Todos los trabajadores del sector salud seguimos sumidos en la impotencia ante la desidia e indolencia de este régimen. Esto lo hemos reiterado en muchas oportunidades a través de este medio. Pero a pesar de que han hecho caso omiso a los permanentes reclamos, no se puede dejar de visibilizar la emergencia humanitaria compleja que seguimos padeciendo. Y a medida que pasan los días no se vislumbra solución o respuesta a esta dramática situación.
Quisiera destacar en esta oportunidad la lucha sostenida e intensa que han venido realizando todos los enfermeros, liderada por el colegio que los agrupa en el Distrito Capital y que se extendió al resto del país a través de los cuerpos gremiales de cada estado. Ante la gran indiferencia de las autoridades, en junio del año 2018 se hicieron sentir al anunciar un paro indefinido e incluso la posibilidad de una renuncia masiva. No obstante, como siempre sucede, el régimen hace promesas, convoca reuniones de trabajo con el gremio en las que solo hay engaños y falsas esperanzas, para así quebrar la lucha a la cual se tiene todo el derecho y además estipulado en la Constitución.
Los enfermeros, así como el resto de los trabajadores del sector salud, se consideran en un estado de pobreza extrema. El salario es insuficiente para tener una vida digna. No solo enfrentan la crisis de ver morir a pacientes por falta de insumos, sino también la que representa tratar de llevar comida a sus familias.
El derecho de los trabajadores no es solo a tener todas las herramientas para realizar una práctica profesional de calidad y oportuna, sino también las condiciones laborales justas.
Actualmente, después de un decreto presidencial con relación al último aumento salarial, un enfermero tipo I con licenciatura gana apenas 570.0000 bolívares mensuales, con algunos beneficios pudiera llegar a 800.000 bolívares al mes. Tomemos en cuenta que, según el artículo 91 de la Constitución: “El Estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras del sector público y del privado un salario mínimo vital que será ajustado cada año, tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica”. Pero el costo de la canasta básica, según el Cendas y con 13 rubros, para el pasado el mes de enero era de 14 millones de bolívares. Esto reitera las condiciones precarias desde el punto de vista laboral y la violación de manera sistemática de la Constitución por parte del “gobierno”.
Sumado a lo anterior, la precariedad de los centros hospitalarios ha ocasionado una diáspora alarmante del personal de enfermería. Para el año 2018, según una encuesta realizada por el colegio del Distrito Capital, se habían ido del país aproximadamente 6.000 enfermeros. En lo que va del año 2020 han hecho los trámites para irse al exterior más de 300, solo en el Distrito Capital. En el hospital de Los Magallanes de Catia, la cifra se ha reducido de 1.200 a menos de 400 y así son las proyecciones en diferentes hospitales de Caracas.
Mucho personal de enfermería que no se ha ido del país renuncia al cargo en el sector público y se está dedicando a la economía informal o a al ejercicio libre de la profesión, en atención domiciliaria. Nuestros hospitales se están quedando solos con relación a personal de enfermería altamente capacitado.
Retomando la emergencia sanitaria internacional decretada por la OMS con relación al Covid-19, los trabajadores de la salud no disponen de los kits de bioseguridad que se deben utilizar en caso de que se confirmara algún caso de esta enfermedad. En la mayoría de los hospitales no se cuenta, y no es de ahora, con las mascarillas adecuadas de protección, de guantes, de agua para el lavado de manos y pare usted de contar.
No obstante, el gremio de enfermeros intentará una vez más reunificar las fuerzas de lucha, dejando muy claro que no se van a arrodillar ni se van a silenciar ante el régimen. Seguirán defendiendo el derecho a la salud y la vida, pero también insistirán en la defensa de sus derechos laborales, por un salario digno que les permita tener una adecuada calidad de vida y que se haga extensiva a sus familias.