Hablemos con la verdad por delante. Lo que hoy acorrala al mundo entero viene pasando en Venezuela desde hace años. No me digan que “no politicemos este tema”, porque si algún régimen ha sido despiadado a la hora de tratar los asuntos humanitarios es el que encabeza Nicolás Maduro. ¿Podrían preguntarse ahora cuántos seres humanos murieron como consecuencia de que Maduro y sus mafias impidieron la entrada de medicinas y alimentos al territorio nacional el 23 de febrero de 2919? La respuesta será aterradora. Se cuentan por miles los ciudadanos que han perecido, no por este desgraciado virus que hoy nos azota, sino por cualquier simple enfermedad. Esa es la realidad que no podrá ocultar Maduro con sus poses de buen samaritano, con su desparpajo al momento de encarar esta desgracia que se multiplica en nuestro averiado país.
En Venezuela padecemos al mismo tiempo de varios virus. La fuente madre que se muta desde Cuba es el comunismo. Ese esperpento anacrónico que se pretende seguir vendiendo como la fórmula mágica para producir el clamado bienestar del pueblo. Puras mentiras. Veamos cómo tienen a los cubanos sumidos en la miseria y aun así continúan escarbando en las ruinas de esa hermana isla caribeña, para sacar más falsedades con las que deslumbrar a pueblos incautos. Son los expertos en montar tramas sobre consignas e imágenes que se propagan como un contagioso comercial de publicidad. «El hombre nuevo”, “Patria, socialismo o muerte”, “La cabeza emboinada del Che”, son parte de esas argucias aliñadas con la más rancia demagogia para llevar adelante su empresa conquistadora. Fue así como se instalaron en Venezuela, nuestro país víctima de esa invasión consentida por las sumisiones traidoras de Hugo Chávez y Maduro.
Los virus que se derivan de esa farsa tienen su mayor explosión en la pobreza. Así vemos a un pueblo como el nuestro, abatido en la desesperación por alimentos, medicinas, servicios de agua potable, luz eléctrica, gas doméstico, transporte público o seguridad personal. Ese es el coronavirus multiplicado por anticipado. Eso lo viene padeciendo Venezuela y su pueblo desde hace varios años. En nuestra Venezuela desde hace unos lustros mueren mujeres por un cáncer de mamas que bien pudieron haber superado con éxito si hubieran contado con asistencia oportuna. También han muerto miles de compatriotas porque no pudieron acceder a servicios de diálisis y no lograron sobrevivir sus padecimientos renales. Igual mala suerte han tenido los venezolanos que fueron vencidos por la malaria, el sarampión, la difteria o el dengue. ¿Miento? No, estoy describiendo una absoluta verdad.
El virus de la desnutrición, que produjeron Chávez y Maduro, «tiene contra la pared» a más de 350.000 criaturas. Y en los cementerios, por causa de cualquiera de esos virus que mutaron de Chávez a Maduro, están sepultados más de 339.000 venezolanos.
Ese el verdadero virus que debemos vencer en Venezuela, salir de Maduro lo antes posible.
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