Durante siglos se viene insistiendo en que la bestia es una entidad o persona, cuando en realidad es un modelo sistemático de ideas y creencias que convierten la vida en sociedad en una verdadera prisión. Dice el adagio popular que de una misma fuente no puede brotar agua dulce y salada, pero en teoría de la información esto no es una regla.
A todas estas, la modernidad impregnada del marxismo darwinista en todas sus presentaciones siempre ha sido el comunicante de la contraofensiva hacia los valores de Occidente; desde su aparición en Occidente, en especial en la política internacional, vestida de oveja con la dialéctica materialista de lo absurdo, ha socavado los fundamentos de la fe y la esperanza dentro de la cosmovisión de los derechos naturales de las personas.
Por otro lado, la dialéctica materialista de la cual se han revestido los distintos gremios y colectivos de la sociedad convierten la solera de la filosofía en una forma más de fusión de jaula de oro, y laberinto de Minos, en constante cambio, no dejando de producir combinaciones que tienen como resultado el caos, como elemento esencial de los modelos antisistema tiránicos totalitarios como método extractivo de las riquezas nacionales.
Si bien se divulga que el cine, la TV, la música y arte son mecanismos de adoctrinamiento de la consciencia lúcida y despierta, propia de todos los seres humanos; también hay que tomar en cuenta que la filosofía contemporánea, en el sentido de la información, son otras formas de adoctrinamiento que pocas veces se tomará en cuenta; ya que se suele pensar que el conocimiento es poder “scientia potentia est”, como lo sostenían Bacon y su discípulo Hobbes; además, que uno es el que piensa, pero ¿cuál conocer? cuando en realidad el conocimiento, junto con los pensamientos, son el resultado de datos con la poca o mucha información veraz y en la mayor de las veces alterada que se tiene.
En ese sentido, se puede afirmar que la filosofía, la historia, la ciencia contemporánea viene contribuyendo en la disminución de la racionalización de las ideas, datos e informaciones, es decir, el ser humano, mientras más información de esta posea, menor es la capacidad de razonar, por lo tanto menor es el libre pensamiento, no sólo en el individuo, sino en toda la sociedad; transformando la masa social en eso que trata de explicar la psicología, en un individuo masa, eso responde, porque las modas de cualquier índole que inciden en Occidente, influencian también en Oriente y viceversa, porque el individuo masa prefabricado por los múltiples medios del orden establecido vive alienado de los mismos patrones, cuadros, marcos de referencia, representaciones, paquetes de información, datos, para dar como resultado el mismo arquetipo encarnado con el mismo escenario social.
Si se mide en perspectiva el daño de la filosofía materialista, en el mismo sentido, el arte, la ciencia y la religión, de seguro sabríamos identificar, sin ambages, las consecuencias de cualquier idea en el tiempo, modas, formas o sistemas de pensamientos. Pero es precisamente eso lo que se ha suprimido, la capacidad de razonar libre y potente, no sólo a través de la información, sino por medio de cualquier dato, alimento e impresión en la humanidad.
En síntesis, partiendo de esta transposición del sistema de pensamiento comprobable en hechos, en todos los ámbitos humanos, se puede entender, por ejemplo, por qué las enfermedades son las mismas en todos los lugares del mundo, igual su cura efectiva o no; también se puede sostener que no existe libre pensamiento a su vez, hombre libre, y probablemente desde esta perspectiva epistemológica del conocimiento nunca ha existido.