Aunque en esencia pareciera que el régimen madurista tuviera controlado los espacios que pudieran sustituirlo como gobierno en Miraflores, debido a una oposición desarticulada, inhabilitada, exiliada y hasta detenida en muchos calabozos de fuerzas represivas, los factores extrapolíticos siguen avanzado desde una perspectiva que en corto plazo si no es orientada de manera adecuada, pudiera generar una escalada de inéditas complejidades sociales, más allá del hambre y la miseria que sacude a los venezolanos.
En efecto, el rebrote del covid-19, más allá que el madurismo como siempre en su bazofia argumentativa diga que es por origen de la cepa brasileña, y por ende, culpa de Jair Bolsonaro, eso no mutila para nada la expansión de la pandemia en Venezuela. De hecho, que el país no tenga vacunas ni siquiera para inocular al personal médico, asistencial y sanitario en todos los centros de «salud pública» revela las dimensiones de una crisis que de seguir aplazando en sus más elementales decisiones, pueden terminar colocando en jaque político la estabilidad madurista en todos sus componentes civiles y militares.
Si a la multiplicación del covid-19, anexamos la paralización de una administración pública torpe y disfuncional, cuya inmensa mayoría de trabajadores y empleados públicos han desertado de facto, por razones de sobrevivencia ante «salarios» que en el mejor de los casos ni siquiera llegan a los 10 dólares, es obvio que esa misma realidad la confronta el sector de la salud, o sea, que allí tendríamos, además de la pérdida no deseada y forzosa de profesionales en la medicina y enfermería por fallecimiento ante el covid-19, es evidente que otros de tal espacio laboral terminan abandonando hospitales y ambulatorios ante condiciones totalmente negativas para el propio trabajo y la vida.
Por otra parte, mientras Irán recibe 700.000 dosis pertenecientes a la transnacional de medicamentos AstraZeneca, y el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador también anuncia su vacunación con la referida marca, resulta contradictorio y hasta en contra de principios humanos que el madurismo rechace un lote de estas vacunas para el covid-19, a través del sistema Covax, alegando supuestas condiciones «negativas» para la población venezolana, cuando es evidente que una decisión de esa magnitud tiene más tinte político que humanitario, sobre todo por el origen británico de las vacunas.
Y nos preguntamos ¿por qué si el madurismo rechaza las vacunas de AstraZeneca sin ni siquiera consultarle semejante decisión a nuestros médicos y enfermeras que son los primeros con riesgos en línea de contagio del covid-19, tampoco da señales de las 10 millones de dosis prometidas de la vacuna rusa Sputnik V? ¿Qué ha pasado con tal anuncio oficial en esta materia? ¿O será que esas palabras solo quedaron en una retórica madurista?
Es más, el madurismo que tanto habla de sanciones «unilaterales y coercitivas» por parte de Estados Unidos, y que ellas serían las responsables de la espantosa crisis económica y social que confronta Venezuela, ¿por qué China y Rusia no ofrecen a Venezuela las vacunas que solicite el madurismo para inmunizar de manera inmediata a nuestra población, máxime si esos dos países cuentan con las dosis de Sinopharm y la referida Sputnik V? ¿O es que en este caso China y Rusia también bloquean a Venezuela? Y si es por falta de dinero, ¿acaso Maduro no ofreció petróleo por vacunas? Entonces, ¿cuáles son las limitaciones?
Si el madurismo continúa postergando las decisiones en materia sanitaria derivadas del covid-19, ni siquiera habrá retorno a clases en 2022, porque el contagio exponencial de la población llegará a niveles de otras naciones, que por su mal manejo de esta crisis confrontan en el seno de su sociedad, pero a diferencia de Venezuela estas tienen recursos disponibles para enfrentar la difícil situación.
Urge un diálogo nacional sin sectarismos ni exclusiones, sin odios, sin soberbia y sin revanchismo. Pero el primero en dar el paso es el madurismo, porque si estos no avanzan en la necesidad de ver la vida como el principio fundamental del ser humano, pueden estar seguros, que la vida también se extingue desde los gobiernos.
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