La mejor representación de la peculiar personalidad del teniente general estadounidense George Smith Patton, Jr., la pude vivir cuando era muy niño gracias al cine. La bandera de “barras y estrellas” cubre toda la pantalla y abajo aparece un militar lleno de condecoraciones que dice: “Quiero recordarles que ningún bastardo ganó jamás una guerra muriendo por su patria. La ganó haciendo que otros estúpidos bastardos murieran por la suya”. Su discurso es enérgico, agresivo y con gran uso de palabras soeces y blasfemas ¡y eso que en el filme se censuran muchas de ellas! El mismo corresponde al que dio días antes de la invasión de Normandía (6 de junio de 1944) que inició la liberación de Francia en la Segunda Guerra Mundial. Aunque en su caso, él se uniría con el Tercer Ejército a las siete semanas del desembarco para ocupar la península francesa de Bretaña. Pero debemos retroceder a 1943 para seguir con nuestra serie sobre el 80 aniversario del gran conflicto mundial.
Patton se encontraba en el Norte de África desde la “Operación Torch” (del 8 al 16 de noviembre de 1942), y en el mes de marzo es ascendido a teniente general al asumir el mando del Segundo Cuerpo del US Army. Dicho Cuerpo bajo el general Lloyd Fredendal había sido derrotado por el Afrika korps en la Batalla de Kasserine (del 19 al 25 de febrero de 1943) que corresponde a la Campaña de Túnez (del 17 de noviembre de 1942 al 13 de mayo de 1943). Esta campaña comienza cuando el Eje ocupó la colonia francesa de Túnez a los pocos días de la llegada de las fuerzas angloestadounidenses a Marruecos y Argelia. La idea de los Aliados era evitar esta acción y para ello confiaban en que los franceses se les unirían, pero la resistencia inicial de los colaboracionistas, sumada a la llegada del invierno y el poco despliegue marítimo y aéreo debido a la lejanía con relación a los lugares desembarcos, llevó al fracaso.
Los alemanes retiraron grandes contingentes, en especial aviones de Rusia; y trajeron soldados desde Sicilia e Italia en un puente aéreo. Por medio de buques llegaron casi 200 tanques (entre ellos los nuevos Tiger), camiones y artillería ¡Todo lo que le negaron al mariscal Erwin Rommel el año anterior para conquistar Egipto cuando estaba en el Alamein! Se conformó el 90° Ejército bajo la jefatura primero del general Walther Nehring, y a partir de diciembre del coronel-general Hans-Jürgen von Arnim, compartiendo las decisiones y comando con el mariscal Erwin Rommel que iba y venía según su débil salud se lo permitía. Túnez era perfecto para la defensa por ser una zona montañosa, y en su frontera con Libia los franceses habían construido un conjunto de trincheras y búnkeres conocidos como la Línea Mareth.
Al principio los franceses de Vichy en Túnez aceptaron la llegada de las tropas y la toma de sus aeródromos, pero posteriormente se retiraron al sur y resistieron siendo arrasados por los alemanes. Al final cruzaron la frontera con Argelia y se unieron a la Francia Libre; que ya se había conformado en una gran fuerza abastecida por armas de Estados Unidos. Del lado oriental en la Libia conquistada por los británicos del general Bernard Montgomery, también las fuerzas de la Francia Libre (que llegaban desde el desierto en el Chad comandadas por el general Philippe Leclerc de Hauteclocque, leal al general De Gaulle) se unieron al esfuerzo Aliado. Trípoli (la capital de la Libia italiana) cayó el 23 de enero de 1943, y el 12 de febrero estaban frente a la Línea Mareth de Túnez.
Una nueva guerra de desgaste se había iniciado, y la esperanza de Adolf Hitler era impedir el paso de los Aliados en dirección al sur de su “imperio europeo”. Confiaba en la ventaja del terreno, el dominio de los cielos por su Luftwaffe, la experiencia de sus combatientes y en el mito de la superioridad tecnológica germana. Pero volvía a repetir un error parecido al de Stalingrado: encerrar una gran cantidad de soldados y armas en un territorio, debido a que sus espaldas estaba el Mediterráneo. La diferencia ahora era la cercanía con Sicilia, lo cual no existía en el pasado con el puerto de Trípoli; razón por la que sus líneas de abastecimiento padecían el acoso de las fuerzas británicas de la Isla de Malta. La mayor parte de la responsabilidad para el logro de la logística estaba en la capacidad de sus aviones para conservar el dominio de los aires (con uno de sus mejores cazas: el Fw 190), el acoso de la Royal Navy (se trasladaros los He 111 y Ju 88 torpederos estacionados en Noruega; y también submarinos) y el transporte (se reunieron de todos los frentes muchos Ju 52 que llevaban casi 1.000 hombres por día, pero también nuevos modelos como el Ju 90, Ju 290, Go 242 y el Me 323 “Gigant” con 6 motores).
El tiempo hizo la diferencia al permitir que la superioridad industrial aliada se terminara imponiendo; pero no solo fue el número sino también la tecnología militar. De esa forma multiplicó la cantidad de armas y soldados frente a los del Eje, pero lo más importante fue el logro de la experiencia de combate en el caso de los estadounidenses. Al principio se confiaron y recibieron una dura lección, como fue su derrota en la Batalla de Kasserine. Pero luego bajo Patton asumen lo que este señala en el discurso mencionado al principio, y es el hecho que: “La maldita instrucción os ha vuelto a todos veteranos. Ahora estáis listos. Un hombre no puede bajar la guardia un segundo si pretende seguir respirando al minuto siguiente”; y lo más importante:
Un ejército es un equipo: vive, come, duerme y lucha como un equipo. Todo ese asunto de la heroicidad individual es un montón de m… Los bastardos que dice eso saben tanto del verdadero combate como saben de fornicar. Y tenemos el mejor equipo, la mejor comida y equipamiento, el mejor espíritu y los mejores hombres del mundo. ¡Dios! Si casi compadezco a los pobres hijos de p… que tendrán que hacernos frente.
No creáis que los héroes son como los de los de libros de aventuras. Todos y cada uno de vosotros desempeñáis una tarea vital en el ejército. Jamás desistáis. Jamás penséis: «mi puesto es intrascendente».
¿Acaso no parecen las palabras de un hombre del trópico y de la calle, el cual se enfrenta todos los días con un sinfín de dificultades? Nadie podría dejar de llamarlo “guerrero”, “resteado”, valiente y en nuestra mentalidad pretoriana seguro nos haría soltar unas cuantas arengas y aplausos. El lenguaje de Patton es el que escuchamos a diario en Venezuela, nos guste o no. Al final el mítico general vencería en El Guettar (23 de marzo) cuya batalla aparece en la película; y los soldados del Imperio Británico (con el protagonismo de los neozelandeses) superan la Línea Mareth del 23 al 28 de marzo.
El cerco sobre el Eje en Túnez se cerraba, y el puente aéreo que sostenía sus tropas sería destruido cuando a principios de abril los pilotos aliados logran la superioridad aérea. Destruyen los aeródromos italoalemanes y diezman los transportes en verdaderas masacres en las que los cazas aliados (entre los que destaca el P-38 Lightning) logran derribar entre el 30 y 50 % de las formaciones enemigas. Y en medio del horror de la guerra un piloto francés que llegó desde Estados Unidos con la “Operación Torch”, publica el 6 de abril de 1943 un libro que hará historia: El principito.
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