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¿El constitucionalismo literario?

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El libro ¿Papeles? Algunos menos serios que otros, que presentamos el 24 de julio en la Librería El Buscón de Caracas, va de la mano con la fecha en la cual nació Simon Bolívar, el Libertador no de un cuarto ni la mitad, sino de cinco naciones. En “El Bolívar de Gabo (uno de los Papeles)”, se recuerda tanto a “los de buena y mala memoria”, que este guerrero histórico se propuso un “Botton of Form”, o sea, un “Estado de estados”. Lo denominó “La Gran Colombia, en principio, para ensalzar el nombre de Colón, el descubridor del nuevo mundo. Siglos después no deja de entristecernos el desastre que acogota a los países libertados. Y como pareciera de peor a peor y de que “hemos trascendido de animales a dioses”. Pero todavía da la impresión, en criterio de unos cuantos, de que no sabemos qué somos, ni para dónde vamos. 

Markus Mross de la Universidad de Hamburgo en El demonio de la soledad puntualiza: Bolívar parece no tan postrado por la fiebre como por la desilusión. El Congreso constituyente está por reunirse, en una tentativa tardía de salvar el sueño dorado de la integridad continental, así como la cadena de frustraciones personales que parece interminable y fortalece los malogros ya existentes. Leemos, también, “las ejecutorias del Libertador no han dejado de ser ‘las cartillas’, en las cuales, además de aprender ‘quiénes somos’, nos ilustramos con respecto a ‘cómo deberíamos ser’. Una pregunta se ha tornado eterna ¿Lo habremos entendido y actuado en consecuencia? Mi respuesta es no, es lo que acota la quiteña Genoveva Tinedo, en una narrativa imaginaria que retrata en el libro un encuentro en la casa de María Flores en “el casco histórico de Quito”.

Acercándonos y bastante más acá después de la gesta de Bolívar algo se escribe en el libro, con respecto al “Nudo Venezolano” y a su probable similitud con “el gordiano”. Nace este último ante la pregunta al oráculo a quién elegir rey, resultando “Gordias” el privilegiado. Un labrador cuyo patrimonio era una carreta, la cual ofreció al templo de “Zeus”, pero atando la lanza y el yugo con un “nudo” embarazoso de desatar. Así nació “el nudo gordiano”. En Caracas los episodios, para un amarre como el labrador de Turquía, algunos lo atribuyen al “decaimiento progresivo” del sistema de libertades estatuido en l958, en concurrencia con los ataques de los cuales fue objeto, inclusive, por sus propios progenitores, sus amigos y colaboradores. “En el país “el amarre” y “el nudo”, en principio, estuvieron a punto de desenredarse en elecciones presidenciales realizadas el 28 de julio. Leamos de todas maneras las páginas relativas a Venezuela ¿Cuento o novela”, en el cual se acude al libro del español Juan M. Piedras titulado “Cuentos de camino” en cuyas páginas se pone de relieve “una gran preocupación por las desigualdades sociales, la incomprensión y la soledad del ser humano”, el drama del individuo sin trabajo, las paradojas de la doble moral y la hipocresía de los falsos santones”. “Quisiéramos que este fuera el sentido de nuestro cuento”. Es todo lo contrario, para lo cual es suficiente con anotar que tales circunstancias nos acogotan.

No podemos dejar de referirnos en lo atinente a la formula constitucional como metodología de desarrollo, a Walt Disney. Pues, si trasladáramos a la realidad “la república” que “Walt” construyera, no hay otra calificación que pudiera atribuirse a ese genio que muriera un diciembre de l996, que la de “El constitucionalista mágico”. Así se denomina “El papel” explicativo del aserto. 

Quienes escribimos experimentamos una quietud que no deja de ser extraña, pues se altera cuando nos preguntamos ¿gustará esto a la gente, se pondrá alguien bravo y cuál será la suerte de tantas páginas? Las leerán acaso? No quisiéramos aceptar, aunque lo acotamos en el epílogo de estos Papeles: “El escribidor que pretenda vivir con lo que anota, ha de leer a diario “El mito de Sísifo”, pues se trata de empujar una roca hasta la cima de una montaña y ver que antes de llegar rodaba en sentido opuesto hasta llegar al sitio de partida. Albert Camus, por tanto, puede ser de ayuda para insistir: ¡no decaer ni perder la esperanza!

Animados por ese consejo, no dejaría de ser alentador meditar en lo concerniente a Rómulo Betancourt, The Great?, quien inició sus arengas con “conciudadanos”, prosiguiendo con la palabra como Presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno, no olvidándola en sus misivas como exiliado, y reverberándola en su campaña electoral para la segunda presidencia democrática que condujo y, por supuesto, durante 5 años estatuidos conforme a la Carta Magna. No un día más. Preguntado por un militante de su partido acerca de sus presuntas veleidades comunistas en Costa Rica manifestó “Yo siempre he puesto mis trastadas fuera de la Patria. Otros interesantes análisis no dejan de ser significativos. Fidel Castro, ¿Quién fue, es y será?, ¿Por qué no soy demócrata?, Venezuela ¿Entre dos octubres?, ¿Matarile rile ron?, Los globos o cuentos chinos, Bergoglio, ¿Entre papas?, ¿Se habrá perdido todo?, ¿Por qué no soy comunista? y Las maldades del socialismo.

