Este escenario está montado sobre cuatro premisas fundamentales:
Una fuerza importante del chavismo originario se desprendió del madurismo. Ese tolete está forzando la salida electoral de Nicolás Maduro y va a votar por Edmundo González Urrutia.
Ese chavismo de base dentro de la FAN y en particular en el Ejército y con el ministro de la Defensa al frente y el jefe del CEO son partidarios de defender la vigencia del chavismo, de la revolución bolivariana y la permanencia del régimen en el poder, independientemente de los resultados electorales adversos el 28J.
En el régimen y sus principales vectores políticos (CNE-PSUV-FAN) son conscientes del carácter desechable de Nicolás Maduro. El criterio es mantener el poder y la revolución bolivariana, y continuar con el proyecto del socialismo del siglo XXI.
Si la oposición es incapaz de sustentar el expediente del fraude con la disposición de 100% de las actas automatizadas y las de escrutinio en mano, el CNE va a proclamar la victoria de Nicolás Maduro con el respaldo de la FAN .
En materia de diseños en prospectiva frente al 28J ha circulado cualquier cantidad de enfoques. En una situación democrática normal los únicos escenarios estarían dirigidos a la victoria o la derrota de uno u otro adversario en la proyección de encuestas serias. Bienvenidos a la era de las redes sociales, a la desinformación, a la aplicación estricta de Sun Tzu y su máxima milenaria de que el arte supremo de la guerra se basa en el engaño, a lo del fin justifica los medios de Maquiavelo y al palmarés histórico de revoluciones en el poder como la de Corea del Norte (72 años), la de Cuba (66 años) y la de Nicaragua (46 años). Todas contando aún, y donde la de la URSS se desvaneció después de 71 años. La bolivariana en Venezuela lleva 25 años.
Esta es una situación anormal. Cualquier proyección rocambolesca puede tener viabilidad en términos de la permanencia en el poder de un régimen que nunca ha respetado fórmulas constitucionales, referencias democráticas y modelos de convivencia en paz. De allí que las líneas de normalidad analítica de quienes escriben sobre el tema pasen por planteamientos que para la oposición pueden parecer ditirámbicos y exagerados. La permanencia en el poder para el régimen muy bien pasa por apelar a estos esquemas. Los revolucionarios pasaron 40 años buscando fórmulas alocadas para instalarse. Estuvieron 10 años en la montaña haciendo y montando emboscadas. Ejecutaron 4 golpes de Estado y al final llegaron al poder por la vía de los votos. Llegaron. Y disponen de un amplio abanico para mantenerse en el poder, para recuperarlo en caso de perderlo. O simplemente pasar a una etapa de guerra popular prolongada. Han sido calificados como parte de un conglomerado delincuencial con ramificaciones globales con asociaciones con el narcotráfico, con el terrorismo, con la corrupción y están sindicados de graves violaciones de los derechos humanos en expedientes que cursan ante la Corte Penal Internacional. Cualquier análisis de permanencia en el poder para aplicárselo al régimen tomando las variables convencionales que se conocen con gobiernos democráticos no encajará con su comportamiento político. Son delincuentes en el gobierno. El próximo 28J tienen un gran desafío que los puede sacar del poder de la misma manera que llegaron. Con los votos. ¿Se atendrán a esa convención de relevo político?
Jalisco nunca pierde y cuando pierde, arrebata. Es un dicho muy mexicano que evoca a charros y a mariachis con tequila. Que por extensión en las contiendas políticas se traslada a que los manitos no les gusta perder –a nadie– en ningún ámbito ya sea deportivo o cultural, entre otros. El origen se le atribuye a una película de 1937 titulada Jalisco nunca pierde. Y con ese contexto a la ilustración y asociación con la cantina mexicana voy a describir un escenario con sus actores, sus scripts, sus diálogos, sus momentos de entrada y los de salida, sus tramas, y sus desenlaces. Ante tanta profusión de escenarios que han circulado en estos días de movilizaciones multitudinarias, de encuestas de lado y lado, de declaraciones de personajes nacionales e internacionales, y de expectativas sobre el día después del 28J. Es un ambiente de triunfo que pendula y que evoca al de faltan cinco pa’ las doce de cada 31 de diciembre para empezar los abrazos. En todas esas prospecciones está la Fuerza Armada Nacional (FAN) en un papel de protagonista para aprobar o no los resultados electorales.
Los tres vectores políticos del régimen son el CNE con su cronograma electoral, el PSUV con su comando de campaña y su movilización política y la maquinaria, y la FAN con su despliegue en el Plan República con capacidad de replegarse y desplegarse nuevamente para enfrentar a una situación de orden público que escale a orden interno y ponga en riesgo la permanencia en el poder del régimen. Hasta ahora hemos subido en las escenas los actores, hemos descrito las escenas y sus diálogos han circulado a través de las redes sociales como hechos comunicacionales, públicos y notorios en el tema de entregar el poder. La trama, el nudo principal de esta película, se desarrollará el 28J en horas de la noche con los resultados electorales en la mano. Si el día 26 los testigos electorales de oposición no se hubieran presentado oportunamente en el acto de instalación de las mesas, hubieran sido relevados automáticamente por extras rojos que iban a estar disponibles en ese momento, válido ese relevo también para el día 28J en el momento de iniciarse el acto de votación y a lo largo del día. Si y solo si, como se dice en matemáticas, con 100% de las actas de votación en las manos después del cierre y con los resultados procesados con una tendencia irreversible en un centro de computo de la oposición, pudiera Elvis Amoroso cohibirse de anunciar desde la baranda del CNE la victoria de Nicolás Maduro. Este será el momento de la cantina mexicana en términos de la decisión. Un recule de Maduro y de Amoroso por la disposición de los resultados reales en manos de la oposición puede generar un ambiente de indecisión y vacilaciones en el régimen para tirar la parada del fraude. Si no se tienen los resultados en mano poco les va a importar la opinión de la comunidad internacional, de los observadores, de los medios y del pueblo que soberanamente votó en forma mayoritaria contra el régimen. Solo los puede contener la gente en la calle defendiendo su voto. Y siempre les va a quedar de último recurso, a la hora de las chiquiticas, y ante cualquier incertidumbre o duda con Nicolás Maduro o con Elvis Amoroso, disponer en ese momento de un apagón informativo y de comiquitas en las pantallas y en las redes hasta que sale el general en jefe Vladimir Padrino acompañado de todo el Estado Mayor Superior de la FAN anunciando lo que se anuncia en estos casos. Como si estuviéramos viendo a Jorge Negrete rodeado de su mariachi, con su bigotote y su sombrero de charro cantando “Ay Jalisco, no te rajes”. El chavismo de base los va a aplaudir.