El futuro del continente nunca había estado más comprometido como en los actuales momentos. Las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la consulta popular en Venezuela, además de la farsa electoral de la narcodictadura, marcan un precedente para la región que indicará el rumbo a seguir, si triunfa la democracia en el continente americano, estaríamos hablando del fortalecimiento de las instituciones políticas que sean garantía del pluralismo en la sociedad donde vayan de la mano, la política con la economía para un desarrollo sustentado del Estado, o al contrario se abrirán el camino para futuros gobiernos con carácter populistas con un alto ingrediente ideológico de una izquierda recalcitrante que podría encaminar a la región hacia el fracaso, destrucción de la economía, con un endeudamiento creciente, creando procesos inflacionarios derivados en un populismo que al final se traduciría en “Pan para hoy, hambre para mañana”.
Este 3 de noviembre son las elecciones en Estados Unidos, y desde ya los expertos la han catalogado como la elección más importante en la historia, porque además de definir un modelo de Estado, también afectará la política y la economía del continente y del mundo entero. En estas elecciones, Estados Unidos elegirá entre el populismo demagógico frente a una democracia responsable. En este mismo orden de ideas, las políticas de Donald Trump han beneficiado a lo interno de Estados Unidos, con unos índices económicos que han brindado prosperidad a los estadounidenses y en lo internacional, ha logrado estabilizar posibles y peligrosos conflictos bélicos, como es el caso de Corea del Norte, que finalizando el gobierno de Obama, estaba a punto de un enfrentamiento cuyas implicaciones hubieran podido desencadenar una guerra de pronósticos devastadores para el continente y para el mundo. Pero además se logró un acuerdo histórico de paz y reconocimiento mutuo entre Israel, los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. En cuanto a la lucha contra el terrorismo, la administración Trump, dio de baja al peligroso Qassem Soleimani, quien comandaba la Fuerza Quds, un poderoso brazo paramilitar de élite de la Guardia Revolucionaria iraní.
Todo lo anterior, unido a la política de rescatar la democracia de Venezuela, Nicaragua y de Cuba, dan un panorama de visiones completamente opuestas. Un nuevo mandato de Donald Trump, que continuaría un programa de presión para debilitar a la dictadura e implementar acciones que deriven en la definitiva salida del régimen o un posible gobierno encabezado por Joe Biden, que se caracterizaría por hacer políticas que permitan reanudar las relaciones exteriores con el régimen de Cuba y suspender o aminorar las sanciones impuestas a la narcodictadura venezolana, permitiendo que el régimen de forajidos que gobierna Venezuela siga traficando drogas, violando los derechos humanos, haciendo que los autores de atrocidades y fechorías se mantengan en el poder, amparados por la impunidad.
En este mismo orden de ideas, el reciente informe de la Comisión de los Derechos Humanos, enviado por la ONU a Venezuela, debe ser aprovechado al máximo y no de manera tímida. Al respecto, la exmagistrada Blanca Rosa Mármol ha declarado que la manera para evitar la impunidad de la narcodictadura es aprovechar el informe de la ONU, para que el gobierno (I) envíe una carta a cada uno de los gobiernos del continente, solicitándoles se pronuncien con respecto al informe en referencia. La pregunta obligada es: ¿Esta denuncia llevada a la Corte Penal Internacional será suficiente para que se encause a la cúpula de la narcodictadura? Quizás la respuesta a esta interrogante sea, como han recomendado expertos en el área, aplicar lo estipulado en la Convención de Palermo, ya que el régimen de Venezuela no es un gobierno tradicional, es una mafia que debe ser tratada y enjuiciada como tal.
La CPI no ha demostrado ningún interés ante la cantidad de denuncias de crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela, y en cualquier momento se puede declarar incompetente para dirimir el caso y remitirlo entonces a los tribunales venezolanos y sabemos que el Tribunal Supremo ilegítimo está manejado por delincuentes que se van a hacer de la vista gorda. De aquí que sería recomendable llevar el caso venezolano, para que sea dilucidado de acuerdo con lo pautado en la Convención de Palermo, con las mismas cartas por parte de los gobiernos del área, en apoyo a esta acción, pero no tratando a la narcodictadura como un gobierno democrático, sino como una banda de delincuentes que se apropió del poder en Venezuela, y como los criminales que son, ser juzgados, y no pueden los venezolanos, ni el mundo, legitimar un fraude electoral, que ya está cantado para el 6 de diciembre. Quizás la consulta popular, anunciada por el gobierno (I), sea la herramienta que ayude para avanzar, siempre que esté claro que la situación debe ser tratada, bajo lo estipulado en la Convención de Palermo, lo cual podría dar origen a la puesta en marcha del R2P, TIAR y entonces Estados Unidos, esperando que triunfe la opción republicana, el 3 de noviembre, actúe directamente, sin la necesidad de la aprobación de terceros, porque ya será, no para sacar un gobierno democrático, sino a un grupo de vulgares criminales que usurpan el poder en Venezuela. “Los tiempos de los gobiernos son muy cortos y los de la delincuencia largos y azarosos. Entonces empecemos ya y no perdamos un solo minuto” Álvaro Uribe Vélez.