¿Cuántas veces has escuchado un chiste tan bueno que has querido memorizarlo para compartirlo con otras personas? Seguramente, muchísimas más veces de las que recuerdas.
El humor es un estimulante para la memoria. De acuerdo con las recientes investigaciones neurocientíficas, al menos en Estados Unidos, los programas de comedia se han convertido en una fuente de información que compite con los telediarios tradicionales.
Las personas suelen recordar mejor cualquier noticia relacionada con la política cuando la misma termina con un remate o punch, y gracias a la reacción que sabemos que generamos en el otro al momento de contar un chiste, estaremos más atentos para poder repetirla entre nuestros allegados.
De hecho, los estudiantes prestan más atención cuando requieren explicarle luego a algún compañero. Por ende, puede que escuchar programas de comedia sobre política les ayude a entender mejor el panorama actual.
Pero para que el chiste tenga sentido, debe atender a lo que está ocurriendo, qué es lo que lo hace divertido, pero también, sirve para entender que hay temas que en definitiva no son situaciones con las que se debe bromear.
Debemos dejar de pensar que, porque un programa o un comediante muestre una situación de forma satírica, no esté haciendo su parte en mostrar con énfasis y con la seriedad que se merece, las noticias sobre lo que puede estar ocurriendo.
Creo que lo mejor que podemos hacer es que cada vez que vayamos a iniciar una conversación con algún joven, le estimulemos a compartir lo que han podido leer o escuchar acerca de ciertos temas políticos y sociales que nos afectan a todos, y que pueden haber visto en televisión o leído en Internet.
Pero cuidado, también hay que enseñarles a que sean críticos, a que investiguen y que no se queden con una sola fuente, que tengan pensamiento propio y que no teman expresar su opinión, siempre desde el respeto.
Estimular a los jóvenes a pensar con empatía y hacer del humor el aderezo de sus conversaciones, les ayudará a conectar con personas con diversidad de pensamiento y eso es lo que verdaderamente enriquece al alma.
En definitiva, el humor ayuda a crecer. Un consejo final, como me dijo en una entrevista el fallecido maestro de arte cinético Carlos Cruz-Diez: Desconfía del que no sonríe.
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