OPINIÓN

¡El futuro de Venezuela!

por Marcos Hernández López Marcos Hernández López

El futuro de Venezuela es incierto y dependerá de la capacidad de los actores políticos de encontrar soluciones consensuadas y de la voluntad de la comunidad internacional de apoyar un proceso de transición pacífica y democrática.

¿Cómo se combate la desesperanza poselectoral? Con esperanza. Es lo que comienza a abrirse paso en la oposición venezolana. La solución siempre ha estado allí, pero hay que asimilarla para que conduzca a la imprescindible unidad. Es la esperanza democrática la que puede aparcar las legítimas ambiciones personales por el bien superior del país.

Si analizamos la etimología de la palabra futuro es evidente que Maduro no la conoce o de manera inducida no la quiere conocer, se revela en su conducta, en sus decisiones, discursos, más cuando agota todos sus esfuerzos en imponer su voluntad, muchas veces irracionalmente, por encima del sentido común, es decir, imponerla a toda costa, sin importar la descalificación inmediata en diversos temas que tienen mucha trascendencia para el bienestar del país. Maduro y sus colaboradores inmediatos construyen todo un entramado socio histórico que apunta que después de su gestión vendría la nada o el caos. Pero Maduro está atrapado en su propio laberinto; no busca salidas a la problemática poselectoral existente, derivándose un desperdicio para todos los venezolanos, que bajo su conducción del país, perdimos la posibilidad de convertir una Venezuela apuntalada con todos sus recursos en una potencia y no de eslogan, la realidad lo que convoca es una verdadera reflexión sobre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro inmediato… Maduro vestido de militar busca mayor respeto y se mueve discretamente convencido de que está en guerra sólo eso entiende. 

Ante el futuro, pareciera que Nicolás está resuelto a que el país se entierre junto con su proyecto revolucionario. Es axiomático, por ahora Maduro no se muestra dispuesto a negociar nada que complique su permanencia en el poder y seguirá aferrado a su sueño del Estado Comunal. Sus manifestaciones son tangibles, está convencido de no ceder a las presiones internacionales y menos nacionales para que se abran los espacios de cambios necesarios, los máximos dirigentes rojos repiten en sus discursos que la revolución no está tan mal, como dicen los enemigos políticos de la oposición, de la MUD y sus aliados, por ejemplo, la guerra económica y la ayuda humanitaria son problemas inducidos, parte de una estrategia para desmontar el régimen de Nicolás Maduro. 

Es incuestionable, que las diferentes narrativas de los máximos voceros del gobierno se apoyan en la psicología inversa, que sólo modela una mixtura de cinismo irritante, aproximado a lo patológico del discurso. Este gobierno muestra una rudeza en sus acciones políticas; Maduro y su gobierno bajo ese enfoque pragmático no tiene futuro, la contradicción es que condena que sus ciudadanos reclamen y luchen por un futuro mejor para Venezuela… según la historia, según la situación actual no hay otro camino de lucha democrática.

El futuro de Venezuela, por ejemplo, el futuro político de Venezuela es un tema de gran complejidad y debate a nivel nacional e internacional. La crisis socioeconómica, la polarización política y las sanciones internacionales han creado un escenario incierto y desafiante.

Es significativo valorar los siguientes factores clave que influyen en el futuro político:

Es necesario la construcción de posibles escenarios, dada la complejidad de la situación, es difícil predecir con certeza cuál será el futuro político de Venezuela. Sin embargo, algunos posibles escenarios incluyen:

Ahora bien, el desafíos es construir un futuro más prometedor, Venezuela debe enfrentar los siguientes desafíos:


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