La estrategia política electoral de Maduro conecta con la esencia de la abstención electoral, gravita en la no participación de aquellos que tienen el derecho a votar. Las motivaciones de la abstención son poco clara. Sin embargo, pueden ocultar una diversidad de razones. La abstención se enmarca dentro del fenómeno más amplio de la apatía participativa. La abstención es una de las más serias amenazas que debe evitar el actual sistema político venezolano si quiere continuar teniendo una aptitud democrática a lo interno y ante el mundo. No se pueden tomar decisiones de trascendencias, entre ellas en lo político, económico y social, con menos de la mitad de la población. Aquí se articula una frase de JFK: “se puede ganar con la mitad, pero no se puede gobernar con la mitad en contra”.
Es obvio que la estrategia de Nicolas en momentos electorales es buscar una abstención inducida, cueste lo que cueste. Es un axioma que Maduro está claro que el único fin que tendría actualmente una negociación con la oposición es su salida del poder, por eso golpea cualquier proceso que lleve a una elección en este caso presidencial transparente y competitiva.
Son evidentes, las perpetuas maniobras del oficialismo apuntan a campañas de descrédito de supuestos planes desestabilizadores y conspirativos por parte de los principales líderes de la oposición apuntalados con países aliados con el objetivo de derrocar a Maduro del poder central. No obstante, la estrategia de la oposición en su elección de primaria se traza en construir por adelantado una dimensión política pacífica, electoral, democrática y constitucional. Para los partidos opositores la nueva ruta siempre será electoral, porque están dadas todas las condiciones socio históricas para convertir por ejemplo las elecciones presidenciales en el inicio de la transición del poder político con el suficiente apoyo del pueblo venezolano.
Indiscutiblemente, en la oposición existe un sentimiento de desconfianza e interpelaciones hacia algunos de sus líderes políticos, contradicciones muchas, estas manifestaciones son vinculantes con los discursos y posturas que han tomado ante diversos temas entre ellos el eterno diálogo. Mucha gente opositora dice, que no quiere salir a votar, porque siempre se pierde y algunos de sus líderes son traicioneros, vende patria. Pero, para nadie es un secreto que el CNE es un agregado de la revolución, la mayoría de la gente percibe que este árbitro electoral decide quién gana y quien pierde, esa realidad deriva en un porcentaje revelador de abstencionistas.
Para la consultora Hercon Consultores, existen dos escenarios bien claros para las elecciones presidenciales, salir a votar ante un nuevo CNE “espanta votos”, se motive a votar en avalancha, esta decisión dependerá de las estrategias y tácticas psico emotiva aplique la oposición y el segundo escenario, sería el deseado por Maduro, todo un constructo desmotivador, conectaría con la alta abstención, entendiendo que las fisuras y los ataques dentro de la oposición son excusas válidas para no ir a votar.
Para el análisis de la variable abstención debemos tener muy en cuenta a medida que se acerca las fechas de elecciones electorales primaria y presidenciales, Maduro con todo derecho, tratará de construir aceleradamente un escenario electoral de su conveniencia incluso eligiendo su propio contendor.
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