El papel titulado “La muerte cruzada en la mitad del mundo” es particularmente simpático, ya que pretende dar a entender la constitucional decisión, parecida a una llave en la lucha libre que los ecuatorianos llaman “la muerte cruzada” y que permite que el ejecutivo y el legislativo se disuelvan en forma anticipada para llamar a elecciones. No es tan extraña, hasta el extremo de que la aplicó en fecha reciente Guillermo Lasso ante el periodo constitucional más crítico, tal vez, que haya experimentado el Ecuador.

Pero con un poco más de sátira y humor negro, acudamos al capítulo IX, “El role de las féminas”, llamando la atención a “El derecho al sexo o el sexo como derecho”, by Jenifer López. Mujeres y hombres grábense que han de acudir antes de Morfeo y de la Melatonina, a las págs. 279-282 (del libro), a fin de constatar que Milan Kundera en “La Insoportable levedad del ser” dejó escrito que “la coquetería femenina es una invitación al sexo, pero sin garantía”. Y después de un par de minutos de reflexión lean el primer párrafo del tenor siguiente: Jennifer López ha exigido en “el acuerdo prematrimonial” con Ben Affleck, la obligación de tener relaciones sexuales “al menos cuatro veces por semana”. Tocará a ustedes decidir si la metodología de la diva del Bronx es aconsejable o no. Se duda con respecto a quién se fastidió primero, si ella o él, pues para un segmento de “the media”, el matrimonio como que hizo aguas.

El libro ¿Papeles? Algunos menos serios que otros no ha corrido con muy buena suerte desde el 24 de julio, cuando lo presentamos, en la librería El Buscón de Caracas, con gran esperanza por el destino de Venezuela, por ser ese día aniversario del nacimiento de Simón Bolívar, pues las elecciones presidenciales realizadas el 28 del citado mes no han generado el clima que la democracia demanda. Más bien una profunda incertidumbre. Pedimos a Dios que no se nos meta en la cabeza preguntarnos: Venezuela ¿Cuento o novela?

Este libro consta de un poco menos de “80 Papeles”, por lo que les invito a leerlos. Pero no a escribirlos, salvo que jure observar el párrafo final del Epílogo: “El éxito con lo que se escribe es ‘alentador’ y el favor de los lectores ‘estimulante’, pero estas son ganancias suplementarias, porque un buen escritor seguirá escribiendo de todas maneras aún con los zapatos rotos, y aunque sus libros no se vendan”. Consideración esta del genio de García Márquez.

Una pregunta pertinente antes de terminar pudiera estructurarse así: ¿Estará inserta Venezuela en el “constitucionalismo mentiroso”. La respuesta: ¡Es mejor que acuda al “literario”!

En Editorial Jurídica Venezolana encontrarán, además, de El abogado constitucionalista, el prologado por Román José Duque Corredor, Pedro Manuel Gómez Tillero; El elector, con prólogo de Asdrúbal Aguiar (en el cual leemos Luis Beltrán Guerra, jurista e intelectual con amplia experiencia de Estado y acerado docente universitario de Derecho Público, asume la difícil tarea propia a veteranos en aparente reposo- de trasladar la cátedra a la calle. Y lo hace según lo aprecio, para involucrar al venezolano común en el manejo y entendimiento del pacto social y de las leyes que teóricamente venidas de su mano le aseguran tesitura ciudadana y una convivencia ordenada bajo los cañones de la democracia”), Gregorio El Conversador en una Venezuela aturdida, con prólogo de Allan Brewer Carías y la Teoría Constituyente explicada en algunas lecciones por Petra Dolores Landaeta, con prólogos de Julio Rodríguez y Carlos Ayala Corao. Y en Amazon Juan Rivas El Repitiente, con prólogo de Carlos Canache Mata, Horacio Contreras, La ilusión de un soldado, prologado por Carlos Sánchez Berzaín y Humberto Njaim y la Sociedad Justa. El laberinto de Ifigenia Fernández, prólogo de César Vidal (Los tres últimos, también, en Ramdon House Editores, Sevilla, España). Allí más fuentes del “constitucionalismo literario”. 

Si nos preguntamos una vez más ¿Estará Venezuela inserta en “el constitucionalismo literario”. La respuesta: Dios quiera, pues tal vez así nos entenderíamos mejor.

En nuestra próxima entrega cuenten con el elenco de las obras escritas antes de incursionar en “el constitucionalismo literario”.  

Comentarios bienvenidos.

@LuisBGuerra

 

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