El político debe ser capaz de predecir lo que va a ocurrir mañana, el mes próximo y el año que viene y de explicar después por qué no ha ocurrido. Winston Churchill
La corrupción administrativa ha sido una constante en el gobierno de Venezuela, pero se ha agravado en la actual administración. El gobierno de la quinta república descuella por usar métodos muy creativos para saquear las arcas públicas, olvidando el principio de que la política es una ciencia al servicio del ser humano, sin distinciones de ningún tipo. Por eso, el objetivo de la política debería ser procurar siempre el bien común, mediante ideas plasmadas en proyectos viables y bien articulados. Sin embargo, el político de la quinta república, que se dice revolucionario, se comporta como un gánster de la política, algo evidente en esta supuesta revolución.
Así, la corrupción en Venezuela ha alcanzado dimensiones inimaginables, a juzgar por la cantidad de dinero que se mueve diariamente, especialmente en carros y viviendas de lujo, algo que observo en los llanos barineses con los llamados enchufados que controlan el poder en Venezuela. Mientras tanto, el pueblo sufre las consecuencias de una crisis humanitaria compleja, que se manifiesta en la escasez de alimentos, medicinas, combustible y servicios básicos, así como en la violación de los derechos humanos, la represión, la inflación y la migración forzada. Un ejemplo de esta situación son los hechos irregulares como el extravío de 32.000 cilindros de gas, lo que coloquialmente llamamos “bombonas”, en la Planta de Llenado Pedro Pérez Delgado Maisanta Gas Comunal S. A. (Cadigas), según me cuentan desde mi linda Barinas.
La pérdida de bombonas o cilindros de gas por parte de algunos funcionarios en el estado Barinas es un acto de sinvergüenzura, descaro y robo que no deja de sorprender a los barineses. Ante esta situación, solo unos pocos protestan y se hacen eco en las redes sociales, mientras que los culpables guardan silencio en el Consejo Legislativo del Estado Barinas, protegiendo a sus camaradas de revolución sin importarles los problemas que afectan a más de 32.000 familias.
No obstante, no podemos meter a todos en el mismo saco. Hay varios diputados que han presionado para que se nombrara una comisión que investigara el caso, pero no se han visto los resultados de la investigación. La fracción del PSUV ha encubierto la desaparición de las bombonas, aprovechando que son mayoría parlamentaria y no han alzado la voz a favor de los ciudadanos que les dieron su voto de confianza para llevarlos al consejo legislativo regional.
Tampoco se entiende por qué los diputados de Consejo Legislativo del Estado Barinas, que abrieron una investigación, no han presentado ningún informe al respecto. Ni tampoco han separado del cargo como diputada a la legisladora Gómez, que también es responsable de la desaparición de los cilindros, ya que en ese entonces ella estaba de coordinadora de la empresa Cadigas, la cual tiene que rendir cuentas de lo ocurrido. En su lugar, prácticamente han hecho borrón y cuenta nueva.
Este es un libreto que se repite: el olvido es la mejor medicina para aquel que comete el delito. Poco a poco se van borrando de la memoria estos hechos, ya que el robo pasa a ser una impunidad con la venia de la revolución. La causa es la falta de rendición de cuentas y de controles efectivos, así como el diseño de políticas que propiciaron el conflicto de intereses y la dispersión de competencias. Estos factores alimentaron los más pasmosos casos de corrupción y la destrucción de la industria que sustenta la economía de Venezuela.
No hay controles, sino desórdenes en la administración pública durante estos 25 años. Solo se ve corrupción al estilo de guisos políticos. Se oyen cientos de casos de presunta corrupción o manejo irregular de recursos públicos en Pdvsa o en alguna de sus filiales, que se traducen en irregularidades que comprometieron más de trillones de dólares del patrimonio público venezolano.
Cuando Rafael Ramírez estuvo al frente de la estatal petrolera, fue uno de los hombres de más confianza de Chávez. Pero la lealtad hacia el “comandante” no le valió para seguir en el poder junto a Nicolás Maduro. Con el tiempo, el llamado “Zar del Petróleo” comenzó a hacer críticas a la gestión madurista y luego fue acusado por el Ministerio Público por presuntas irregularidades administrativas o hechos de corrupción. Pasaron allí otros personeros como Eulogio Del Pino, Nelson Martínez, Manuel Salvador Quevedo Fernández, Asdrúbal Chávez y Tareck el Aissami. Todos ellos cuestionados por sus gestiones al frente de Pdvsa.
Este caso de corrupción no es el único que se ha denunciado en el estado Barinas. Desde el mes de octubre del 2021, se conoció por las redes sociales la pérdida o el robo de 32.000 cilindros de gas en la planta de llenado Pedro Pérez Delgado (Cadigas). Sin embargo, no hay ningún culpable ni mucho menos un “chinito de Recadi”, recordando el caso de Recadi, donde sólo hubo un condenado y los demás quedaron libres y disfrutando de ese lindo robo que se le hizo a la nación. Lo mismo pasa en nuestra “Linda Barinas”, donde nadie responde por la desaparición de las bombonas de gas de este robo descarado. La pregunta es: ¿dónde están las 32.000 bombonas que hacen falta a tantas familias que sufren la escasez de este servicio básico?
@robertveraz
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