Por Marianela Vásquez
Desde la enseñanza y el aprendizaje se busca fortalecer en el estudiante las habilidades y destrezas que conlleven a un mejor desempeño, donde prevalezca la creatividad, la curiosidad y las diversas formas de interpretar el mundo en busca de soluciones a los problemas que se confrontan. La escuela requiere modificar sus prácticas educativas, salir del encierro, del aislamiento y dar sentido al crecimiento y desarrollo humano, para la vida, para el trabajo, para la familia y para la transformación social, más aún en tiempos de covid-19 que ha forzado la suspensión de actividades académicas de manera regular en muchos países, y en algunos como Venezuela, el cierre total de instituciones educativas.
Ante ello, el concepto de diseño se presenta como una estrategia con la cual se pueden conseguir metas, objetivos, métodos e itinerarios que permitan emprender instrucciones y la aplicación de todos los recursos disponibles para dar formas y crear aprendizajes. Delors (1996) expone que en la actualidad el trabajo del docente tiende a formar otra perspectiva en el contexto educativo, de allí que el mismo no consiste tan solo en transmitir información ni siquiera conocimiento, sino más bien en presentarlos a los estudiantes en forma de problemática, situándolos en un contexto y colocando tales problemas en representación de manera que el alumno pueda establecer vínculos entre su solución y otras interrogantes de mayor alcance, y es aquí donde la instrucción requiere de toda su dimensión.
Es importante que el individuo conozca y cree sus expectativas desde el inicio de los objetivos con el propósito de alcanzar y organizar la ruta de aprendizaje. A diferencia de la metodología presencial donde la carga formativa recae sobre todo en la impartición del contenido y la evaluación de los mismos, el diseñador instruccional no solo evaluará la fase de lo que quiso reflejar sino también el punto de vista de sus estudiantes.
La clave del diseño instruccional consiste en la posibilidad con la que cuenta el docente de reorientar el sentido del curso en un momento determinado, así, como de disponer de un itinerario flexible en el desarrollo del contenido. Broderick, (2001) manifiesta: “que en este diseño de la constructividad intervienen los principios generales del aprendizaje, y se aboga por una formación más dinámica con la que el usuario pueda asimilar de una manera más clara un aprendizaje significativo”.
Esta herramienta es utilizada por los docentes como una guía para la planificación de las unidades de aprendizaje, así como para la definición de los enfoques. Por consiguiente, esta planificación requiere de un esfuerzo desde que se inicia hasta que se materializa, y en la actualidad con el desarrollo de las actividades en línea ha sido de mucha utilidad e importancia para los diseñadores instruccionales, ya que uno de los requisitos es que el producto llegue hasta los usuarios lo más entendible posible, sin dejar a un lado la estimulación de la creatividad e imaginación del individuo.
El diseño instruccional centrado en el aprendizaje basado en problemas, también ha sido estructurado por Chacón (1995), a partir de la conceptualización de un diseño instruccional que debe presentarse en dos significados principales: uno de carácter amplio y otro de carácter restringido. En el sentido amplio abarca todas las actividades previas de la ejecución de un programa instruccional, partiendo de la formulación inicial de una necesidad hasta la entrega de los materiales al grupo de alumnos. En cuanto al significado restringido, el diseño se refiere solo a la elaboración del plan o esquema de las actividades de instrucción cuando se determinan necesidades educativas, que conviene atender con un nuevo sistema de instrucción o modificando uno existente, como por ejemplo ocurre con los permanentes cambios tecnológicos.
Las corrientes fundamentales de los diseños instruccionales como, por ejemplo: conductista, cognitiva y constructivista promueve herramientas de la inteligencia emocional y de la autoestima. Por ejemplo, el modelo instruccional constructivista basado en problemas permite delinear Entornos de Aprendizajes Constructivistas (EAC), cuyo propósito fundamental es el fomentar la solución de problemas y el desarrollo conceptual de los alumnos. Las herramientas cognitivas facilitan esquemas y representaciones visuales que ayudan a promover en el alumno sus propios conocimientos y transformar en la solución de problemas existentes.
La teoría instruccional se concibe como un conjunto de enseñanzas, saberes, ideas y proposiciones, que describen y explican los procesos del aprendizaje de una planificación, de una clase donde se expresa la creatividad pedagógica para plasmar en un diseño los componentes didácticos para cumplir los objetivos planeados. El diseño instruccional es un proceso donde se conjugan elementos y los formatos pueden variar, pero la intención será la misma independientemente del tema que se vaya a evaluar.
En conclusión, las áreas que se han conectado en la parte educativa al diseño instruccional es la psicología y la pedagogía, dentro de las características mencionadas podemos nombrar que hay diferentes modelos, pero las básicas están diseminadas en tres fases: 1-La fase del contexto (qué rumbo y hacia dónde queremos llevar el diseño instruccional), 2- Quiénes van a ser los actores de ese diseño. 3- La fase de la evaluación, es decir hasta donde se cumplió el objetivo (si son evaluaciones sumativas o formativas). El diseño instruccional está orientado hacia cuestiones formales y especificas esto va a discriminar la información con base en los objetivos tomando la teoría de aprendizajes. Actualmente con el estudio en línea, el internet y la aplicación a la tecnología permite al estudiante marcar el camino o desarrollo de sus propias competencias.
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