Se cumplieron 200 años del nacimiento de Karl Marx y su ideas continúan generando dolor y sufrimiento en el mundo. El comunismo ha causado durante décadas la división de sociedades, el cierre de países, la pobreza y muerte de millones de ciudadanos.
Esta ideología ha utilizado el clamor de las clases más bajas para enriquecerse unos pocos, los que ocupan las posiciones de liderazgo. Es falso que luchan por la defensa de las personas o por la igualdad. Ser rico es malo. pero para los demás. Mientras miles padecen de hambre, los políticos que promueven estas ideas y sus familias pasean por todo el mundo disfrutando de privilegios.
La verdad es que el comunismo ha representado históricamente todo a lo que hay que oponerse. Es la ideología de la esclavitud, la opresión, el genocidio, la desigualdad… Los dirigentes usan el odio como su mejor arma de guerra en la división de las sociedades: quien no piense como ellos no merece vivir.
Muchos piensan que luego de más de 137 años de la muerte de Marx tendría que haber disminuido en el mundo esa ideología. Pero la realidad es otra, a pesar de que ha fracasado en todos los países en los que se ha instaurado, actualmente el mundo vuelve a vivir la amenaza comunista.
Muchos pensaban que si un país era comunista no habría forma de que eso pudiera afectar a otras sociedades libres, no importaba que otros seres humanos vivieran oprimidos. Y eso cambió. Con la pandemia entendimos que las ideologías siguen causando dolor, muertos y sufrimiento, pues para nadie es un secreto que la crisis mundial fue generada por el hermetismo, la mentira, el silencio y la persecución de un sistema comunista.
Ahora, las sociedades corren el riesgo de que los sistemas que no respetan la libertad individual asuman más control en sus ciudadanos. Esto porque los comunistas usan, y hasta crean, los males de la sociedad como herramientas de control social.
La mismas ideas que llevaron a un país a crear un muro para que los ciudadanos no pudieran escaparse, son las que hoy aprovechan la pandemia para someter a las personas en una frontera y allí se violan los derechos básicos.
Esta situación es una oportunidad para el mundo y las ideas de libertad. Algunos hablan de un nuevo orden mundial, cuando la realidad es que es el momento de demostrar que solamente la libertad individual y económica son los garantes del respeto a los ciudadanos y la manera que tienen las sociedades de enriquecerse.
Nuevamente ha quedado demostrado, y así lo ha entendido esta generación, que solamente el trabajo, la decencia y el respeto son los que permiten que tengamos la anhelada libertad, que en la actualidad se ve coartada por el confinamiento mundial que llegó, como todas las tragedias, por las mentiras y la conveniencia de las ideas comunistas.