Recientemente en uno de mis últimos artículos publicados en este mismo diario, titulado “La mayor de las pestes”, hacía un señalamiento sobre la banalidad y la ligereza con la que se asumía en aquel momento la epidemia del coronavirus, pero nombraba ya en ese mismo párrafo la categoría de pandemia y no porque me considere una especie de experto en el tema o porque sea un prestidigitador del caos.
No, ninguna de las dos razones me describen, solo el hecho de tener un mínimo de criterio para reconocer lo que ya hoy es una realidad global; era lógico predecir lo que estamos viviendo.
Ahora sí, la pandemia es una muestra real. Aunque en algunos países no termina de llegar el covid-19 es una verdadera bomba de tiempo que va a explotar en la cara de todos.
Está allí y no es un suceso nuevo en la historia de la humanidad. Es decir, no es primera vez y por desgracia no será la última que un suceso de esta magnitud se vuelva a repetir.
Alejándonos de las teorías conspiratorias queda la certeza de estar en una situación de letalidad para la sociedad tecnológica que habitamos este planeta en pleno siglo XXI. Precisamente en la era de mayor información sufrimos las consecuencias de mucha desinformación que de alguna manera potencia la crisis que vivimos actualmente con el coronavirus y su nueva versión modelo 19.
Por cierto, una versión nueva de un virus ya existente en el mundo; basta revisar cualquier producto de limpieza en spray para comprobar que algunos ya advierten que eliminan otros tipos de coronavirus. De allí el por qué lo describen algunos medios como «el nuevo coronavirus 19. Asumo que ese número vendrá del año cuando apareció.
¿O lo crearon?
Otras pandemias y pestes ya han causado estragos en el mundo y la humanidad ha sabido por su misma condición salir adelante; sin tantos aspavientos, ni llevando al plano de discusión política ideológica la circunstancia que les ha tocado vivir.
Desde la época del Paleolítico, la humanidad tiene grabado en su inconsciente el terror de estas plagas, que han sido documentadas… como por ejemplo la peste bubónica que golpeó Italia por allá en 1348 y que describió el escritor Bocaccio en su libro Decamerón.
Es esta misma peste bubónica, llamada también peste negra, la que se considera como la más letal y mortal en la historia de la humanidad; algunos datos cifran las muertes en más de 100 millones de personas en lo que se conoce fue su segundo brote en el siglo XIV.
La Organización Mundial de la Salud señaló que esta pandemia se mantuvo activa hasta el año 1959; si, hace apenas 60 años. Sin embargo, en 1994 se reportaron algunas muertes por un brote en algunas regiones de la India.
Si algo tienen las pandemias y las crisis de este tipo es que son profundamente democráticas, no distinguen en el contagio clases sociales. No les importa si eres rico o pobre; no les interesa tu color de piel ni tu nacionalidad. No están pendientes de tus planes y proyectos, solo llega y te infecta para que seas tú precisamente quien la ayude a seguir matando o, peor aún, que seas tú quien muera.
Cretinismo es un término que describen algunos eruditos, no es una característica del covid-19, como un comportamiento que puede ser aprovechado por el virus cuando el individuo le da la oportunidad. Y si ese comportamiento es de algún presidente o ministro, pues el virus potencia por mil su efecto y se convierte en algo así como una versión reload o repotenciada.
Versión digna de un cartel de películas al puro estilo de los grandes filmes estadounidenses que ya deben estar editándose en alguna lugar.
Por estos lados del primer mundo muchos de los políticos han dado muestra de contar con esta característica. Me refiero al cretinismo obviamente. No me quiero ni imaginar las consecuencias que pueda tener el covid-19 en países donde gobiernan tiranías como Venezuela y Cuba, donde abundan los cretinos.
Mientras tanto, solo se siguen generando preguntas alrededor de esta pandemia que ha convertido todos los días de la semana en un eterno domingo.
Todos sabemos lo que nos corresponde y debemos hacer mientras dure esta crisis mundial, espero que también asumamos lo que debemos hacer para que todas esas preguntas que se generan sean respondidas por los responsables.
@andresvzla1975