En su historial llamaron cuartel a un recinto guardián custodiado por cuatro soldados y conserva mucho de ese primitivo concepto, pues los regímenes militaristas totalitarios se sustentan en cuatro columnas: A.- Destrucción de los poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral, que en democracia son instituciones independientes ,para unificarlos en un eje central que los fusiona de modo indisoluble al modelo castrochavista venezolano: Fuerte Tiuna, Palacio de Miraflores, Tribunal Supremo de Justicia y Consejo Nacional Electoral
B.- Esta fija interdependencia condiciona la de sus víctimas bajo la fórmula de lealtad única borrando la individualidad natural del nombre propio y la vida personal de cada uno de sus esclavos, así los transforma en ficha numérica tatuada en una cifra como hicieron los fascistas nazis en los antebrazos de sus víctimas, ahora es el carnet de la patria. Hannah Arendt explica este mecanismo al detalle en su Orígenes del totalitarismo, que debería ser libro de cabecera para nuestra legal cúpula disidente.
C.- Predica el antiimperialismo yanqui para servir arrodillados al imperio del neosovietismo ruso, cuya sucursal castrocubana le sirve de ejemplo y foco radial para todo el hemisferio occidental a la manera de un pulpo cuyos tentáculos se lubrican, nutren, delinquen, aterrorizan y enriquecen robando las riquezas de cada región, sea petróleo, cocaína, oro, coltán y toda mina disponible, con la complicidad servil de sus fuerzas militares y policiales infiltradas en toda la región. Es el imperialismo dominante que bajo la elegante etiqueta de socialismo del siglo XXl encubre al crimen transnacional organizado. Hugo Chávez Frías , ficha comunista integrante de las FARC bajo el seudónimo José Antonio (nombre de Simón Bolívar), dato conocido por muchos pero al que no le otorgaron importancia alguna, paracaidista de las fuerzas armadas venezolanas, luego golpista junto a su equipo subversivo que intentó asesinar al presidente legítimo en ejercicio, Carlos Andrés Pérez, y después como presidente constitucional de su republica “bolivariana” en la primera y única elección limpia que lo mantuvo en el trono.
D.- Estrategia triunfal del G2 castrocubano, pues la dirigencia opositora insiste en detener el taladro continuo que ya perforó las bases democráticas hasta el subsuelo con debates parlamentarios , protestas dispersas, movilizaciones avisadas y sufragios fraudulentos que reeligen al sistema usurpador.
Cosas más que sabidas y de las dudas necias se llega a estas conclusiones pendejas, adjetivo mucho tiempo clandestino y liberado por Arturo Uslar Pietri, mi primer director en este diario. Pero hay quienes aún propician un supuesto cambio radical repitiendo errores. Y se adaptan, camino al cadalso, a la inmoralidad amoral de sus verdugos con los mecanismos de una democracia frente a la injerencia del totalitarismo populista.
En vista de que sesenta países reconocen al presidente constitucional interino, Juan Guaidó, limitándose a la retórica, negociando con los usurpadores, propiciando diálogos que no admitirían en sus propios países dado el caso, conservando sus sedes diplomáticas en un ilegítimo Estado cuartelario terrorista, inyectándole un dinero más necesario para su difícil recuperación democrática, ¿habrá todavía chance para que “el bravo pueblo” se rebele unido “la ley respetando” y aplique masivamente su constitucional desobediencia civil para extirpar de una vez por todas al “vil egoísmo” que triunfa una y otra vez? Para esa solución se requiere un equipo dirigente que no se resigne a “con estos bueyes tenemos que arar”, consigna que han aplicado veinte años mientras lo que resta del conglomerado se debilita, mengua, huye y casi desaparece. En frase galleguiana ”un pueblo bueno que sufre y espera…”.
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