Cuando escucho a la gente preguntarse si una enfermedad es algo puramente físico o si influye lo psicológico, me dan ganas de reír. Lo triste es que muchos médicos, psiquiatras y psicólogos aún están envueltos en el “hasta dónde es hereditario, biológico, físico o hasta dónde emocional”. ¡Qué atrás se han quedado! Nada tiene un sólo factor que lo origine, ni una sola causa. Los límites entre la mente, el cuerpo y el espíritu, cada vez se desvanecen más. La mente afecta el cuerpo, el cuerpo a la mente, el espíritu a ambos, y ambos al espíritu.
Carol Harris, en su obra Los elementos de la PNL, nos dice: “El cuerpo y la mente son un solo sistema. Todo lo que hacemos con nuestras mentes y nuestros cuerpos está relacionado. Por ejemplo, sentarnos en una determinada postura puede hacernos sentir una emoción específica; análogamente, un pensamiento positivo producirá un efecto en nuestra fisiología. En la actualidad se ha destacado mucho la relación recíproca entre el cuerpo y la mente con respecto a la salud (por ejemplo, utilizar la visualización para luchar contra el cáncer) y la psico-neuro-inmunobiología está demostrando esas conexiones constantemente”.
Enfermedades como la hepatitis C y otras bien difíciles como el cáncer han sido sanadas por medio de visualizaciones y trabajos en estado hipnótico o de trance. No quiero decir con esto que si usted tiene un cáncer terminal o un accidente y su cuerpo está destrozado, la mente lo va a sanar. Además, que quede claro, usted debe consultar siempre a su médico y seguir su tratamiento.
Somos un cuerpo en el cual habita un espíritu y una mente. Necesitamos el cuerpo para poder estar en esta dimensión. Pero si el daño no es tan grave o sólo está comenzando, puede curarse. Si la enfermedad está muy avanzada, quizás no se sane, pero la persona vivirá más y en mejores condiciones psicológicas, con mayor calidad de vida.
Existen miles de estudios que confirman lo que digo, hasta libros escritos por médicos famosos. El sistema inmunológico, el circulatorio, el respiratorio, etc., se encuentran en íntima relación con el inconsciente. El trance o la hipnosis nos permite “abrir y comunicarnos” con el inconsciente. Es como darle órdenes precisas a quien maneja estos sistemas.
Este es otro de los postulados, de las presuposiciones, de la Programación Neurolingüística o PNL. Para esta tecnología de la comunicación y el cambio, no existe una línea divisoria definida entre el cuerpo y la mente. El lenguaje no verbal es fundamental en la PNL y es este el mejor ejemplo de cómo nuestras emociones, pensamientos, sentimientos, se expresan sin tapujos por medio del cuerpo y lo afectan, aun sin nosotros desearlo. Ya lo dijo Buda: “Somos lo que pensamos”.
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