La vida tiene tan poco sentido que, cuando presumes experimentarla eufórico y plena, apurada te persigue y acompaña la fetidez propia de la muerte que no siente piedad por ningún ser vivo. No me agradó desde el instante cuando fui consciente y advertí que había irrumpido en el caos, del cual soy un nada orgulloso vástago.

Fui un infante curioso y callé para escuchar a los mayores decir estupideces, empero algunos fueron incisivos y en ellos me enfoqué porque mencionaban libros. Es decir, lo único calificable como excelencia en el pandemónium eran compendios impresos en papel que también el curso del tiempo corroe. En ningún resquicio o escondite podemos ocultarnos incólumes de la implacable e inmisericorde acción del sol, lo desértico, el salitre y agua.

La existencia es una fiesta hacia la cual me condujeron sin envite oficial de formalismo con «sello húmedo» y de aceptación personal. Lo supe y me provocaba algo parecido a ira, sin ser, con exactitud, rabieta. Me trajeron para ser testigo de odios, vilipendios, golpizas, amoríos, desencantos, fornicaciones, hostigamientos fortuitos, arrogancia, exhibicionismo, frívolas ostentaciones y guerras.

Mi fascinación por las literatura, filosofía, historia, tecnologías, et., me impulsaron indagar el origen del apellido de mi madre. Nací sin redes de disociados pero la disipación y locura imperaban. Un día hallé en una nube hacia la cual me catapultó el navegador Google el nombre de uno de mis antepasados: https://en.wikipedia.org/wiki/Andrew_Ure. No me conformé con ello, quise indagar en el inglés antiguo el significado de «Ure» y estaba en http://lamemoriadelviento.blogspot.com/2010/03/el-padre-nuestro-en-ingles-antiguo.html:

LOR PLAYER

«[…] Faeder Ure bu be eart on heofonum […]

Durante mucho tiempo proseguí mi tarea indagatoria y cuando me topaba con portales de internet que ofrecían «en venta» el origen de nuestros apellidos con escudos de armas decidí escribir un breve texto que fue admitido para publicación en Inglaterra: https://www.misapellidos.com/significado-de-Ure-97460.html

Hoy rememoro al Clan Ure tras la muerte la muerte de la última entre quienes fueron mis tías en esa rarísima y no esclarecida dimensión relacionada con la procedencia de familias e individuos. Estuve más próximo a los «Ure» que «Jiménez», quienes viven dispersos por el país y exterior. Esa generación desapareció del Planeta Tierra y quedamos en lista de espera para ser ejecutados por la verdugo Morticia. No tengo entre mis planes escindir todavía, pero estoy persuadido que no existen dioses ni demonios: sólo personas [todavía inexplicadamente] buenas y malas. Filántropas y misántropas. Proclives querellarse o emprender contiendas fratricidas. Fraternos que cohabitan con enemigos de la especie.

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