Para el especialista en mediciones Roy Campos: “Pelearse con las encuestas es como pelearse con el espejo o con la balanza de peso, no siempre nos gusta lo que vemos, pero no por ello desaparece la medición; llamar falsas a las encuestas es solo mandar el mensaje de que no nos aceptamos como nos ve el resto”. Llamar falsas a las encuestas es cuando la mayoría de los mandatarios o políticos se someten a una investigación electoral y no les favorece, no queda otra que pelearse con la báscula. Esa es una postura natural de quienes no entienden la esencia de una encuesta.
Obviamente, el problema que plantean las mediciones de opinión pública muchas veces es su falta de credibilidad, son cuestionables sus fichas técnicas, es significativo que en la captura de datos para la investigación hay que tener en cuenta el arte observar, interpretar, comprender para luego potenciar la aproximación hacia la verdad en los diversos procesos de análisis, lo que llamamos nosotros la hermenéutica necesaria en los estudios de opinión, ineludible en nuestros sondeos. Se debe aprender a tener comprensión de estos instrumentos, es significativo hacer la advertencia de que las encuestas en Venezuela están mostrando una grave realidad, a pesar del interés que puedan tener sus clientes, existe una visión compartida sobre la aguda crisis que transita el país.
Los estudios de opinión pública no están diseñados para tumbar gobiernos, pero sí crean conciencia de las realidades que se estén viviendo en un momento histórico, esto se conecta con las reveladoras palabras de Maduro cuando en una de sus alocuciones destacó la necesidad de «ir contra la corriente» a la hora de hacer su trabajo y no pensar en lo que puedan decir las encuestas. «La politiquería no me interesa yo hago lo que tengo que hacer por amor, por conciencia». Maduro angustiado por datos cuantitativos, prefiere distraerse en la fenomenología y decir los resultados de las encuestas no son relevante para su gobierno, es decir que ese espejo cuando lo ve no le gusta. Mientras parte de la oposición en sus diferentes narrativas políticas / electorales se atreven a abrazar a la nada.
Cuando faltan menos de 70 días para las elecciones presidenciales en Venezuela, el principal candidato de la oposición antichavista, Edmundo González Urrutia, lleva una clara delantera en intención de voto. Eso indican, al menos, las más recientes encuestas nacionales.
Según los datos de Hercon, 59,0% de los votantes elegiría a González Urrutia, exdiplomático de 74 años y candidato de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), frente al 22,5% que lo haría por la reelección del presidente, Nicolás Maduro. Que 72% de los venezolanos quiera votar es un dato muy significativo, emerge una motivación conectada al deseo de cambio que rescata la confianza en el voto, revive la esperanza que se desliza hacia el único camino democrático que les queda a los venezolanos para derrotar al presidente Maduro.
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