El final se ubica en Venezuela y requiere del liderazgo: coraje, virtud y compromiso.
No podemos actuar desde la emoción, en política se requiere ser racional. Hay que saber calcular para conocer exactamente donde está el problema.
La ilusión es mentira, falsedad y autoengaño. Actuar políticamente fuera de ese parámetro es el desiderátum, y de paso estaríamos evitando no solo la pérdida política, sino fuerza moral y espiritual.
Solo cuenta el resultado en política y no las intenciones, porque esto implicaría poner a sufrir a las personas. Mantener, ante todo, el valor de decir la verdad.
El 22 de octubre de 2023 elegimos además del candidato presidencial de la oposición al líder de esa oposición.
El régimen es un sistema militar represivo, con operadores civiles, y se ha destacado por ser inmune a la voluntad popular. El chavismo se basa en el poder militar, en las armas, no en la representación. Al incumplir reiteradamente los acuerdos suscritos ha demostrado que no cree en la alternabilidad democrática, y si no cree en la libertad, por tanto no permitirá un proceso emancipador y por eso proscribe a los partidos políticos.
Cuando actuamos desde la emocionalidad perdemos el sentido de realidad y verdad.
Defender la verdad es insistir que el régimen perdió pueblo y ya no es mayoría, y que perdió las elecciones por paliza. Al mismo tiempo mantiene el poder real, de facto, y las instituciones secuestradas,
María Corina Machado es la líder del país y decidió, muy bien hecho, quedarse en el país y seguir luchando al lado de quienes se arriesgaron por alcanzar la libertad e injustamente padecen prisión injusta y denigrante, que no cumple los mínimos de la ONU sobre las condiciones de un recinto penitenciario.
Lamentablemente, hemos visto a la oposición funcional al sistema jugar a favor de la dictadura. Es sabido que el ecosistema criminal es capaz de autorregularse más allá de las personas que lo integran, pudiera prescindir de ella e igualmente el ecosistema se mantiene. Son perversos, no dicen lo que piensan y no hacen lo que dicen. La tentación totalitaria es llevarnos a la paz totalitaria.
Es necesario el cambio de la relación de fuerza para el cambio social.
Soy de la creencia que el país determinó muy claramente su liderazgo, y lamentablemente mucho del liderazgo desaprobado por la gente continuó ejerciendo un rol que no le correspondía y de esa cantera brotan los infiltrados que son parte del ecosistema criminal: los llamados funcionales.
Me parece que María Corina debe reestructurarse sobre la marcha y seguir aupando a los que siempre aupó: los líderes fénix.
¡Libertad para Javier Tarazona, los policías metropolitanos, los comandos de Vente, Rocío San Miguel, Dignora Hernández, Henry Alviarez, Carlos Julio Rojas y los hermanos Guevara! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!