Siglos tras siglos van y vienen imperios, desde antes de nuestra era , hasta nuestros presentes días, distintos gobiernos han acariciado la idea de instaurar un ambicioso imperio mundial sin lograr ver lo que está frente a sus narices.
Precisamente, no se pretende con este ensayo remontarse a épocas lejanas de la historia conocida o no conocida, tampoco engrandecer ningún imperio o nacionalidad del pasado o actual, sino esclarecer que el imperio global al que nos dirigimos como humanidad, no es una realidad distópica como nos lo narraron los profetas del siglo pasado que siguen siendo eco en el presente.
De manera extraordinaria es en la glándula pineal donde nacen las fosas nasales, se puede decir que es donde se concentran los elementos y factores de la Unidad Central de Procesamiento (CPU) del Organismo Humano, es decir, el hardware que recaudará todos los datos, mensajes y señales que en forma de conceptos, frases y símbolos dirigidos estos por un Servidor o varios de estos dispositivos (inteligentes) o de inteligencias superiores que vienen a ser la causa primaria del origen de todo lo conocido y aún no conocido de este mundo.
Es decir, la humanidad es el resultado de los pensamientos, que de forma acertada o desacertada se van a reproducir en las diferentes dimensiones y formas del espacio y tiempo.
Ningún imperio, de los transitados por la existencia, se hubiese podido desarrollar y extender sin este simple conocimiento, lo cual, hace que los actuales humanos giren en un laberinto inagotable de sistemas de pensamientos e ideas agonizantes en el tiempo y espacio.
Esto explica muchas cosas, que nos mantendría horas y horas de plática y estudio sobre un mismo punto; pero no es el asunto que hoy los trae aquí.
Para entrar en contexto, se propone una de las decenas de ejemplos, antes se desea dejar claro que no hay desarrollo sin inteligencias, y esto está notablemente separado del concepto de intelecto, es como pensar que la señal de internet, es la causa, cuando se sabe que es tan sólo un medio, el canal de comunicación de grandes servidores en favor de la razón de la historia narrada de la humanidad.
Por ejemplo, el Imperio Alejandrino se extendió con la promesa de llevar protección a los pueblos conquistados, esa misma historia se repite y se repite de manera reiterada en todas las épocas; por citar otro ejemplo, más cercano y palpable en occidente, cuando los reyes católicos llegan a lo que hoy se conoce como América, se encontraron con grandes, portentosas civilizaciones y riquezas, inimaginables para nuestros ojos hoy en día, pero a todo aquel fantástico y paradisíaco escenario, faltaba algo en toda aquel magnífico sistema, ese algo o pieza del puzle que faltaba era que no se respetaban los Derechos Naturales de las personas; y fueron los reyes católicos, los que sentaron un precedente en el origen del Derecho Internacional conocido fundado precisamente en los Derechos Fundamentales de todas las personas, esto determinó la prevalencia y consolidación de un imperio, llámese cristiano sobre el otro lleno de barbaridades, ya que no hubo necesidad como nunca la habido del uso de la fuerza sobre los territorios anexados, sino que fue la misma gente, originaria, la que se sumó a un mismo sistema imperante de conocimientos, basado en el respeto, la tolerancia y la libertad de todas las personas, que tiene su matriz en los orígenes del cristianismo primigenio.
Es obvio que los reyes con el cúmulo de consejeros y asesores de todos los imperios lo sabían; sucede como en cualquier juego de mesa que presenta apertura, intermedio y fin u ocaso; es el ocaso el olvido de estos principios básicos de la razón; sin embargo, si se genera la clave sostenida de reimpulsar todos estos principios y derivados del desarrollo, no existirían límites al desarrollo mismo de la humanidad, sino que nos encontraríamos todos en un constante espacio y tiempo de desarrollo civilizador.
El fondo de este asunto que se tituló «El imperio global», descansa sobre la esencia del cristianismo, y no será distinto, ya que entre sus pilares de cierne la historia de todas las luchas por los derechos, libertades y garantías de la humanidad, y esto no es así porque se imponga a través de la fuerza como lo han intentado todos los gobiernos autoritarios, tiránicos o totalitarios, sino por que es el cristianismo el que enmarca de forma explícita o intrínseca todos los valores humanos, esto lo confirman sus más de 2.000 años de conquista y expansión sobre la esencia humana.