OPINIÓN

El fiscal de la CPI no es de pastillaje

por William Anseume William Anseume
reforma a la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, TSJ, CPI, El Nacional

Foto: EFE

¿Es suficiente la apertura de la investigación sobre crímenes de lesa humanidad en Venezuela? No. Por supuesto que no. ¿Es histórica? Desde luego que sí. Pensemos solamente que es la primera que se realiza en el continente americano. También sus resultados serán trascendentes. No constituyen nimios detalles jurídicos.

No niego que crece la suspicacia por la manera como Karim Khan ha llegado en dos oportunidades a Venezuela. En la primera,  cuando muchos desconfiaban por haber ido este a Miraflores y haber estrechado la mano roja de Nicolás Maduro, con foto probatoria de por medio, sorprendió a los más escépticos al anunciar frente al propio investigado mayor que había suficientes elementos para proceder. Ahora, con plazo interpuesto, solicitó al régimen despótico la posibilidad de establecer una oficina para fiscalizar en el terreno las actuaciones. El inglés presiona y condiciona a sus investigados de forma certera. Sabe bien que están allí los diferentes casos de privación ilegítima de libertad, de tratos crueles y degradantes con torturas, violencia sexual y persecución sistemática de grupos o colectividades por razones políticas. El mismo Khan lo dijo: no nació ayer.

Ahora bien, surgen inquietudes naturales cuando el propio fiscal, quien no es ni de pacotilla ni de pastillaje u otros artificios, indica que la instalación de la oficina aquí en Venezuela tiene como propósito guiar a los funcionarios de la «administración» del Estado venezolano a la realización de las acciones que deben acometer, con lo cual, si emprenden lo indispensable, ya no habría necesidad de hacerle seguimiento en el sitio. Esa indicación no implica que los crímenes quedan olvidados, porque son imprescriptibles. El primer propósito, tal vez oculto con ese modo de proceder es el de evitar que el régimen criminal y terrorista avance en producir más delitos de lesa humanidad contra los venezolanos. ¿No les parece? Tendrá a la Corte instalada, vigilante, aquí, en los tuétanos, en procura de la evitación también. Eso no implica que quienes detentan malamente el poder no puedan, con sus diversas formas y maneras archiconocidas, esquivar el ojo avizor con más fechorías. No se crean.

Consideremos algunas variables: el fiscal, quien no es de pacotilla ni de pastillaje, tiene a su presa tomada. Busca agotar todos los escenarios posibles antes de proceder y necesita de la venia del régimen para la instalación de la oficina, con la finalidad de sustanciar y hacerle seguimiento a su investigación, para que luego, cuando finalmente se pronuncie, no haya matiz de duda acerca de las decisiones tomadas. ¿No les parece que es lo correcto ante la situación planteada? A mí sí. Por eso mi voto de confianza de hoy es, de nuevo -fui quien arriesgó a pronunciarse porque abriría la investigación al pisar por vez primera como fiscal el suelo nuestro- para Karim Khan. Quien, confío, se lucirá en su cargo por su actuación en Venezuela, como no lo dudo lo hará con Ucrania. Pero estas investigaciones, por más que se aceleren como él ha manifestado que quiere, llevan su tiempo, son lentas, mucho más de lo que quisiéramos todos.

Que el fiscal, no de pastillaje, vaya a Miraflores no significa que se ensucie con dinero mal habido como estamos acostumbrados a ver con políticos y cívicos venezolanos. Entiendo que esa idea ronda el cerebro de cada uno de los compatriotas. Y no dudo, ningún segundo, que ronde la crisma de los poderosos, no solo de Venezuela, ojo. La responsabilidad de él hoy es mayúscula, no solo con este caso. Y no creo que vaya a reducirse como persona y como agente de la justicia internacional de ese modo ante este asunto tan evidente y grosero de la violación de los derechos humanos en Venezuela, que han producido esta enorme tragedia a la vista de todo el orbe. Confiemos. No todo ser humano es sórdido, a pesar de lo que haya escrito Maquiavelo. ¿Si no, para qué abrió la investigación? ¿Para caer? La abrió en aras de fortalecer la justicia internacional y fortalecerse como fiscal. Para engrandecer con sus propósitos a la propia Corte Penal Internacional. Si no, no tendría sentido alguno.

El plazo está por cumplirse. La oficina se abrirá. Se investigará en detalle cada elemento y los culpables, altos y bajos, serán llevados a La Haya como corresponde. Como todos deseamos por el bien de nuestro país. Este no es cualquier fiscal de cualquier fiscalía. Tiene claro su propósito. Entiendo bien que los venezolanos seamos descreídos, como está el mundo, por la actuación tan limitada de los organismos internacionales. El blablablá de la ONU, que ayuda en mucho a devaluar en cada informe la imagen de los tiranos venezolanos, aunque no lo consideremos de ese modo. Ahí quedan. Tal vez, ojalá sea así, el resultado de la investigación de la CPI sea pronunciado luego de que Maduro sea depuesto del poder por cualquier vía que el destino nos haga forjar, pero el paso lento no implica abandono. La Corte Penal, en manos de Karim Khan, está haciendo su labor, agotando todos los recursos de los que dispone. Espero que el tiempo, una vez más, me dé en esto la razón. La Haya es, después de todo, una gran ciudad, acogedora.