Los venezolanos en su gran mayoría son devotos de José Gregorio Hernández, a quien se le atribuyen infinidad de milagros de toda índole, en especial los referentes a la solución de problemas de salud. Si bien los procedimientos rigurosos de la Iglesia que evalúan permanentemente los milagros del siervo de Dios, como también se le conoce, todos los venezolanos fervientemente creyentes le han encomendado al hoy beato que con su intermediación ante el poder supremo ilumine al país y logre la salida de Maduro y el modelo socialista.
La oración se hace presente diariamente en todos los rincones del país y el mundo, para conectarse espiritualmente y elevar esta petición en momentos en que la nación está cubierta de oscuridad, gobernada por la indolencia y la crueldad. El sentido inhumano presente en quienes ostentan el poder que acorrala a millones de venezolanos que conviven con la necesidad la pobreza y simplemente subsisten mientras la avaricia, la ostentación, la corrupción y la destrucción avanzan a pasos agigantados aplastando los valores fundamentales que deben prevalecer en una sociedad civilizada y moderna.
No es un secreto que el sector oficialista tiene especial preferencia en la práctica de rituales que contrastan con la fe cristiana y que lejos de adorar al bien se perfilan apasionadamente por el mal. A nuestro beato José Gregorio Hernández, erróneamente se le trasladó de los altares de las iglesias y los hogares a los de la práctica de la brujería, esto desde hace muchas décadas atrás que lo satanizaron frente a la Iglesia cristiana que fue rigurosa en su momento para abrirle paso a su santidad.
Sin embargo, este insigne venezolano, nativo de la población de Isnotú del estado Trujillo con su fuerza milagrosa restituyó el anhelo de sus fieles devotos de lograr ser nombrado santo algún día y es en este año 2024, en que lo impensable hace unos años atrás, hoy está sucediendo y es el debilitamiento del modelo engañoso que impuso con la ayuda del eje del mal, el difunto presidente Hugo Chávez, quien prefirió el satanismo que el cristianismo.
Se han dicho y especulado tantas cosas, descrito y escrito tantos relatos y hechos aberrantes sobre prácticas en los grandes centros del poder que determinan y muestran una realidad, que nos indican que debemos estar preparados y actuando para combatirla con el poder de la oración y la fe en Dios todopoderoso y la Virgen María y el cada Santo a quien le oramos, pedimos y agradecemos en nuestras plegarias.
José Gregorio Hernández ha estado circunstancialmente sin ningún consentimiento de la mayoría de sus fieles en escenarios donde se invoca el mal para suprimir el bien, quien más que él puede ser conocedor de la actuación del mal en este mundo, hoy en camino a su santidad sus fieles le hemos encomendado la tarea de vencer al mal y no tenemos ninguna duda de que el desplome indetenible del eje del mal tiene sus días contados.
Los seres humanos creyentes, cristianos practicantes, siempre se expresan cuando las cosas se ponen difíciles e inalcanzables, que hay que dejarlas en manos de la Justicia Divina. En nuestro caso, luego de esta amarga experiencia de la era revolucionaria y sus graves consecuencias, observando como la divina providencia abre los caminos y da luz para que todos y cada uno de los venezolanos hagamos lo que nos corresponde en condiciones favorables de unidad ciudadana, crecimiento de la fe y la esperanza que vienen consolidándose, no tengamos duda de que José Gregorio Hernández contribuirá y hará el milagro que todos le hemos pedido y encomendado.
La Iglesia Católica representada por nuestro cardenal Baltazar Porras Cardoso debe enterarse de esta petición de los fieles y hacer seguimiento a todo lo que vendrá y está por acontecer, para que la salida de Nicolás Maduro del poder se convierta en el milagro concedido por José Gregorio Hernández, no a una persona en particular que su fe lo asiste y merece, sino a 30 millones de venezolanos que sufren y padecen los rigores de la maldad y oscurantismo.
Venezuela el 28 de julio será libre, con la fe, esperanza, fuerza, valentía y decisión de cada uno de nosotros. Los que adoran el mal saben que tienen una contraparte que hoy también se dispone a vencer.
La fe mueve montañas y regímenes también.