El vuelo fue en ruta Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía (SVMI) con destino a la isla de Margarita-(SVMG) y regreso. En Margarita estuvieron haciendo unos circuitos de espera, para comprobación de sistemas e instrumentos de navegación, pero nunca aterrizaron en el referido aeropuerto. Luego regresaron a Maiquetía.
El hecho en sí de que la aerolínea y sus trabajadores hayan hecho el esfuerzo de poner a volar una aeronave; cosa que celebramos, no es precisamente lo que nos llama la atención; los problemas de índole legal que esto implica es lo que hay que analizar con detenimiento.
El MD-80 fue siempre un avión muy confiable y duradero, ideal para vuelos regionales, debido a su cantidad de plazas de solo 130 pasajeros más su tripulación.
De este modelo de aeronave, en su línea de montaje se ensamblaron algo más de 1.300 unidades, hasta el año 2000.
El Cumanés nació con siglas italianas, pues su primer propietario fue la aerolínea Alitalia, que por allá en 1992 le designó con la matricula I-DANW, por lo tanto, el YV-2992 tiene ya más de 25 años de servicio.
Este fue retirado de servicio por problemas de mantenimiento en el año 2016 y volvió a entrar a mantenimiento en 2018. Así que tenía 4 años fuera de línea de vuelo.
El YV-2992 en sus 25 años de historia no estuvo exento de accidentes.
El 16 de julio de 2011 chocó con una bandada de zamuros sobre el aeropuerto de Cumaná, pese a lo cual logró aterrizar de emergencia. El choque causó nuevamente el retiro temporal de la línea de vuelo.
Pronto volvió al servicio, pero el acceso restringido a dólares por parte de la empresa operadora terminó con su completo retiro por problemas de mantenimiento en el año 2016, llegando hasta el límite permisible de su capacidad operativa.
Después de tantos años fuera de línea de vuelo la aeronave requiere, para poder estar certificada, de una serie de inspecciones y cumplimiento de boletines mandatorios de la fábrica, tanto de sus motores como de sus sistemas y partes estructurales.
Muchos de ellos requieren de partes y piezas suministradas por el fabricante, que es el encargado de certificarlas. Aunque inicialmente el fabricante fue la empresa McDonnell-Douglas, termino fusionándose con la también empresa norteamericana Boeing Aerospace Company. Y es aquí donde empiezan los problemas.
La aerolínea Aeropostal cesó sus operaciones comerciales en el año 1994, en un esfuerzo del gobierno nacional por reducir gastos. En 1996 Aeropostal fue adquirida por la Corporación Alas de Venezuela, empresa de capital 100% privado; reiniciando sus operaciones el 7 de enero de 1997. Reanudándose los vuelos hacia Estados Unidos en julio de 1998 y a España en noviembre de 2001 a través de un acuerdo de código compartido con Air Europa.
Pero actualmente la aerolínea bajo la presidencia del General de División Arturo Táriba, la cual fue incautada a Walid Makled por la Oficina Nacional Antidroga (ONA) en el 2008; le pertenece totalmente al Estado venezolano, estando adscrita al Ministerio del Poder Popular para el Transporte.
Lo que complica cualquier relación comercial de Boeing con una empresa dependiente del Estado Venezolano, y por ende la venta de repuestos, partes y piezas. Y si la empresa ha utilizado partes y piezas de fabricación propia o de terceros, no certificados por Boeing, puede que funcionen, pero desde el punto de vista legal, al no estar aprobadas por el fabricante, invalidan su certificado de aeronavegabilidad.
Posiblemente para vuelos dentro del territorio nacional pueda estar autorizado a volar por el INAC, pero no así a cualquier parte del mundo, con países signatarios del Convenio de Chicago y por ende de la OACI, Organización de Aviación Civil Internacional, e igualmente invalida cualquier póliza de seguros, emitida por empresas reconocidas, y su cobertura a terceros, así como de accidentes personales para pasajeros y tripulantes.
En la aviación mundial, la seguridad es un elemento “esencial” para el funcionamiento, además de ser increíblemente compleja, es riesgosa y onerosa; a menudo las fallas de mantenimiento resultan en el costosísimo saldo de pérdida de vidas humanas.
Por esta razón las empresas de transporte aéreo, a nivel internacional, se apegan a estrictos métodos y servicios descritos por el fabricante de las aeronaves, en el cual se detallan las diferentes partes mantenimientos y servicios necesarios, los cuales deben respetarse a fin de que se pueda garantizar de manera efectiva la seguridad de los pasajeros y las tripulaciones.
No hacerlo normalmente implica gravísimas limitaciones operativas a nivel internacional; problemas legales de toda índole que a menudo confrontan al fabricante y al operador de la aeronave.
Pero el régimen de Nicolás Maduro tratando de solventar las sanciones impuestas a Conviasa por la OFAC, trabaja con AEROPOSTAL a toda máquina, independientemente de que estos procedimientos, partes o repuestos estén o no aprobados por la empresa Boeing. Todo hecho en el Socialismo del siglo 21.
Capt. Enrique Vélez