OPINIÓN

El día D (después)

por Antonio Guevara Antonio Guevara
Exmilitares venezolanos piden al pueblo tomar una decisión inteligente para elegir en las presidenciales

Foto AFP

Una de las más graves tareas del cambio político en la Venezuela posrevolucionaria lo será enfrentar la respuesta en decisiones de la pregunta inevitable: ¿Qué hacer con la FAN? En el conocimiento de que la institución armada ya escaló en esa labor de servir de soporte político y militar al régimen –está cogobernando ampliamente– cualquier calificación de la oposición para definir el verdadero adversario a derrotar recaerá inevitablemente en los predios de Fuerte Tiuna.

Una derrota electoral del régimen bolivariano no significa una victoria militar para la oposición, ni siquiera política. Durante toda una generación la revolución construyó una nueva institucionalidad militar ajustada a su plan político en el socialismo del siglo XXI. La eliminación del carácter apolítico del soldado y la inclusión del concepto de defensa integral para los asuntos relacionados con la seguridad de la nación extendieron las murallas de los cuarteles hacia el ciudadano común en la calle. Durante 25 años la nación ha vivido en una permanente movilización (pasar del pie de paz al pie de guerra) con el argumento de la invasión del imperio y sobre esa ilustración revolucionaria se han organizado, equipado y adiestrado con todo el soporte legal y doctrinario. La activación de la Milicia Nacional donde se concentra todo el poder popular en la fusión cívico militar pone frente a los fusiles revolucionarios al enemigo externo (el imperio) y al interno (la oposición política). En el marco del nuevo pensamiento militar venezolano la implementación de la Guerra Difusa como cuerpo teórico en los institutos de formación y capacitación castrense son las líneas conceptuales en las que se sostienen como paradigma para estructurar y consolidar la nueva institucionalidad en todas las reparticiones militares. Todo ese tiempo les ha permitido refinar sus planes para garantizarse la permanencia en el poder de acuerdo con las posibilidades que se han construido con sus fuerzas internas; a saber: 1. Mantenerse en el poder, 2. Recuperar el poder inmediatamente en caso de perderlo y, 3. Pasar a una etapa de Guerra Popular Prolongada que provocarà en el nuevo gobierno durante la provisionalidad y la transición, bastantes dolores de cabeza relacionados con la ingobernabilidad, la inestabilidad y la generación de violencia. En este punto del texto se aspira que los 13 aspirantes de la oposición registrados para encabezar las líneas de mando en todos los cuarteles ubicados entre Castillete y Punta Playa, la Isla de Aves y las cataratas de Huá tengan una noción mas allá de atención… fir y el a discre… ciòn que han oído en los actos militares a los que hayan asistido. ¿No es así? Esperar el 22 de octubre de 2023 para conocer el dispositivo, la composición y la fuerza del régimen en sus posibilidades para no entregar el poder y aferrarse a èl por encima de cualquier escrúpulo moral o constitucional es un poco tarde para dar respuesta a la pregunta: ¿Qué hacer con la FAN?

Superado el escollo del anuncio de la victoria ese primer domingo de diciembre de 2024 y con las menciones de la proclamación por el CNE, el presidente electo deberá esperar por el reconocimiento del ministro y del grupo de generales y almirantes integrantes del estado mayor superior, quienes estarán desplegados a lo largo y ancho de la geografía nacional con sus REDI, sus ZODI y sus ADI con las tropas del Plan República, listos para replegarse y pasar a una nueva fase de despliegue y maniobra contemplada en los planes. Entonces, con el documento expedido por el organismo electoral donde se acredita la condición constitucional de presidente electo, y frente a ese otro escalón inevitable de ejercer antes del reconocimiento tradicional en la parada y desfile para el reconocimiento protocolar y oficial como comandante en jefe frente a todos los jefes militares ataviados con su uniforme número 1 en el paseo Los Próceres es fundamental que en cualquier papel que sirva de chuleta –una servilleta sirve– debe quedar registrada la respuesta de… ¿Qué hacer con la FAN?

Ese día D desde la hora H la candidatura victoriosa habrá alertado a un oficial general o un almirante para que le haga de jefe de su Casa Militar junto con cuatro edecanes -uno por cada componente militar- quienes junto con su ministro de defensa in pectore harán de enlace y coordinaciones para el primer encuentro con el general Vladimir Padrino López en el quinto piso del ministerio de la defensa, quien los esperará en la planta baja en compañía de los 16 integrantes adicionales del Estado Mayor Superior de la FAN. Se trata de facilitar y diligenciar sin ninguna fractura la transición militar de una institución armada politizada, antiimperialista, zamorana y profundamente chavista hasta otra de convicciones democráticas y fundada en valores y principios constitucionales. Estoy ilustrando mentalmente todo esto con la licencia de la imaginación, en el deber ser del traslado de la nueva caravana presidencial desde la sede principal del CNE en El Silencio hasta Fuerte Tiuna en el ministerio de la defensa, para poder acometer esa ilusión; y mientras los motorizados de la caravana van abriendo paso por la avenida Nueva Granada listos para entrar al Fuerte Tiuna el nuevo presidente electo debe ir agarrando fuertemente el pergamino ese donde el CNE lo designa, pero también el papelito amuñuñado y memorizado de la contestación a la pregunta. Al lado, su jefe de la Casa Militar debería saber los riesgos que se aparejan de no haber aprendido la lección de subestimar a un enemigo que ha sido vencido electoralmente, pero que mantiene vivas sus posibilidades políticas y militares para proyectarlas más allá de los 24 años de ejercicio. Es la mejor manera de transformarla en realidad cuando se calcen los extremos de la inquietud original que encabeza este texto ¿Qué hacer con la FAN?

En ese paréntesis la pregunta seguirá vigente. Estamos hablando de una organización ensamblada desde el año 2002 para garantizar la permanencia revolucionaria en el poder y recuperarlo en caso de haberlo perdido. La actual FAN es distinta en sus referencias anteriores. Anclajes institucionales como la disciplina, la obediencia y la subordinación no forman parte del combustible de esta organización revolucionaria. Los valores y los principios se han subordinado al Plan de La Patria para soporte del socialismo del siglo XXI y de la revolución bolivariana. Generalmente las valoraciones que se le hacen en la actualidad se plantean sobre los marcos de las Fuerzas Armadas Nacionales (FF.AA.NN) que existieron hasta la vigencia de la Constitución Nacional de 1961 y la entrada de la de 1999. ¿Qué hacer con la FAN?

Las decisiones para responder a la pregunta son las que harán expedito el camino de la provisionalidad y la transición hacia el cambio político en Venezuela. Y para eso hay que construir antes de ese día, el día D (Después) una fuerza que trascienda a lo electoral, a lo político y a lo militar. Esa es la principal tarea para aprenderse mucho antes, exigida a todos los aspirantes a hacer de candidatura unitaria frente a las elecciones presidenciales de 2024, a ser presidente electo y por último reconocido como comandante en jefe de la FAN. Son 8,9 kilómetros en el trayecto desde El Silencio hasta Fuerte Tiuna. En ese recorrido no habrá tiempo de aprenderse la lección. Hay que hacerlo antes. Entonces, ¿qué hacer con la FAN?