Primero que todo, la voz del pueblo es la voz de “Dios”, y esta es la voz de la opinión pública, fundada en las distorsiones estratégicas del idealismo totalitario de las jerarquías como epicentro de los centros del poder global.
El presente período mundial, producido en el mundo con toda su planificación estratégica, tiene un efecto demoledor para las libertades naturales sobre los asuntos del ser humano.
Así que, ante todo, el avance publicitario, propagandístico, producido por la agenda global, el individuo masa, se niega a tan sólo pensar que lo que se observa en los medios masivos, es sólo una puesta en escena.
La negación de la negación. No obstante, el problema mundial es el problema religioso que subyace en el asunto de las libertades humanas, después la situación es compleja, ya que le precede la frustración de ser tan sólo un experimento de grandes dimensiones psicosociales a escala mundial.
Sin embargo, el gobierno mundial no es nuevo, lo que sí es un tema novedoso para el milenio es el hecho que la agenda del Nuevo Orden Mundial, se haya propagado por todos las naciones hasta los rincones más inhóspitos de la tierra.
Las crónicas de la historias de distintas latitudes narran la existencia de múltiples regímenes tirano totalitarios en India, Persia, Babilonia, Asia, Egipto, América Prehispánica, en distintas épocas, pasadas y recientes en Occidente, desde el Norte hasta el Sur, que se trasladan tales mecanismos de control psicosocial hasta nuestros días, sin hacerse, al menos, una transferencia de lo sucedido en el pasado que se réplica en la actualidad como un fenómeno de olvido total, tanto de la historia vivida por los antepasados, como de olvido de la naturaleza del ser humano.
Si se observa el cuadro mundial, de manera retrospectiva, se puede observar que hasta finales del siglo XX las ideologías aún se encontraban enfrentadas unas con otras; hoy, ese cuadro es distinto; el Estado mundial, para bien de unos pocos y mal de la gran mayoría, se ha configurado de tal manera que las ideologías, todas están al servicio de la estabilidad de ese Estado totalitario de orden global.
No obstante, por esta época de ídolos de barro bajo la perspectiva de la Torah, o como los rishi en la cosmogonía hindú la denominan, la era del Kali Yuga en pleno desarrollo de la conocida Era de Acuario que precedió la del pez de la cristiandad, la conocida era de piscis; los dictadores y tiranos se pavonean por las Naciones Unidas entre todos los múltiples organismos multilaterales a sus anchas, siempre y cuando obedezcan los Protocolos de los Sabios de Sión, que a pesar de ser un ensayo de ideas panfletarias, al que se le señala de plagio satírico y burla pesada del siglo XIX contra el Sionismo y la Masonería, eso no le quitó su carácter profético de cómo sería el establecimiento del nuevo Estado mundial.
Así pues, no es la primera vez que se erige un Estado mundial con sus diferentes caracteres, se tuvo la experiencia con Napoleón, Julio César, Gengis Kan, Alejandro Magno en la Gole, además del intento de Hitler, el mismo Nemrod en Babilonia contra lo que llaman el Demiurgo; en realidad en contraste, hubieron muchos emperadores del pasado romano y de distintas latitudes que, pretenden el control absoluto del mundo conocido, de ahí el absolutismo monárquico.
La diferencia de lo sucedido ayer a lo que sucede hoy, es que actualmente no se identifica a ningún mesías o anticristo de las escatológicas narrativas profética de las distintas cosmovisiones que se le señale o asuma su responsabilidad de tirano, dictador, libertador o enviado o incluso el mismo anti mesías.
Sin embargo, a pesar de toda la experiencia, la masa social está controlada por los amos y señores del mundo que ríen a carcajadas, élite que de forma constante está ejerciendo experimentos de control social y espiritual, a través, del control de la mente y sus procesos en contra de la naturaleza humana para no permitirles pensar sobre sí mismas, sino por medio de un idealismo totalitario, instaurado en lo religioso, científico y cultural.